capítulo 7

Dragos guio a Esme para que sentara en una de las sillas del comedor y solo con la mirada le indico lo que tenía que hacer.

— Levanté su cabeza un poco señorita, dijo el médico, mmm ya veo, señor Dragos, lo que tiene su novia no es nada que deba preocuparse a esto se le llama Epistaxis o hemorragia nasal, comúnmente conocida como hemorragia nasal, y la que manifiesta ella es la Epistaxis anterior, en estos casos el punto sangrante ocurre en la mucosa de la región anterior del tabique nasal y el derrame se puede dar por una o por las dos fosas nasales. En estos momentos solo la compresión externa no es suficiente, por consiguiente pasaré a realizar un taponamiento con algodón con agua oxigenada, pero este debe ser compresivo y mantenerlo durante horas para ayudar al proceso de cicatrización, incluso usted mismo lo puede hacer señorita.

— Con un tono de voz molesta le dijo al médico, retírese y espéreme afuera.

El médico dejo a Esme en su lugar y él salió, detrás lo acompañaba Dragos, estaba molesto, molesto se queda corto, en cuanto cerró la puerta tomo al médico de su camisa y lo estrelló contra la pared, y por el otro lado Esme se paró en la puerta para escuchar lo que pasaba.

— Lo que acaba de hacer lo pagará caro, se acordará de mí por lo que le resta de vida.

— De que está hablando, señor Dragos, hice mi trabajo como corresponde.

— No me haga reír, cree que no vi con qué asco la tocó y le hablo, sépase de una vez que lo que acaba de hacer fue discriminación solo por no cumplir con sus pinches estándares de sociedad, pero esos estándares me los paso por los hue**s y usted pagará caro su trato hacia mi novia.

— ¡¡Es…! ¡Es su novia!!

— Sí, es mi novia y no lo golpeó porque tengo un padre de su edad, así que largo de aquí.

Esme antes que Dragos corrió nuevamente a su lugar, estaba sorprendida, aquel hombre la defendió y no solo eso, también dijo que era su novia sin titubear siquiera, estaba nerviosa, tenía muchos sentimientos encontrados, pero de algo estaba segura desviaría el tema de conversación, en ese momento entro Dragos a la habitación y camino hasta donde estaba ella y cuando él iba a hablar ella lo interrumpió.

— Te diste cuenta de que esto que me pasó es normal, no tenías de que preocuparte.

— Bueno, cuando uno no sabe lo que le pasa a la persona que ama, es lógico que actúe de esa manera.

— ¡Perdón!, No, no, esto está mal, pensaba ignorar todo, — entre lágrimas siguió hablando—, primero dijiste que era una cita, después me preguntas que si me has ofendido, después me tratas como si fuera de porcelana además me has defendido del médico y no solo con eso ahora resulta que me amas, ¿Qué quieres de mí? Acaso quieres burlarte.

— Nada de eso preciosa, como te lo dije antes, eres la primera mujer que no pretendo llevarme a la cama en la primera noche, entiendes, tienes algo que no sé cómo explicarlo, probablemente creas que el amor a primera vista no existe, pero puedo ser prueba de ello, me gustaste desde que te vi, sé que el amor se va dando conforme se conoce a la persona, pero sentó que tú y yo estamos destinados, ¿Tú no lo sientes igual?.

— También me gustaste desde que te vi, tus ojos, tu cabello es hermoso, es como si estuviera viendo el sol, solo que tengo miedo de despertar y ver mi cruda realidad, o es que acaso ¿no me has visto y te has visto tú?.

— Te veo Esme y no es tu físico, bueno sí, pero de la forma despectiva o despreciativa, sino con excitación y amor y ternura, eres hermosa tu cabello negro y tus ojos miel me cautivaron expresas tanto con ellos, y yo, soy un hombre cualquiera que se ha enamorado de una belleza mexicana, no tienes por qué sentirte menos preciosa, para mí eres más que hermosa, por favor ya no llores.

— Lo dices en serio, te parezco atractiva o mejor dicho hermosa.

— Mi preciosa, eres más que hermosa.

En ese momento Dragos se acercó más a ella, tomando con sus grandes mansos su rostro y de manera delicada, sin prisas como jamás imagino besar a una mujer, sus labios en los de ella delicadamente, fue un beso sencillo lleno de amor, después la miro a los ojos, esos ojos color miel que brillaban e irradiaban algo diferente, él era un hombre experimentado en todos los sentidos tenía 32 años más de diez años que ella, e intuía que su vida no era sencilla, no solo por su forma de vestir, sino por sus acciones, pero él le enseñaría si le daba oportunidad a ser la mejor mujer de lo que es ahora.

— Preciosa, quiero hacer las cosas bien contigo, ¿Quieres ser mi novia?.

— ¡Novia!, Pero si nos acabamos de conocer, como me pides eso.

— Vamos a conocernos mejor linda y que mejor si somos novio, déjate amar, déjame amarte y ámame solo a mí, ¿Quieres?.

— Tengo miedo.

— Lo sé, yo también, quién dice que no serás tú la que me rompa el corazón.

— Ja, ja, ja me crees capaz.

— Te ves hermosa cuando sonríes, mira piénsalo entonces.

— No, tomaré el riego, décimos en México hay que tomar al toro por los cuernos, así que vamos a ver qué pasa, acepto ser tu novia.

Dragos la levantó de la silla y la abrazo girando en su propio eje, en ese momento sintió como su corazón latía más fuerte y Esme había decidido cambiar su vida rutinaria y aburrida, tenía inseguridad, sí, tenía miedo, también, pero eso a ella en esos momentos no le importó, cuando sintió el beso de Dragos su estómago sintió un gran vacío y su corazón se sentía que latía a máxima velocidad, quería gritar de felicidad cosa que no sentía en muchos años, así que viviría como le dijo él, lo que el destino le depare.

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