Capítulo 12
Azaki la había llevado hasta su apartamento y mientras maniobraba para aparcar en su espacio, le dijo que ahí podrían hablar tranquilamente mientras se secaban. Después la llevaría a casa.
Rous se sorprendió. Nunca en todo el tiempo que estuvieron conociéndose antes, él la había invitado, ni ella le había pedido ir. Subieron a la planta treinta y uno, que era el ático del edificio, y a pesar de no ser uno de los más altos de la ciudad, no tenía otras construcciones alrededor de modo que nada estorbaba el bonito paisaje detrás de los cristales.
Como era de esperar el sitio era impresionante. Azaki la condujo hasta una habitación gigantesca y con una decoración masculina y le dejó algunas toallas y un pijama de hombre.
- Toma. Date una ducha caliente y cámbiate. Meteré tu ropa en la secadora y en menos de una hora estará lista para usarla de nuevo
- Sí, gracias
- Espero aquí mientras te desnudas
Eso sonaba realmente tentador aunque Azaki lo dijo sin intenciones. Ella entró en el baño y una vez se quitó todo se lo entregó por una rendija de la puerta. Le dio un poco de vergüenza darle las bragas y el sujetador, pero no había remedio. Él cogió todo y se fue.
Para cuando Rous salió de la ducha con el pijama, dos veces más grande que ella, él estaba igualmente, recién duchado y con un pijama parecido al suyo. Solo que ella había tenido que hacerse un nudo en la cinturilla del pantalón para sujetarlo en su sitio y dar vueltas a las perneras varias veces para no pisarlas. Azaki la miró y sonrió porque estaba muy graciosa con su ropa.
- Ven. Creo que esta noche es mejor que nos quedemos en casa mirando la lluvia y viendo una peli
Le ofreció una copa de vino blanco y él tomó un licor oscuro que no supo qué era. Tenía preparados algunos tentempiés de picoteo y palomitas de maíz. "Así que lo de la peli iba en serio", pensó ella. Se emocionó un poco suponiendo que después de todo no estaría perdida toda la noche, aunque siguió mostrándose seria porque él seguía de mal humor.
Se sentó a su lado en el enorme sofá y entre los dos escogieron una comedia romántica. Obviamente, no era el género favorito de Azaki que se quedó dormido en la primera media hora. Cuando término la peli él estaba con la cabeza hacia atrás en una posición realmente incómoda así que Rous se retiró lentamente y lo dejó caer suavemente sobre el sillón.
Le tapó con una manta y entonces reflexionó qué hacer. Él estaba dormido y no tenía pinta de despertarse para llevarla a casa. Estaba cayendo una tormenta terrible como para salir a coger un taxi. Pero no quería quedarse sin pedirle permiso a él y además debía llamar a su madre y explicarle que se quedaba allí y no sabía como se lo iba a tomar. Resopló un poco desesperada por el mal día que llevaba, después de todas las expectativas que ella había puesto en la cita, caray.
Finalmente, llamo a su madre y le habló muy bajito parte no molestarlo. Su mamá no creía que Azaki estuviera durmiendo y ella le envió una foto. Doña Margarita se reía diciéndole que estaba perdiendo sex appeal “Hija cuando yo era joven, en esa misma situación a mí no me dormía tu padre ja, ja, ja” "Mama, por Dios..."
Pero Rous se picó un poco. ¿En verdad era tan poco atractiva para él, que se quedaba durmiendo como si nada a su lado? ¿O es que él no era muy sexual?. Algunos hombres son así. Poco viriles y aunque el hombre no lo parecía, todo era posible. Azaki era muy poco expresivo y no habían tenido tanta intimidad ni él había intentado nada y eso era raro.
Puso los ojos en blanco y se tapó la boca con las manos. ¡Dios santo! ¿El rōnin era gay?. Se acercó corriendo al sofá a mirar de cerca al hombre. Su rostro era divino. Realmente las facciones orientales tienen una especie de belleza casi femenina y mágica. Seguramente él gustaba tanto a hombres como a mujeres.
Pómulos altos y marcados, mandíbula cuadrada y barbilla firme, nariz alargada y fina, y sus maravillosos ojos alargados. Su cara asiática era exótica a los ojos de Rous y la atraía poderosamente.
Luego miró la configuración de sus labios, exquisitos, ligeramente rosados y tan turgentes que cuando lo había besado la sensación fue exquisita y voluptuosa. Para ella era la zona erógena por excelencia. Donde todo empezaba, en cuestiones de amor. Si no estuviera dormido le comería la boca en ese mismo momento.
Parecía haberla escuchado porque abrió los ojos, enrojecidos de sueño, y la miró intensamente. Le sonrió y le dijo:
- ¿Qué haces pervertida?
- Na.. Nada
- Me ibas a besar. Confiésalo
Rous se apartó de él toda colorada.
- Le he dicho a mi madre que me quedo aquí. Llueve demasiado fuerte como para salir a por un taxi. ¿No te importa?
- No me importa. Vamos - le dijo.
Se incorporó y le tendió la mano para llevarla a la habitación. Él no dijo nada y Rous tampoco protestó cuando la hizo meter en la cama. Era grande y cómoda, así que iban a dormir bien. Él la abrazó por detrás haciendo la cucharita y murmuró en su oído.
