Capítulo 17
- Tengo que viajar a Japón. Estaré dos semanas allí, mi amor
- ¿Y eso?. Que lejos te vas esta vez - Rous puso carita de pena.
- Me llamó Ran. Quiere que lo ayude con algunas propuestas de negocio de las empresas de la familia, muy jugosas. Si existe la posibilidad, y las propuestas son buenas, quizá se puedan implementar en mi propia corporación y abrir camino aquí en occidente. Se le veía emocionado con esto
- A ti también se te ve emocionado - sonrió su novia.
Sabía que Azaki añoraba mucho a su hermano y lo del viaje no era solamente por negocios, bien lo sabía. Él no le propuso acompañarle esta vez, pero ella tampoco habría podido por su trabajo. Últimamente, estaba a tope con sus tareas en la oficina y sus jefes estaban presionando bastante.
- ¿Cuándo sales de viaje?
- En dos semanas. Tengo que dejar todo encaminado aquí para el tiempo que estaré fuera
- Mmmmm te voy a extrañar
- Mmmmm ni te vas a enterar. Voy a estar aquí antes de que te dé tiempo a descansar de mí ja, ja, ja
- ¿Cómo lo sabes, eh?
Los dos se rieron. Cada día se sentían más unidos y estaban más tiempo juntos que separados.
- En cuanto vuelva, Rous, quiero anunciar lo de nuestra boda y fijar la fecha definitivamente
- Está bien. Así será, mi señor
- Linda te pones cuando me dices mi señor
- Sep
- Mejor di, mi amo
- Nop
- Rebeldona me saliste
- Ja, ja, ja
Se besaban y se hacían arrumacos hablándose tiernamente. Los pocos que conocían su noviazgo decían que era una pareja hecha en el cielo y así se sentían ellos todo el tiempo. Ninguno había conocido, antes de eso, un amor tan dulce y estaban infinitamente agradecidos al universo por darles ese regalo.
En dos semanas, Azaki partió rumbo a su tierra natal.
......................
Rous no puede parar de reír hasta las lágrimas con todas las tonterías que le manda Azaki durante el día. Las frases, está claro, las saca de alguna página de internet y ya se lo imagina, mirando afanosamente lo que le va a enviar ese día para despertarla.
"La sonrisa es mía, pero el motivo eres tú", "de las 24 horas del día, 16 pienso en ti y las otras 8, sueño contigo", "cuando te besé por primera vez, mi corazón gritó te encontré", etc. Reconoce que despertar así la mantiene de buen humor durante sus solitarios días, sin él. De todas las que le escribió, su favorita fue "te quiero no por quien eres, sino por quien soy cuando estoy contigo". Permaneció mucho rato mirando la pantalla de su móvil y reflexionando en la frase. Era exactamente así como se sentía ella con él.
Rous era mejor persona con Azaki y viceversa. ¡Se complementaban tan bien!. Parecía casi un milagro que, de entre todas las personas del mundo, ellos se hubiesen conocido y además a través de quien menos esperaban.
Un día para compensarle por tanta devoción ella también buscó una frase para él, que le envió durante la noche sabiendo que al le llegaría por la mañana al abrir los ojos: tienes ese “no sé qué que qué sé yo” que me encanta.
Y de verdad era así. Azaki la volvía loca desde el mismo instante en el que lo conoció. Lo extrañaba mucho, pero ya no quedaba mucho para su vuelta.
Estaba llevando lo de estar separados mejor de lo que pensaba. Lo tomó como un tiempo de descanso que iba a aprovechar para estar consigo misma. Llevaba meses pegada a Azaki en prácticamente todos sus tiempos libres y ahora estaba feliz con tener un respiro, sin sentirse culpable por hacer cosas solo para ella, sin él. Todo salía a pedir de boca. Tampoco se sentía desatendida por su novio.
Cómo sería eso posible si su teléfono siempre andaba lleno con sus mensajes y sus fotos. Incluso le envió las imágenes de las flores de Sakura diciéndole que justo así quería llevarla cuando viajaran juntos.
