capítulo 15 El arrepentimiento de Carlos

Carlos localizó en el celular el nombre de jefa, marco el número y contesto una voz que para él fue sexy, pero con una pronunciación del español algo rara, le explico quién era y porque le estaba marcando, Anca está en shock, como era posible que alguien pudiera golpear a Esmeralda, si ella es una mujer tan tranquila y simpática, le pidió a Carlos que le diera la dirección del hospital, cuando Anca supo cuál era se sorprendió, pero no pregunto nada, encargo a su padre con la loca de Patricia para dirigirse al hospital.

— Me imagino que eres el hermano de esmeralda, verdad.

— Mucho gusto, Carlos.

— El gusto es mío, me llamo Anca.

Los dos se miraron a los ojos y cuando se dieron la mano los dos no querían soltarse, otro flechazo de Cupido, pero claro que no lo reconocería tan fácilmente, el médico que había atendido a Esmeralda la reconoció, pero se dio cuenta de que ni ella, ni su hermano sabían que los vinculaba una sola mujer.

— Lamento interrumpir, la paciente de la cama 325 ha despertado, pueden pasar a verla.

— Es usted el médico que atendió a la paciente— pregunto Anca—.

— No, el Dr., Collins, está en una operación, pero me pidió estar al pendiente de la paciente.

— Excelente, gracias, dijo Anca, pues sabio que el Dr. Collins era su médico de cabecera.

— Le parece, señorita Anca, que pasemos a ver a mi hermana— Carlos no entendía por qué razón estaba actuando de esa manera, si él no se caracterizaba por ser tan educado, pero por alguna razón él quería dar una buena impresión—.

— ¡Hermana!.

— Con voz suave y con esfuerzo o nombre de su hermano—, Carlos, estás aquí.

— Así es pequeña, discúlpame, llegue demasiado tarde.

— Pero llegaste y me ayudaste, gracias.

— Tu novio, pago todo, solo que se tuvo que ir de urgencia a Estados Unidos, pero me dijo que en dos días estaría aquí, que lo disculparas mucho.

— Su trabajo es muy demandante, y lo entiendo, tengo algo muy importante que hacer, necesito ir a mi trabajo.

— Pero estás loca o que, no permitiré que vayas a trabajar en esas condiciones, además te tengo una sorpresa, mira— señalando a la puerta—.

— Hola Esme….¡Por dios!, Pero mira como te dejaron— instintivamente corrió a abrazarla y lloro como nunca lo había hecho—.

— Tranquila señorita Anca, estoy bien, solo tengo un poco de dolor.

— No pensé verte así Esme, de verdad lo siento, por el trabajo, no te preocupes que Patricia cuidara a mi padre.

— ¡No!, No— se quejó de dolor—, no lo dejes con ella todo el tiempo, no es una buena persona.

— Patricia es excelente enfermera Esme, porque dices que no es buena persona, si quieres tu trabajo no puedo contratar a otra persona.

— Lo sé, no me importa como este yo, mañana estaré en el trabajo.

— He dicho que no, Esmeralda te quedarás en tu casa de acuerdo— dijo Carlos—, lo que podemos hacer es, si la señorita aquí presente lo acepta, sería cubrir tus días y yo hago lo que tú haces.

— Tu hermana nos cocina a todos y cuida a mi papá, si lo puedes hacer tú, por mí no hay ningún problema.

— Yo también sé cocinar, quien cree que le enseñó a Esmeralda y también puedo cuidar a su papá, lo puedo bañar, cambiar mejor que una enfermera.

— De verdad arias eso por mí, Carlos.

— Es lo menos que puedo hacer por todo lo que has pasado peque.

— Gracias a los dos.

— Le daré la dirección entonces y mañana lo espero, Esme, no te preocupes por nada, hasta que estés bien, te espero en casa.

— Gracias, señorita Anca.

— Esme, porque dices que Pati no es una buena persona, en que te basas.

— Es dificil de explicar, y necesito tener más pruebas, pero cuando las tenga se las mostraré.

— Eso espero, porque no me gustaría tener que escoger entre las dos, hasta ahora Patricia no me ha dado motivo para dudar de ella.

— Lo sé, pero créame que las tendré.

— Bueno, nos vemos pronto, y joven lo espero mañana a las 8 de la mañana.

— Ahí estaré señorita.