- Estoy demasiado cansado. Mañana hablamos ¿si?
- Sí
- Buenas noches, Rous
- Hasta mañana, Azaki
Ella tampoco quería hablar. Si él iba a decirle que se separaran, tal y como se temía, quería disfrutar de esa noche en sus brazos, aunque solo durmieran. Se acomodó mejor contra él mientras lo oía respirar lentamente, ya dormido, y cerró los ojos. Su último pensamiento fue que dormir en sus brazos era la mejor cosa del mundo.
Durmieron abrazados y felices y al despertar Azaki se sintió completamente lleno de amor. No le cabía duda. Amaba a esa loca como a nadie. No creía poder volver a amar a alguien más que a ella. En sus treinta y ocho años de vida, jamás se enamoró, ni siquiera cuando pensó que sí. Claro que le gustaban las mujeres y claro que de vez en cuando tenía compañía femenina, pero nada como lo que sentía con esta preciosa criatura que lo impactó desde el momento en que la vio. Era algo que iba más allá de la lógica.
La apretó más contra si, y cerró los ojos disfrutando de su cercanía y de que ella estaba totalmente relajada en sus brazos, durmiendo tan feliz, como si llevaran varios años juntos. Era una buena sensación. Al final Rous abrió los ojos también y él lo supo porque sintió como se le aceleraba la respiración y el cuerpo se le tensaba.
- Buenos días - le dijo sin moverse y sin abrir los ojos. Quería que ella no se sintiera atacada de ninguna manera y por eso no hizo ningún gesto.
- Buenos días. Que hora es?
- Mmmm, no sé. Es domingo. ¡Que más da!. ¿Tienes algo que hacer hoy?
- No - dijo ella bajito
- Entonces vamos a quedarnos así otro ratito. ¿Estás incómoda?
- Un poquito sí. No hemos dormido juntos antes
- Ahora ya sí. ¿Descansaste bien?
- Muy bien
- Genial. Entonces dormiremos juntos más veces - se rió.
Ella le golpeó el pecho
- Azaki, no seas descarado
- ¿Y qué si lo soy?
La abrazó un poco más y ahora sí la miró a los ojos. Le acariciaba el hombro con la mano que tenía bajo ella y con la otra le retiraba un mechón de pelo de la cara.
- Eres linda al despertar también.
Rous se puso rojísima. Estaba haciendo un esfuerzo brutal por no mirar ni tocar mucho el pecho de Azaki. Al acostarse ella recordaba perfectamente que él llevaba una camiseta de pijama, pero ahora, no sabía el motivo, solo llevaba el pantalón y la tenía pegada a su pecho desnudo que olía a gloria.
A Rous le llegaba su olorcito desde donde estaba acurrucada en su hombro y la estaba volviendo papita, literalmente. Él, sin embargo, no parecía alterado en absoluto por tenerla cerca y ella se volvió a mosquear pensando si al final era gay o no… no le quedaba claro. Estaba tentada de mirar debajo de la sabana ver si tenía una erección al menos. Eso sería lo normal siendo un hombre al despertar en la mañana y más con una sirena como ella al lado.
Claro que no pudo hacerlo. Hubiera sido demasiado descarado. Aparte, él parecía interesado en hablar y ya iba notando que era de esas personas que al levantarse están con las pilas puestas. A Rous, sin embargo, le cuesta que le llegue el alma al cuerpo al menos una hora y dos cafés después y no puede hilar una conversación tan temprano.
- Quiero garantías
Eso dijo él, así de la nada.
- Rous, yo sé que nos llevamos bien, que somos compatibles en prácticamente todos los aspectos, que más allá de eso, nos gustamos y estamos bien y felices. ¿Me equivoco?
- No te equivocas. Te extrañé cuando estuvimos separados
- Y yo a ti. Pero sabes que me cuesta mucho confiar
- Ya te he dicho que me permitas demostrarte…
- Entonces hazlo, demuéstramelo. Hazme creer que no soy un capricho pasajero y que no vas a cambiar de opinión en cuanto yo me entregue a ti. Hazme saber que no soy un juguete al que usar y tirar.
Rous estaba alucinada. ¿Eso no debería decirlo ella? ¿No es el papel femenino sentirse agraviada por un hombre cuando le hace promesas que no va a cumplir solo para tener un polvo de una noche? ¿Con Azaki todo va al contario siempre, o qué?
- Si quieres que volvamos a estar juntos quiero garantías
- Ya me dijiste eso ayer, pero no sé qué … - él no la deja terminar.
- Yo sí sé lo que quiero. Lo he pensado bien
- Lo que sea, dime
Azaki hace una pausa teatral para que el efecto sea mayor.
- Cásate conmigo
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Comments
Tere Roque 🇨🇺
WAOOOOOOO jajajaja epa sííííííííííí ésoooooooooooooooooooooooooooooooo BRAVO k harás ahora Rous o mejor escrito k dirás ahora
2024-11-26
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Tere Roque 🇨🇺
🤣🤣🤣😁😁😁🤣😁🤣😁🤣😁🤣😁🤣😁
2024-11-26
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Stella Santabaya
Jajaja como la está envolviendo, es tan ingenua que ni cuenta se da
2024-09-17
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