Accidente.

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☆☆☆ Pablo ☆☆☆

Intentando olvidar mis problemas me dirijo hacia un bar, mi vida esta hecha un caos últimamente y todo debido a la ruptura con Andrea, mi madre esta histérica y enojada conmigo, porque según ella yo fui quién la empujo a otros brazos así que no me habla, después está lo de esa mujer misteriosa, aún me hierve la sangre de tan solo recordar su bofetada y para rematar ahora está lo de Natalia, debo encontrarme loco para llegar a pensar tales cosas con mi secretaria, hace solo semanas era una sombra fría y triste en mi vida.

Confundido pido los licores más fuertes para calmar mi mente, no sé cuanto tiempo ha pasado o cuanto he bebido, pero de lo único que soy consciente es de la figura femenina que aparece frente a mis ojos, apresuradamente intentó atraparla, pero se esfuma como la espuma no si antes dirigirme una mirada de desprecio, molesto tomo la botella y bebo hasta perder el conocimiento.

Al abrir los ojos un dolor de garganta y cabeza me aborda haciéndome recordar la estupidez que hice ayer, adolorido me encamino hacia el baño y permito que el agua fría relajar mi cuerpo, rápidamente me visto para dirigirme a la empresa, al llegar le ordeno a Natalia traer pastillas para el dolor de cabeza, para luego pedir los informes de la reunión de hoy.

- Alguna novedad?, - pregunto fatigado mientras ojeo los documentos.

- Nada relevante, señor, ¿requiere de algo más?.- habla con seriedad.

Al escuchar sus palabras alzó mi mirada, se encuentra tan serena y tranquila como si lo de anoche no hubiese ocurrido, aun no entiendo porque me cuesta descifrarla, porque es tan diferente, realmente me confunde.

- Te puedes retirar.- le permito marcharse.

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- De acuerdo con los últimos análisis de las empresas Montenegro, estas presentan una alta solvencia economíca y transparencia, por eso me atrevo a proponer expandir y a invertir en otras industrias diferente a la textil, en los informes que tienen a sus manos verán los datos que me respaldan.- finaliza su discurso con seguridad, dejando anonadada a toda la junta directiva.

La verdad tengo que agradecerle, sin ella no hubiese sido capaz de salir ileso de estos lobos hambrientos.

- Y yo apoyo esa opinión, piense los beneficios que traerá esta propuesta a futuro, no sólo participaremos en nuestra principal actividad sino también tendremos la oportunidad de influenciar otros mercados, la decisión está en su manos, ¿ustedes tiene la última palabra?.- me levanto y los miro.

Estos se miran por un momento para después aceptar, su avaricia definitivamente no le permitirá decir que no, cada vez demuestro cual de los Montenegro lidera y lleva el mando en esta asociación.

Satisfecho por lo de hoy me dirijo a mi oficina y bebo un trago, cuando me dispongo a servirme otro entra mi señor padre.

- Sabes que has presentado una propuesta brillante, has logrado que estos viejos aceptaran expandirse a otras industrias a pesar de los riesgos, definitivamente no me equivoque al ponerte al mando y déjame felicitarte por la asistente que tienes, parecía toda una ejecutiva, tan eficiente e inteligente para responder sus preguntas trampa, ¿no estás interesado en hacer un intercambio con la mía?.- la halaga más a ella que a mí.

- Moderate papá, se perfectamente con la calidad de empleados que cuento y lamentablemente rechazo tu propuesta.- hablo firmemente.

- Sabes que no me molestaría tenerla de nuera.- otra vez con el mismo tema.

- Papá, basta, ni que me gustará y además no la vez, es tan normalita y a eso sumándole que esta cero interesada en mí, en toda la reunión no me dirijo tan siquiera una mirada, así que deshecha tus esperanzas.- intento persuadirlo para que de por muerto esta conversación.

- Por eso, me gusta aún más, se ve es muy diferente a lo que estas acostumbrado y además la apariencia no lo es todo, te lo digo por experiencia.- pone su mano en mi hombro.

- Estas equivocado.- lo contradigo.

- Bueno no insistiré más, te recuerdo que debes venir este fin de semana a la casa, la familia ya te extraña, es difícil ver tu rostro últimamente.- dice antes de marcharse.

Al ver como su figura se desvanece me tiro en el sofá, porque todos están a su favor, ¿tan genial es?.

Paso todo el resto de la tarde hablando y cuadrando las siguientes actividades con Samuel y Raúl, al ver que no tengo más que hacer tomo el elevador para marcharme, cuando se encuentra por cerrar alguien entra, ignorando su presencia miro hacia el frente, a unos segundo de empezar a bajar este emite un ruido sordo para después quedar suspendido, rápidamente me dirijo hacia los botones y presiono el de emergencia; sin embargo, no obtengo ayuda de nadie, molesto por la situación dirijo la mirada hacia mi acompañante para comprobar que se trata de Natalia.

La cual se encuentra acurrucada y respirando pesadamente, curioso me acerco un poco más para ver que se encuentra al borde de un ataque, sin saber que hacer empiezo a hablarle.

- Estás bien?.- le pregunto.

- ¡!.

- Natalia me escuchas?.- la tomo de los brazos.

Al ver que no reacciona saco mi teléfono y llamo al guardia de seguridad, si mi suposición no está errada creo que le tiene fobia a los espacios cerrados, sin saber que hacer empiezo a hablarle.

- Respira profundamente, esto solo es temporal, ya viene la ayuda en camino.- soy el peor para estas situaciones.

No obstante, su respiración empieza a regularizar y su cuerpo deja de temblar, a continuación está toma su camisa y se desabrocha unos botones intentando dejar el aire fluir con normalidad.

- Gracias.- dice sutilmente, casi sin aliento.

Sin saber que contestar me quedo callado, cuando me encuentro por hablar los de mantenimiento llegan y nos pide de favor mantener la calma.

Por más que esperamos el ascensor no se abre, según el personal esto puede tomar más tiempo, cansado me dejo caer en el suelo y empiezo a hablar.

- Gracias, por lo de esta mañana y lo de anoche.- digo con cierta vergüenza.

No soy un hombre de agradecimiento y menos si se trata de mis empleados.

- Solo hacía mi trabajo.- responde cortantemente.

- Te hecho algo?.- suelto la pregunta que a estado atormentando mi cabeza recientemente.

- No señor, no se a que viene su pregunta.- responde sin mirarme.

- Últimamente, has estado rara, cortante y resistente en hablar conmigo, ¿no recuerdo haberte ofendido?.- la miro.

- Son suposiciones suyas.- no me mantiene la mirada.

Cuando intento habar más el ascensor se abre permitiéndonos salir, antes de marcharme le dirijo unas palabras.

- Disculpa si lo he hecho.- sin mirar atrás salgo de la empresa.

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