capitulo 19 Un padre arrepentido

HOLA MIS QUERIDAS LECTORAS, A NOMBRE DE COCO FLORES QUE PUDIO UN MARATON AQUI LES VA, GRACIAS POR VOTAR POR MI NOVELA, LES MANDO UN CORDIAL SALUDO Y ABRAZO A TODAS.

Había pasado ya quince días de aquel horrible suceso, el padre de Esme estaba como energúmeno cuando llegó en la madrugada y su esposa e hija menor no estaban, había entrado a la habitación y no vio ropa por ningún lado, entró a la habitación de su hijo y tampoco había ropa, pero encontró una carta en la pequeña repisa en la habitación de su hijo.

...Para papá

...

Te escribo para decirte que tu hija Esmeralda y hermana está en el hospital a causa de los golpes que le propino mi madre, no trates de mostrar interés por qué no te lo crearía, eres igual o peor que yo, ella está delicada, pero estable, por primera vez en mi insignificante vida puedo darme cuenta en lo mal que hemos actuado, espero dios nos conceda el perdón sincero de nuestra querida Esme, no te diré donde estamos hasta que ella así me lo pida, pienso que mi madre va a huir junto con mi hermana, estaremos en contacto.

^^^Tu hijo Carlos^^^

Estaba que no se lo creía, su pequeña Esme, la hija que había engendrado con la mujer que amaba, estaba herida y sin querer verlo, pensó el que se merecía el desprecio de su hija y lucharía por ella, dejaría de irse al bar y apostar lo poco que tenía y buscaría un trabajo aunque él ya fuera jubilado.

Por otro lado, como olvidar a la loca de Patricia, su plan iba viento en popa, tanto en los desayunos y cenas no se olvidaba de verter aquel veneno, ella había pensado en dárselo en dosis pequeñas, pero su cómplice desde la distancia le decía que hacer, así que le pidió que aumentará sus dosis, así que el plan avanzaría más rápido de lo planeado.

Pero aquella mujer y ese hombre misterioso no contaban que dentro de aquella casa se estaba fraguando un plan para contraatacar.

Y sería fácil según lo habían planeado Esme y Carlos cuando él la fue a visitar a su casa para saber cómo seguía, habían acordado que él hablaría mal de ella frente a Patricia para tenerla de su lado, además que le haría uno que otro regalo para hacerla creer que él se está enamorando de ella, así que precisamente en esa semana le llevaría el oso de peluche con la cámara integrada para saber qué hacía es su habitación cuando estaba sola, cabe señalar que ellos ya tenían algunos vídeos en donde ella ponía aquella sustancia de dudosa procedencia a la comida del señor Kovacs.

— Buenos días, Paty no te pregunto cómo amaneciste, porque cada día estás más bella, dijo Carlos.

— Me la voy a creer si sigues así, dime hablarás con Anca para quedarte a vivir aquí.

— Si hoy lo are, además espero que con eso ya no sea necesario que le llame a la estúpida gorda de mi hermana, que opinas.

— Excelente, tu hermana aquí desentona demasiado, es una vergüenza que un animal como ese esté en esta casa, pero tú, sin embargo, eres todo un galán.

— Gracias, linda, bueno me voy porque el señor Kovacs me espera.

Lo que no contaban ellos dos es que del otro lado de la puerta está escuchándolos nuestra querida Anca, por fin entendía lo que decía Esmeralda, como era posible que su hermano pudiera expresarse de esa manera de ella y de Patricia que bien actuaba, pero no actuaría a lo tonto ella se caracterizaba por ser una mujer que pensaba antes de actuar así que decidió esperar al día de mañana para visitar a Esmeralda y hacerle saber lo que era su hermano y ver también si ella regresaría pronto.

— Hola señor Kovacs, el plan marcha como lo acordamos, como se siente usted.

— Ya te pedí que me hables por mi nombre, y además últimamente me siento más débil, necesitamos desenmascarar a esa mujer si no creo que me moriré antes de lo planeado.

— No diga eso, que si mi Esme lo escucha me regalará a mí y también a usted bueno a ti.

— Tienes razón, si no fuera por nuestra peque yo ya estaría muerto y mi pobre niña quedaría sin dinero y sin nada.

— Su hija es más fuerte de lo que se imagina, estoy seguro de que ella sacó ese temple de usted, porque a decir verdad su hijo no se ve así.

— Ja, ja, ja muy cierto, mi muchacho es igual a su madre, tierna y llena de amor para dar a los demás, es de los pocos hombres que entregan su corazón sin echar en cara nada, cosa que lo ha llevado a ser un mujeriego de primera, pero mira quién iba a decir que una jovencita me lo aplacaría.

— Mi hermana Esme es también toda ternura, siempre velando por su familia sin importarle nada más, eso ha hecho que la gente abusar de ella y luego por su físico siempre ha sufrido.

— Bueno, discúlpame, pero tu hermana tiene un cuerpo hermoso, entiendo a mi muchacho, no entiendo cómo la juventud de ahora les gustan todas escurridas como espaguetis, claro no todas son así, pero la mayoría sí.

— Y lamento reconocerlo, pero yo era de esos hombres, que se fijaban más en el físico que en lo que realmente importa, pero eso ha cambiado.

— Y tienes a alguien ahora.

— No, soy divorciado dos veces, he tenido tan mala experiencia que ahora tengo miedo de volver a esas andadas.

— Pero me imagino que eso te ha enseñado algo, o, ¡No!.

— La verdad no lo sé, siempre he antepuesto a mis esposas antes que a mi familia, quería ser alguien que no era y eso fue un gran detonante en mis matrimonios y ahora tengo miedo que no resulte una tercera.

— Eres un buen muchacho y sé que encontraras una buena mujer.

— Lamento interrumpir su plática, dijo Anca.

— Tú no interrumpes nunca mi niña, además pensaba decirle a Carlos que me dejara descansar.

— Ya que están los dos aquí, se aclaró la garganta Carlos y siguió diciendo, me gustaría quedarme a trabajar por las noches y cuidar a su papá, bañarlo, dedicándome más a él, claro, sin dejar de hacer mis otras actividades.

— Me parece excelente idea, te parece hija.

— Y que pasara con Esmeralda.

— Bueno, ella todavía tiene incapacidad y pues en lo que le dan de alta, pues, yo puedo cubrirla.

— Bueno, si mi padre está de acuerdo no puedo negarme, pero de una vez le diré que su hermana regresará a trabajar y usted tendrá que irse.

— Me parece bien, señorita Anca.

El señor Kovacs es un hombre muy observador y noto algo extraño entre su hija y Carlos, por primera vez vio un brillo único en su hija cuando miraba a Carlos, y decidió hacerle de cupido, Carlos no era malo, pero necesitaba tener más confianza en el mismo y al verlos que ninguno diría o aceptaría sus sentimientos decidió que ayudaría a su niña, pero la pondría a prueba.

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