Enfrentamiento.

No pasa mucho tiempo para que este baje y nos encaminamos hacia la junta, al poner un pie en la sala todos los presentes ignoran nuestra presencia, calmadamente presentamos nuestros saludos y tomamos asiento, esperando que esto inicie; ahora entiendo la sensación de ser un pequeño pez dentro de un mar llenos de peces grandes, como los tiburones.

Al pasar unos minutos, la organizadora empieza hablar acerca del propósito de esta reunión y lo que está en juego, seguidamente entrega varios informe y pide amablemente leerlo, en lo cuales se describe el tipo el convenio y los beneficios que adquirirán la empresa licitante que gane; no obstante, si la empresa incumple alguna de estas causulas le dará el poder a el consorcio del Roble, de apoderarse de ella, sin importar su estatus o trayectoria, es decir, la absorberia y uniría a ella.

Esta noticia causa revuelo entre los presentes, algunos de inmediato empiezan a cuestionarse y decir que esto es una completa locura, mientras otros deciden dar un paso al costado.

Extrañada y confundida empiezo a pensar que mensaje oculto puede tener accion, luego de analizarlo por unos segundo llego a la conclusión de que esto debe tratarse de una prueba filtro, son demasiadas empresas compitiendo por un cupo, así que de alguna manera tienen que ir eliminando una por una, segura de mis conjeturas le indico a mi jefe dar un paso delante.

- ¿Estás segura?.- me cuestiona inseguro por tales afirmaciones.

Se que le procupa, si yo estuviera en su lugar también lo haría, pero el que no arriesga no gana.

Al notar mi seguridad no tiene de otra y acepta.

- Estamos dentro.- habla con firmeza mientras desliza nuestra propuesta.

Seguidamente de esta acción, varios de los presentes nos imitan y otros se retiran, dando como resultado a 10 empresas competidoras.

La delegada y organizadora de todo este evento, al ver como ha bajado el número significavamente no es capaz de ocultar su sonrisa, para después empezar a hablar.

- Vaya, supongo que su audacia es mayor que su propio legado, pero no tienen nada que temer, esto solo era una prueba para medir que tan interesados están en este proyecto, como saben el consorcio y empresas del Roble no puede establecer conexiones con empresas que no estén dispuesta a correr riesgos, el mercado empresarial es muy voraz y el que no se defiende muere.- me mira.

Es como si desde un inicio hubiese descubierto lo que pasaba en mi cabeza; luego de este suceso nos piden representar la propuesta, pero con una metodología un poco anormal para estos eventos, los asistentes o acompañantes tendrá la responsabilidad de socializarla en cierto tiempo, lo que limitaría la influencia de los ejecutivos presentes, esta noticia altera los ánimos, pero confiada en mi capacidad decido dar un paso adelante, es hora de demostrar mis habilidades y dejar en alto el legado Montenegro.

- ¿Última palabra?, aún puedes pensarlo.- intenta persuadirme.

Al entender su estrategia, afirmó con fuerza mi decisión, no permitiré que jueguen con mi mente.

- Definitivamente.- hablo en tono de reto.

- Ok, iniciemos.- se ríe.

Rápidamente, inicio mi discuros dando a conocer los objetivos, beneficios e influencia que obtendría las empresas del Roble, si decidiera asociarse con nosotros, el consorcio top 1 y con mayor influencia en la industria textilera, además de su increíble e indusctible trayectoria, el cual avala nuestra competitividad.

Mis palabras causan mucho revuelo y sobre todo en los inversionistas, es como si aún le costará entender el significado de mis afirmaciones.

- Gracias por la presentación señorita, ya puede sentarse.- me sonríe la organizadora.

Nerviosa tomo mi lugar y me froto las manos, solo espero haberlo echo bien y no traer más problemas a mi jefe, después de que cada grupo diera a conocer su propuesta la organizadora se retira por unos minutos y después se acerca y nos mira fijamente.

- Luego de haber dialogado y analizado sus propuestas, la empresa del Roble a escogido como su socio a el consorcio Montenegro, espero que tengamos una buena colaboración.- nos extiende la mano.

Entusiasmados se la estrechamos, cansada dejo a Pablo en la oficina leyendo el contrato y me dirijo hacia la cafetería, estoy muerta del sueño y con un guayabo que me está matando, así que de lo único que tengo ganas es ir y dejarme caer sobre la cama, creo que jamás volveré a beber cerveza.

Cuando me dispongo a servirme otro café para mantenerme despierta alguien se me acerca y empieza a hablarme.

-Lo hiciste estupendo, es digno de felicitacion.- se posiciona a mi lado.

Confundida respondo a sus palabras, me asombra que sepa hablar español.

- De nada..- intento retirame.

- Disculpa mis modales soy Willian y podría saber el nombre de tan bella dama.- me mira con una impactante sonrisa.

Si mi memoria no esta mal, él era uno de los inversionistas que estaban en la sala, ¿qué demonios hace aquí?.

- Natalia.- digo vaciamente.

- Nombre digno de su portadora.- intenta besar mi mano, pero alguien se lo impide, ya que lo aparta bruscamente de mi.

- Aquí estas Nat, te estuve buscando, ya debemos irnos.- habla mi jefe como si nada.

Sorprendida solo puedo seguir con su escena, este hombre últimamente se siente mal, creo que debería llamar a un médico al llegar al hotel.

- Comprendo, pero cuando este aburrida o te sientas sola, te puedes comunicar conmigo, siempre estaré disponible para ti, para lo que sea que necesites.- me entrega su tarjeta.

Anonadada y con lo ojos casi al salir intento tomarla, pero Pablo lo arrebata de mi mano.

- Muy tentadora su propuesta, pero creo que no será necesario, Nat ya esta lo suficiente ocupada para distraerse en pequeñeces.- lo dirije una mirada fulminante.

Qué alguien me explique, ¿que ocurre aquí?, ¿porque siento que se están peleando y no identifico el motivo?.

- Deseo no volvernos a ver, Willian; sabes como me coloco si tocan mis cosas.- le dice mientras me toma del brazo hasta su habitación.

Al poner un pie en esta, me arricona con sus brazos al lado y me mira fijamente.

- ¿De qué estabas hablando con él?, ¿se conocían?.- habla con cierta molestia.

Sin saber que hacer intento apartar su brazos, pero estos no se mueve ni un centímetro.

- Podrías alejarse señor.- le digo.

- No cambies la pregunta Natalia, ¿qué hacías con él allí, hablando tan cómodamente?.- me interroga.

- Supongo que no es algo de su incumbencia, así que le pido que se aleje.- hablo enojada.

- Depende, de como entiendas el término incumbencia.- se acerca a mí, provocando qje pueda sentir su aliento.

Definitivamente, se está comportando como un niño, este hombre es demasiado inmaduro, Dios dame paciencia para aguantar las ganas que tengo de matarlo.

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