Carlos acompañado a Anca hasta su auto donde la esperaba el chófer, se despidió de ella y vio como se alejó aquel auto, fue nuevamente con su hermana, y comenzó a platicar con ella de cómo pasó lo de sus golpes, que si ella quería podría levantar una demanda, pero esmeralda no lo quiso al fin de cuentas dijo ella que si no fuera por María ella no estaría ahí con vida, y que pese a todo no le tenía rencor, solo no quería volver a saber nada de ellos.

— Pasando a otra cosa Carlos, el señor Kovacs es un buen hombre, pero necesito que cuando estés solo con él instales unas aras que se quedaron en…. En mi casa, escuche a la tal patricia con querer matar al señor Kovacs y eso no lo voy a permitir.

— Estás segura de eso, levantar un falso de esa magnitud es un delito.

— Lo sé, pero yo la escuché hablar por teléfono, lo va a envenenar poco a poco en su comida, estoy segura de que desde hace unos días lo está haciendo, tienes que creerme,. ¿Me crees verdad?.

— Claro que te creo peque, pues la tendré bien checadita.

— Ten cuidado por favor, es muy astuta, conmigo también es mala.

— Te ha hecho algo.

— Solo palabras orientes ya sabes lo de siempre, solo ten cuidado, es muy mala.

— Tú no te preocupes peque, que si ella juega sucio yo también, si ella da doble cara yo también.

— Gracias Carlos.

— No tienes que darme las gracias, además tengo mucho que pagarte.

— Eres mu hermano y ni a ti ni a Fabiola les guardo rencor, mi ma… mejor dicho mi tía así los enseñó.

— No regresaré a la casa a vivir, solo iré por unas cosas, unos cuantos ahorros y me iré a rentar.

— No te preocupes por eso, puedes irte a vivir a mi casa conmigo y Dragos.

— Jajajá no quiero interrumpir a la nueva pareja, y escuchar sus cochinadas.

— Con dolor Esme por fin río nuevamente—, jajajá qué tonto eres, te seré sincera, él no me ha tocado de esa manera que tu mente cocina y cochambrosa piensa.

— Bueno, eso quiere decir que te quiere mucho.

— Ya me dijo que me ama.

— Y desde hace cuántos años se conocen.

— Mmm, si te digo prometes no decirme nada.

— Dime, desde ahora quiero que confíes en mí, sé que es demasiado tarde, nuevamente te pido perdón Esme.

— Deja el pasado en el pasado, sale, así como yo he dejado mi pasado en el pasado gracias a Dragos, nos conocemos desde hace tres días.

— ¡Que!, No, no, eso sí es increíble.

— Estás molesto.

— Molesto no, sorprendido, estás segura de dar ese paso, mira mi vida, no es la mejor para decirte que te irá bien o mal, tuve dos matrimonios fallidos y estoy seguro de que fui yo el culpable de que salieran mal, pero no quiero que sufras más de lo que has tenido que sufrir.

— Eres un buen hombre Carlos, tu error es ser tan permisivo, permitiste que ellas pasarán sobre tu autoridad, ellas mandaban en todo, se quedaban con tu dinero, compraste una casa para los dos y ellas se apropiaron metiendo a su familia y amantes que tú por trabajar ni cuenta te dabas, y lo que es, pero es que no creíste en lo que yo te dije cuando la vi con ese hombre entrando a tu propia casa, y más cosas que no es bueno recordar.

— Ahora lo puedo ver, pero ya es demasiado tarde, peros estás segura de que él no te ha forzado a nada.

— Para nada, al contrario, me he quedado con él a solas y nunca me tocó más allá de unos besos y abrazos, nada más.

— Increíble que un hombre de su vuelo pueda aguantar sí. Tocarte.

— No digas tonterías, hay veces que siento que voy a despertar de este maravilloso sueño.

— No digo tonterías y porque crees que es un sueño.

— Porque soy gorda y él es todo un monumento .

— Eres hermosa hermana, no imprima el físico que tengas, además eres la persona más noble, risueña, simpática, honesta que existe.

— Hay, no exageres, pero gracias.

Así llego la madrugada y esmeralda le contó como se conocieron y todo lo que han pasado en estos días, todo lo que siente su cuerpo y su ser cuando está con él, y que se quería dar una oportunidad después de lo que le ha pasado, claro omitiendo aquella mala experiencia, así llego el día siguiente, en donde un Carlos desvelado, pero feliz por primera vez, dejo a Esme en el hospital, pues, estaría un día más en observación, para el dirigirse a cumplir con su trato.

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