Capitulo 19: " Control"

Calnthe salió a toda prisa de la biblioteca, con el libro en mano se encerró en su habitación.

Al recordar a Celdik, que parecía tener una mala memoria, se enfadó, ella recordaba cada acto de desprecio que habían cometido contra ella, pero él que era uno de los que mas le decía cosas hirientes, parecía no recordar.

- Me da asco pensar como puede pretender que nada ocurrió, si, ser hipócritas, esa es la clave del éxito de esta familia.

Después de dar un par de vueltas por su habitación, Calanthe tiro en libro en su cama y fué tras el, observó en detalle el exterior del mismo y luego procedió a abrirlo en la primera página.

- Qué! Que ha ocurrido...

Calanthe paso una página y otra y otra, pero ahora el libro estaba con sus páginas en blanco, todas, no había una que tuviera al menos una letra escrita.

- Me estoy volviendo loca... Estoy segura, estoy segura de que este libro estaba escrito...

Calanthe soltó rápidamente el libro, asustada por lo que estaba ocurriendo, por que estaba segura de lo que había visto anteriormente.

- Jajaja! estás jugando conmigo, no es suficiente con hacerme morir y vivir la misma vida, cuándo creo que tengo una esperanza, te burlas de mí y la desapareces.

Cerca del anexo, estába el campo de entrenamiento de los caballeros, los caballeros que pasaban a diario por el lugar donde Calanthe pintaba, no la habían visto hace un tiempo, y se preguntaban que había ocurrido.

- Hace tiempo que no vemos a la Señorita.

- Sí, tal vez el maestro le prohibió estar ahí.

- Yo escuché que estába muy enferma.

- Es una pena... Ver a la Señorita todos los días era lo mejor!

- Espero que vuelva pronto.

- Es que cada día se ve más hermosa, sin duda la Señorita será la dama más hermosa de la sociedad de Romessa.

- Se imaginan a la Señorita cuando sea mayor?

- Quien será él afortunado de casarse con ella?

- Imagina levantarte todos los días y ver ese rostro!

- No sabía que los caballeros del Ducado fueran tan atrevidos?

- Jóven maestro!

- Díganme quienes se creen para estar hablando de la Señorita del Ducado de esa forma?

- Maestro lo sentimos... no era nuestra intención.

- Creo que su entrenamiento es demasiado liviano y su educación como caballeros debe repetirse. No quiero escucharlos hablar nunca más de la dama de está familia. A partir de hoy tendrán doble entrenamiento, y sus sueldos serán reducidos por dos meses. Alguna queja?

- No maestro!

- Bien ahora pierdanse!

Kieran se veía muy enfadado, escuchar a los caballeros hablar sobre Calanthe no le sentó nada, pero a la vez sabía que era algo que con el tiempo no podría controlar, en efecto Calanthe era bonita, y cada vez llamaba más la atención, en cualquier lugar hablarían de ella y quién sabe que cosas no pensarían.

-[ a veces pienso que lo mejor sería esconderte... debo convencerla de salír del anexo ]

Kieran regreso a sus actividades, pero no pensó que su castigo llamaría la atención de su hermano y causaría un problema mayor.

- Jon que significan estos documentos, porque se les ha impuesto un castingo a estos caballeros?

- Oh esto Duque, él maestro Kieran lo ha hecho...

Él mayordomo dudo en decir el porque del castigo, ya que había notado como su maestro reaccionaba de manera diferente cuando se trataba de la Señorita Calanthe, pero él no podía tomarse el atrevimiento de reservarse cosas y no hablarle con toda la verdad a él Duque.

- Bueno el castigo fué por que él maestro los encontró hablando sobre la Señorita Calanthe, al parecer no eran comentarios apropiados...

- Jon... reúne a eso caballeros! ahora!

- Cómo ordene Duque.

Él mayordomo salió a toda prisa con la lista de nombres de los caballeros castigados y los interrumpió en su hora de entrenamiento para llevarlos hasta la sala de caballeros que estaba en en mismo predio que el campo de entrenamiento.

Ahí, él Duque ya los esperaba, parado mirando a un lugar en específico, los caballeros apartados se encontraron con la espalda de él Duque.

- que estará ocurriendo ahora.

- tal vez el joven maestro nos reduzca la sanción?

- No creo que sea eso.

- Compañeros....

- qué?... Duque!

- Están aquí... Ustedes, me he enterado de lo que ha ocurrido recientemente.

- Lo lamentamos Duque, ya le hemos pedido disculpas al jóven maestro Kieran y ahora se la pedimos a usted, hemos sido atrevidos, discúlpenos Duque.

- Silencio! No les he permitido hablar!

En ese instante los siete caballeros temblaron, él Duque no era conocido por ser alguien que levantase el tono de voz por cualquier cosa, realmente estaba enojado, y eso que ellos no estaban viendo la expresión en su rostro, que en esos momentos era aterradora.

- En estos momentos siento la necesidad de arrancar sus lenguas, saben lo haría sin pensarlo dos veces, pero el Ducado De Las Rosas ha manejado por años de otra manera este tipo de situaciones, aunque si esto sigue ocurriendo me veré obligado a actuar de manera diferente.

Por sierto, esto de dónde lo sacaron?

Los caballeros no querían responder a aquello, ya que él Duque señalaba la pintura que la Señorita les había dado. Pero ante su cilencio, él mayordomo respondió.

- Parece ser una de las pinturas de la Señorita, Duque.

- Ella les dió esto? Respondan!?

- Si Duque.

- Kieran cometió un error, el castigo para ustedes es ser despedidos de la orden de caballeros. En este instante si aún quieren conservar sus vidas desaparezcan de las tierras del Ducado.

Él mayordomo instó a los hombres a salír rápido del lugar, los excaballeros salieron sin protestar ya que no tenían voz contra él poderoso Duque Dimitri De Las Rosas.

Dimitri tomo la pintura en manos, la observó y luego la hizo pedazos.

- Cómo se atreven... De solo pensar en ello quiero matarlos.

Dimitri volvió a su oficina, ese día no hizo otra cosa que estar parado a un lado del gran ventanal de su oficina, observando hacía el anexo.

Un sentimiento de irá lo había invadido y ese día se daría cuenta de lo fácil que podía perder el control de sus emociones.

En la noche, el Ducado De Las Rosas se despertó en medio de un caos.

La oscura noche se vió iluminada por grandes flamas que iluminaron el lugar, el anexo se estaba prendiendo fuego.

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