Capítulo 13

La abuela Margarita busca en el sótano algo que lleva muchos años conservando, los padres de Máximo le ayudan, aunque aún no saben que es lo que buscan levantan sábanas que cubren los muebles viejos, pero un grito de Margarita les pega tremendo susto.

- Lo encontré, vengan, rápido _ la abuela habla emocionada como niña pequeña que encuentra su juguete perdido.

Una hermosa retroexcavadora de madera luce entre sus manos, sin lugar a dudas los padres la reconocen, era el juguete favorito de Máximo cuando era pequeño y ella lo guarda como un gran tesoro, además fue labrada por el abuelo, el gran amor de Margarita.

Luego destapa algo más y ahí está la cuna que lleva alrededor de 23 años guardada, Máximo durmió sus 2 primeros años de vida en ella, hasta que dejó de caber porque había crecido.

Margarita tuvo dos hijos, Clarisa y Enrique. Clarisa no pudo tener hijos. Solo Enrique, el padre de Máximo, pudo hacerla abuela, así que solo tiene tres nietos, que son Máximo y sus dos hermanos, ella quería una familia numerosa, pero por cuestiones de salud no se pudo embarazar de nuevo después de dar a luz a Enrique.

Esperaba llenarse de nietos, pero eso tampoco fue posible. Rosa, esposa de Enrique, también tuvo complicaciones en el embarazo de Máximo, tanto que presentó amenaza de aborto en tres ocasiones. Por supuesto Margarita estaba muy triste con esa situación, no quería perder a uno de sus nietos, de esta manera, se mudó con ellos un tiempo y aprovechando sus conocimientos de partera logró que el embarazo llegara a buen término.

Aun así, el bebé nació un poco delicado, requería de mucho cuidado y la madre no quedó en condiciones de encargarse de él, la vida de los dos estaba en riesgo. Margarita se encargó los primeros meses del cuidado de Max, mientras Rosa iba mejorando considerablemente.

El bebé era llevado a su madre para que lo amamantara, pero el resto del tiempo era Margarita quién se hacía cargo de él, ya que Enrique debía trabajar, cuidar los otros niños y además estar pendiente de su esposa.

Fue así como la abuela y Max crearon ese vínculo tan cercano, para ella el niño se convirtió en su prioridad, era su tesoro y lo cuidaba como tal.

Margarita es una mujer delgada, pero muy fuerte. Asu edad se encarga de mantener la finca en excelente estado, tiene dos colaboradores para los trabajos más pesados, pero ella sigue estando encargada de sus plantas que son sus consentidas.

Es una mujer valiente, pujante, luchadora, se ha ganado el respeto a pulso, en sus tiempos de juventud era muy hermosa y aún sigue conservando rastros de esa belleza, porte de dama elegante, un metro con setenta y seis centímetros, piel trigueña, ojos azules, pocas arrugas en su rostro, pero su carácter siempre ha sido el mismo, no se deja de nadie, si le toca defenderse de algún intruso con machete o escopeta no tiene reserva en hacerlo, es diestra con las armas y con la palabra aún más, cuando habla lo hace con seguridad y sin pelos en la lengua.

Estando en sus quince, un hombre trató de sobrepasarse con ella, pero esto no la acobardó, en sus botas cargaba un cuchillo afilado y no dudó en usarlo, el hombre por poco y se queda sin la posibilidad de tener hijos, solo lo salvó que el padre y hermano de la chica aparecieron en ese momento. Pero tampoco quedó ileso, se llevó la paliza de su vida, un mes estuvo en cama, perdió dos dientes y las ganas de volver a mirar a la hermosa Margarita.

Desde ese día se corrió su fama por el pueblo, ningún chico era lo suficientemente suicida para acercarse a ella, hasta que apareció Cristóbulo, un apuesto caballero, alto, moreno, ojos marrones, cabello castaño, muy coqueto, todo un don Juan, pero que perdió la cabeza por esa linda jovencita ojiazul, claro que no fue fácil conquistarla, primero que todo tuvo que olvidar al resto de sus conquistas y ganarse a los suegros y cuñados.

Margarita le dejó en claro que le daría una oportunidad, pero que al primer fallo perdería su hombría y él que era un sujeto inteligente y amante de la vida y de sus joyas, hizo lo que haría todo un hombre en su lugar... Obedecer a su mujer, así que ya sabemos quién llevaba los pantalones en ese matrimonio.

Cincuenta y tres años compartieron su hogar, hasta que nueve años atrás, él falleció a causa de una enfermedad. Los años que pasaron juntos fueron muy felices, se ganaron el respeto y admiración de los demás habitantes del pueblo, gracias a la armonía que se veía en su hogar.

*

Margarita lleva con ayuda de su hijo y su nuera, la cuna a una de las habitaciones, la va a renovar porque esa será para su bisnieto, ese asunto la tiene brincando en una pata, después de la pérdida que tuvo Máximo había pensado que moriría sin conocer a un descendiente de su nieto favorito.

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El carro donde viaja la familia aparca en casa de Lauren. Pilar y Nadia esperan en el andén, Nátali le había avisado a su amiga que iban en camino, así que decidieron ir a recibirlos.

- Mi mamá está embarazada _ grita Nátali al bajarse del vehículo.

Está tan emocionada que no lo puede guardar para ella sola; Lauren le lanza una mirada acusadora, mientras tanto Pilar y Nadia la miran esperando su confirmación, pero Lauren no acepta, aunque tampoco desmiente tal afirmación, les explica que la abuela lo dijo y Pilar que cree en la palabra de los adultos está segura de que esa es la verdad.

Todos entran a casa, Pilar les sirve el café con buñuelos que les había llevado, pero antes de entregarle el de Lauren, lo retira alegando que una embarazada no puede tomar café.

- No seas tonta, sabes que no me puedo embarazar, dame mi café y deja de ser pendeja _ dice Lauren un poco molesta.

- Lauren, conozco varias mujeres a las que les ha fallado esa cirugía, así que hasta que no tengas una prueba de embarazo negativa en tu mano, te seguiré tratando como una mujer embarazada _ le responde Pilar, yendo a la cocina a traerle chocolate.

Lauren mira indignada a su hija por ser una boca floja, tanto estar con Nadia la está volviendo como ella.

Máximo se despide para ir a su apartamento, le da un beso a Lauren en sus labios, luego se agacha, le levanta la blusa y da un beso en su abdomen.

_ ¿Tú también? _ le dice Lauren poniendo sus ojos en blanco por la indignación, no entiende como la intolerancia a una comida se convirtió en tal asunto. Ahora todos la tratan como a una mujer embarazada y ella no lo está.

- ¿Quieres que dude de la palabra de mi abuela?, no, mi diosa, no soy masoquista, no puedo dejar huérfano a mi hijo antes de nacer _ responde Máximo mirándola con cariño.

Lauren se da por vencida, al día siguiente lo primero que hará será comprar una prueba de embarazo para que esos tontos la dejen en paz.

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¿Cómo les ha parecido la abuela Margarita?, creo que es una mujer de armas tomar, literalmente, pero yo la amo.

Muchas gracias por el apoyo, los quiero. 🤗🤗🤗🤗🤗🤗🤗🤗🤗🤗

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