Tres años habían pasado desde aquel incidente dónde Calanthe ayudo a un joven moribundo y consiguió un contrato con the golden top.
Calanthe no tuvo que arriesgarse más por salir en las noches a escondidas, ya que en su contrato habían estipulado que ellos encontrarían una forma segura de llevarse las pinturas. Y así lo hicieron, la persona que distribuía los materiales que utilizaba Calanthe en sus pinturas, fue quien también se llevó las obras terminadas.
El trabajo de Calanthe fué un exito, todas las pinturas que hizo se vendieron a muy buenos precios, Michael estaba encantado con cada pieza que ella hacía y el éxito que tenían, incluso el salon de Madam Corthua, estába en busca de aquellas pinturas para exponerlas en su salon que se dedicaba exclusivamente a el arte de las pinturas.
Pero había alguien, desconocido por Michael, que estaba tratando de monopolizar las obras hechas por Calanthe.
La persona en cuestión compraba las obras por medio de un intermedio y sin revelar su identidad, pero evidentemente era una persona muy adinerada ya que las sumas que pago eran altísimas, e incluso lo último que Michael supo, es que este cliente estaba intentando comparar las obras de Calanthe que otras personas ya habían adquirido.
Michael sintió intriga por esto, y tuvo un par de pensamientos sobre aquello.
O se trataba de una persona que apreciaba el arte de sobremanera y había adquirido un gusto particular por el estilo que dominaba y plasmaba Calanthe, o tal vez sabía algo más sobre aquellas pinturas y su creador.
Era evidente que cada pintura contaba una historia, y eso era lo que las volvía una obra de arte, el hecho de que las personas entendieran la historia era otra.
Cómo en aquella conversación que un día tuvieron Michael y Calnthe, la idea de que las personas fingen entender era bastante certera.
Para Michael todas aquellas pinturas mostraban algo en común, un sentimiento de dolor, era claramente el hilo conductor de aquel arte.
El sentirse bien con el dolor de alguien más, es un lujo que los adinerados se podían dar, tal vez esto hablaba mucho de sus personalidades y especialmente de la del nuevo cliente.
Calanthe tenía una cuenta creada por Michael, donde depositaba todas sus ganancias, de este modo el día que ella requiriera esté dinero solo debería retirarlo dónde Michael le indicara.
Calanthe tenía todo encaminado para un día desaparecer del Ducado De Las Rosas y vivir tranquilamente en algún lugar muy lejano.
La esperanza solo sirve para avivar la idea de lo imposible. Calanthe sentiría pronto que todo lo que hizo para poder escapar de su trágico destino se sentiría de esa forma, como algo imposible, y que lo mejor sería no tener esperanzas ni expectativas de nada ni de nadie.
Habían sido tres años tranquilos, dónde Calanthe alimento en abundancia sus sueños y esperanzas, durante ese tiempo, estuvo viendo tranquila en el anexo, sin contacto con sus hermanos, lo que le hacía bien, concentrada en lo que le gustaba, hacía que incluso por momentos olvidase que estaba viviendo su cuarta vida.
Esa mañana, una pequeña grieta en el muro de su paz sería el causante de que a futuro aquel muro se derrumbará por completo.
Calanthe estaba en jardín, leyendo un libro sobre historia del Imperio Cassant, un lugar en que tenía puesta su mirada como posible destino.
Nina llegó a interrumpir la lectura de Calanthe.
Sentada en un columpio bajo el árbol de Cerezo,como una rosa solitaria, se podía apreciar una larga y suave cabellera de color rojo como el de las mismas rosas, una tranquila jóven, que aparentaba despreocupación por cualquier cosa, leía con concentración un libro. Mientras se acercaba más a ella, Nina podía ver las largas pestañas del mismo color que el cabello de la jóven, y los ojos dorados como un cálido atardecer, eran suficientes para robar un suspiro de cualquiera que la viera.
- Señorita estoy aquí para darle un mensaje.
- Oh Nina, si habla, acaso ya han llegado los pinceles que pedí?
- No Señorita, no se trata de eso...
La voz y mirada de Nina eran más serios de lo normal, lo que preocupó a Calanthe.
- Entonces... que sucede Nina.
- Bueno, él maestro la a llamado a su oficina, quiere hablar con usted.
Un pequeño estruendo se escuchó en la mente de Calanthe, que querría aquel hombre con ella, durante tres años desaparecio de su visita para no tener que siquiera dirigirle la palabra, pero ahora él la estaba buscando.
Ella no podía negarse a verlo, así que trato de averiguar de antemano que era lo que quería, para ver la mejor forma de tratar aquello.
- Nina... Sabés acaso que es lo que quiere mi hermano?
- No Señorita, él maestro no me dijo nada, solo me dijo que la acompañara hasta su oficina. Si me permite decirle algo, no creo que ese atuendo sea el más ideal para ver a él Duke, yo puedo ayudarla a prepararse.
Calanthe trato de mirar lo que llevaba puesto, en verdad para ella no tenía nada de malo, pero para su exigente hermano, eso sería un insulto. Así que solo asintió a Nina quién fué a ayudarla a cambiarse.
La mansión principal estaba a unos minutos nada más del anexo donde vivía Calanthe y era visible la gran mansión desde ese lugar, durante el tiempo que ella llevaba viviendo solo, no miro nisiquiera una ves en dirección a la mansión principal, en ese lugar estaba todo lo que odiaba y no quería ver.
Por eso cuando puso un pie de la mansión nuevamente, le pareció un lugar completamente desconocido.
-[ esté lugar es más frío de lo que recuerdo...]
Los grandes pasillos lujosamente decorados, los muchachos empleados que desmbulaban por el lugar realizando sus tareas, realizaban una pequeña reverencia al encontrarse con ella.
Al llegar frente a la gran puerta de la que parecía la oficina de su hermano, Calanthe se dió cuenta que está no era la oficina que todos los Dukes utilizaban, era un lugar nuevo donde su hermano puso su oficina.
-[ que extraño, nunca había cambiado de lugar, él orgulloso Duke, que habrá provocado que haga esté cambio?]
- Duke la Señorita está aquí.
El abrupto anuncio de Nina, corto los pensamientos de Calanthe y le hizo darse cuenta que estaba a segundos de ver el rostro del que había estado huyendo.
- Qué pasé.
La gran puerta fué abierta rebelando a él hombre en cuestión, había crecido más que la última ves que Calnthe lo vió, un cabello plateado deslumbrante y esos arrogantes ojos rojos. Ya no era un jóven, tanto en apariencia como en madurez, Dimitri era un adulto, el tiempo también había pasado para él.
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Comments
Neisa Velasco Mina
si no es el disque hermano es el niño que salvó ojalá sea el
2024-10-06
0
MarlingJCF
Maravilloso
2024-06-08
0
Mary Montilla
Dimitri la ama y la a amado en todas las vidas pero no a podido protegerla 😔
2023-10-28
3