Acercamiento.

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☆☆☆ Natalia ☆☆☆

Han trascurrido varios días en los cuáles no he podido asistir al trabajo, el aburrimiento me está consumiendo, es la primera vez en mucho tiempo que tengo tanto espacio para mí misma que ya no sé en qué invertirlo, frustrada miro hacia fuera de la ventana, esperando que esté día transcurra como los otros y se acerque la fecha de quitarme esta cosa de mi pie.

Unos golpes en la puerta nos alerta, lo que ocasiona que Lizbeth y yo nos miremos, yo que recuerde no estábamos esperando a nadie y menos a esta hora, cansada de pasar sentada le digo que abriré la puerta, al hacerlo puedo observar al imbécil de Félix.

- Hola, Nat; tan bella como siempre, me asombra que estés en casa.- intenta adularme como siempre.

- Hola, ¿qué te trae por aquí?.- hablo secamente.

- Oye, muéstrame un poco de cariño, solo vengo por la cuota.- dice el descarado.

He conocido personas cínicas, pero este ya se pasó de la raya, hace unas semanas me dijo que tenía que desocupar, pero como me negué a hacerlo si no me devolvía el adelanto de todos estos meses, ahora piensa estafarme cínicamente.

- Lo haré, solo si me firmas un contrato.- le haré saber las consecuencias de meterse conmigo.

- Oye, siempre hemos manejado las cosas a nuestra manera, no hay que recurrí a otras medios por pequeños problemas.- vuelve y saca sus idioteces.

Acaso no se ha dado de cuenta que estamos en el siglo XXl.

- Esa es mi condición o me devuelves el dinero, ¿tu decides?.- no cedo.

- Nos vamos a colocar así, ¿en serio?.- se hace el herido.

- Si.- digo con firmeza.

- Ok, tu lo has decidió, quería llevar la fiesta en paz, pero definitivamente eres una puta, que te costaba quedarte callada y aceptar lo que te ofrezco, ¿que no sé te olvide qué vives en mi propiedad?.- me amenaza, piensa que en este mundo se hace todo a su beneficio, es más estúpido de lo pensado.

- Y a ti que no se te olvide que por es te pago.- le coloco las cartas sobre la mesa.

- Eres una perra, sabía que ocultabas tu verdadera naturaleza.- me toma del brazo bruscamente.

Lo que provoca que pierda el equilibrio y deja caer un de mis muletas atrayendo la atención de Lizbeth.

- ¿Todo bien, Nat?, ¿Quién era?.- pregunta un tanto angustiada.

- Si, tranquila no era nadie importante, solo un insecto ruidoso.- zafó mi brazo de su agarre.

- Vas a ser mía quieras o no y te prometo que destrozaré ese orgullo de mierda que tienes.- me vuelve a tomar del brazo, pero esta vez ejerce más presión, lo que provoca que gima de dolor y alerta a Liz.

- Nat?, sueltala por favor.- dice al ver la escena.

No se como lo he tolerado todo este tiempo, pero basta de hacerlo, debo comenzar a sacar personas tóxicas de mi vida.

- No te metas Lizbeth.- le advierte.

Molesta al recordar todos sus insultos alzó mi mano y lo abofeteo, será la última vez que le permito que me trate como un trofeo.

- Necesitas un psiquiátrico.- lo miro con desdén.

Este se queda un momento asimilando el dolor para después alzar su mano y querer devolverme el golpe, por inercia cierro los ojos para prepararme para el impacto el cual nunca llega, al contrario, solo escucho exclamaciones por parte de Felix.

Al abrir los ojos puedo ver a mi jefe, si Pablo Montenegro, sosteniendo su brazo, con una mirada asesina; este le hace una breve pero fuerte amenaza, no obstante, parece que mi arrendatario tiene material gris en su cabeza, ya que considera que estas palabras son puras mentiras y me insulta sin importarle que este casi todos los residentes de edificio en mi piso.

Sin ganas de ayudarlo dejo que Pablo lo golpee y lo coloque en su lugar, las personas presentes al notar que no haré nada deciden intervenir y salvarlo.

Al estar solos y notar que las aguas se han calmado temporalmente, Liz lo invita a pasar y sin perder tiempo empiezo a curar sus heridas, lo primero que hago es agradecerle, una cosa nos lleva a la otra y comenzamos hablar de temas triviales, cuando estoy por terminar las curaciones nuestras miradas se cruzan y siento como mi respiración se vuelve pesada.

De la nada este empieza a acercarse y cuando creo que me besara entra mi acompañante a la sala, avergonzada por casi lo ocurrido obligo a centrar mi atención en otra cosa, sé que muchos pensaran que soy una mojigata por tomar esta conducta, pero están equivocados, yo también tengo mi historial amoroso y sé perfectamente que ocurre en este tipo de situaciones, pero es que me parece aún cuestionable que este hombre esté interesado en mí.

Al notar que la atmósfera se ha roto le pregunto el motivo de su visita, este piensa un poco su respuesta que a simple vista se ve que es mi forzada, pero no lo cuestiono, al mirar como se marcha me tiro en el sofá, realmente este hombre desea martirizar mi vida, no deja de aparecerme en mis sueños y ahora tengo que verlo en mi casa, Dios por favor ayúdame.

En los días siguientes nuestra comunicación mejora, desde que me defendió esa mañana de Félix mi percepción hacia él ha cambiado, supongo que en todos hay bondad por más que no parezca, además de que todos nos merecemos una segunda oportunidad, espero no arrepentirme con esta decisión.

Emocionada me alistó para ir a la oficina al fin podré regresar y hacer mis actividades normales, al llegar puedo observar a mi jefe en un mar de papeles, una sonrisa surge de mí, era en serio cuando decía que me necesitaba, rápidamente me adentro y me reporto.

- Buenos días, jefe; veo que las cosas por aquí andan un tanto complicadas.- digo atrayendo su atención.

Este no pierde el tiempo y me dice lo aliviado que se encuentra por mi regreso, sin más preámbulo empiezo a manejar su agenda y los asuntos netamente importantes de la empresa.

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