......................
Los días pasaron rápidamente. Rous hizo una videollamada a su novio emocionada porque en pocos días él estaría de vuelta, pero no contestó. La llamaría de vuelta en cuanto estuviera desocupado, aunque se preguntó qué estaría haciendo pues en Japón eran las once de la noche. ¿Quizá dormía?. No le había mandado el mensaje de buenas noches de siempre, pero ella aún estaba en su oficina y le quedaba un rato para salir, así que no pensó mucho el asunto. Lo llamaría por la mañana, temprano.
Al principio el viaje era de dos semanas, pero Azaki no pudo terminar con lo que le llevó hasta allí en ese corto plazo así que se quedó por un mes y luego por dos. Y ella suspiró con paciencia en las dos ocasiones. ¡Qué remedio!. Era su trabajo y por lo que él le había contado los proyectos que el abuelo le había encargado eran de otro nivel.
Azaki se veía feliz enfrentando nuevos retos junto con su hermano Ran, que ponían a prueba sus habilidades como empresario y como líder en la administración de empresas. Por los artículos que leía Rous, su novio y su cuñado estaban siendo considerados los dos mejores empresarios japoneses de todos los tiempos, y casi del mundo. Los logros que obtenían en el mundillo de las finanzas eran realmente extraordinarios y pocos hombres eran capaces de emular la capacidad de estos dos, juntos. Eran como el rey Midas en los negocios y todo lo que tocaban se volvía oro.
Para Rous era increíble que Azaki hiciera todo eso y encima se ocupara de ella, incluso a distancia, teniendo detalles tiernos y románticos casi cada día. La acompañaba a distancia por videoconferencia a hacer caminatas nocturnas, sobre todo las noches de luna llena, que para ellos era una cita infaltable.
Iban todo el tiempo hablando de cómo habían tenido el día o del paisaje que tenían cada uno enfrente. Se sentía casi como ir caminando de la mano y durante esas horas olvidaban la distancia que los separaba y dejaban que el romanticismo de la noche los envolviera con su mágica historia de amor.
Le regalaba flores, que enviaba por agencia y llegaban a su oficina todas las semanas. En una ocasión incluso le envió un ramo de peonías japonesas, que envió por avión, acompañadas de una nota que decía que en su país esa flor era considerada un símbolo de riqueza y buena fortuna. "Para mí, eso es lo que tú significas en mi vida. Eres mi riqueza y mi buena fortuna", escribió él de su puño y letra. Rous se emocionó hasta las lágrimas.
Otro día le escribió al móvil una lista con las cuarenta cosas que tenían que hacer en pareja para darle emoción a la relación. Según él, no podían permitirse caer en la rutina y era necesario vivir experiencias únicas y que nunca olviden, romper con el molde y compartir muchas experiencias juntos.
Ahora que estaban viviendo la mejor historia de amor del mundo, era el momento de ponerse con ello que llegó con los años que les quedaban por delante tendrían muchos recuerdos gratos de todo lo compartido con el amor de sus vidas.
Rous se rió por la poca lógica del asunto. Llevaban unos meses juntos... ¿Cómo se iba a instalar la rutina si apenas estaban empezando?. Además, en ese momento él estaba a 10.642 kilómetros de distancia de ella. Lo había mirado en internet. No habían tenido tiempo de dejarse arrastrar por ninguna rutina, se reía ella.
Sin embargo, nada de eso le decía a él, pues lo veía tan entusiasmado, que era la última persona a quien se le ocurriría decepcionar. En el fondo esos detalles la enamoraban más y más.
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Comments
Jenny Gomez
al contrario el es quien debe decirle Ama.. dado que todavía es un Rōnin😅😅😅
2024-08-05
1
Asle Chiquinquirá Urdaneta Morillo
Estoy tan enamorada de esta historia, como Azaki y Rous!!!
2024-01-28
3
Alicia Chavez Salcedo
que estará haciendo realmente Asaki🧐🧐🤔🤔
2023-12-04
1