Rous va a la cárcel

Capítulo 5

Las hermanas estuvieron juntas casi dos horas más bromeando y riendo. Cuando salieron del restaurante se las podía ver con la cara brillando de felicidad. Alexa llevó a Rous hasta la casa de sus padres y continuó hacia su mansión. Estaba deseando llegar a casa, no solo para tener su dosis de mimos de su maridito, sino que además estaba loca por contarle los sucesos con el nuevo romance. Iba a ser muy divertido ver en lo que acababa de esa historia.

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Rous entró corriendo en su casa, besó a su madre y le contó cómo estaba Alexa y lo feliz que la veía. Apenas subió a su cuarto oyó como tocaban a la puerta y a su padre hablando con alguien, fuera. Doña Margarita, su madre, la llamó con voz urgente y entró en su habitación 

- Rous la policía eta aquí y te buscan a ti. ¿Qué hiciste? - le pregunta con cara espantada - Vístete, hija. Coge tu bolso y la documentación, corre

- ¡Ay ,mamá! ¡Yo no hice nada!

- ¡Baja y ya veremos!

La mamá sale y Rous se vuelve a poner el pantalón. Coge una chaqueta y el bolso y sale de su cuarto. Abajo están sus padres y su hermano y dos policías que le dicen que está detenida y que tiene que ir con ellos. Que en la comisaría le explican todo.

Pov Rous

La policía ha venido a casa a llevarme. Salgo y en la calle están todos los vecinos asomados o fuera paseando a los perros. Se ve que a todos  los canes les ha dado un apretón al mismo tiempo en el barrio.

Me escoltan dos hombrotes hasta un vehículo con las sirenas encendidas y yo me siento la protagonista de una peli sobre el cartel de Medellín. Voy detrás de ellos y que hay que ver lo que hace un uniforme. Casi que de  momento no me importa que estos dos me lleven al cuartelillo y si hace falta que me cacheen de lo bien hechos que están. Subo al coche de policía  y mi familia sale detrás de nosotros en el coche de mi padre, pero conduce Raúl.

Voy en la parte de atrás en silencio y de verdad que esto impone. Cojo el móvil un poco desesperada porque no sé que hacer ni a quien llamar. A Alexa quizá que es muy resolutiva y cuenta con Aron.

En la pantalla aparece el nombre de Azaki que me envía otro mensaje más, seguramente porque no he contestado a los anteriores y le digo que me están llevando a la cárcel, dramática y llorosa.

Me escribe rápidamente "¿Qué dices?".

No me aguanto los nervios y lo llamo desesperada y compungida pues de alguna manera quiero que venga y me saque de ahí. ¡Que me salve!

- Azaki, hola - le digo bajito 

- ¿Qué hiciste? - lo mismo que dijo mi madre.

- No sé.  No me dicen hasta que llegue 

- ¿Adonde te llevan?

Le pregunto a los policías que van delante. 

- A la jefatura de policía de la calle la luna

- Ya voy a por ti

Y cuelga. Me quedo mirando el teléfono. Él es así, seco y directo. Pero me quedo más tranquila porque sé que se hará cargo. Mientras tanto Alexa me ha enviado dos o tres mensajes de WhatsApp

"Mamá me llamó. ¿Qué hiciste?".

Pongo los ojos en blanco ¡Y jode! ¿Por qué todos piensan que hice algo?. Esta falta de lealtad de mis allegados me está empezando a molestar.

"No sé qué hice. Sólo se me ocurre el incidente de esta mañana pero no lo sé seguro", le contesto.

Me pregunta qué quiero que haga ella pero le digo que ya viene Azaki y se queda tranquila También. Me pide que la llame al salir y le digo ok. Me recuesto en el asiento y descanso. Creo que esta noche va a ser larga.

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-No me preguntes qué hice. Pregúntale a la salvaje de tu novia que me denunció por lo de esta mañana.

Esto le digo a Azaki nada más verlo entrar por la puerta de la comisaría, enfadada. Él me mira y me dice con paciencia.

-Rous yo estoy de tu lado. No la tomes conmigo pequeña

Sé que tiene razón y aparte al verlo se me han quitado todos los males. Así que lo miro, arrepentida y llorosa.

- Es mala, Azaki. No te cases con ella nunca, nunquita

-No lo haré - dice. Y se ríe- Ay, mi loca

En realidad, es cierto que hay una agresión por su parte, pero en la versión que da Ayaka Itō hay uso y abuso de la licencia dramática. Dice que Rous le tiró del pelo, la empujó, le pegó y la lanzó al suelo. Y su amiga corrobora todo.

-¿Esa mujer no puede dejar de dar problemas? Ella fue la que me agredió a mí y tú solo me defendiste. Siento haberte metido en esto.

Azaki estaba enfadado. Ella se encogió de hombros. Si gracias a esto se la quita del medio, enemigo menos en la trinchera del que preocuparse, piensa Rous contenta. Hasta esta mañana creía que era su prometida.

La señorita Itō está sentada en la mesa frente a un agente, rodeada de su amiga, sus padres y un abogado. Mira a Rous con perfidia, como diciéndole que se las va a pagar.

Por otro lado, Rous está con sus padres y su hermano y al llegar Azaki con un abogado, entran también los señores Masaharu. Se han sentido afectados por este acto provocado indirectamente por su hijo mayor y además resulta que son amigos de la familia Sánchez desde hace tiempo. Le tienen mucho cariño a Rous y ninguno a Ayaka, pues hace tiempo vieron sus malas intenciones.

La jefatura de policía de la calle luna, está llena de gente hoy. Los agentes de guardia se remueven intranquilos pues ya han vivido mil veces estos dramas familiares. "Espero que no se nos complique la cosa", suspira el inspector Martín.

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Media hora después…

Nadie sabe en qué momento llegaron a esto. La jefatura de policía de la calle luna se encuentra ahora mismo llena de gente. Cualquiera diría que esto es lo normal salvo por un par de detalles: todos están allí por lo mismo y todos están gritando. La familia Sánchez, la familia Masaharu, la familia Itō, la amiga de Ayaka y los abogados.

Azaki y sus padres les gritan a los padres de Ayaka. La señorita Itō y su amiga gritan al policía y al abogado que llegó con Azaki y los padres y el hermano de Rous les gritan a todos.

La única que está tranquila es Rous que está sentada en una esquina, con las piernas estiradas y las manos en los bolsillos. Hace un rato intentó mediar entre todos de ellos, pero ninguno le hizo caso. Al final se apartó y pensó, "¡Que se maten!".

En un momento dado, harto ya, el policía que recogía la denuncia se había levantado y los había amenazado con detenerlos a todos si no se callaban, así que se hizo el silencio, por fin. Los padres de los chicos salieron a esperar fuera un poco angustiados y con los ánimos soliviantados, pero era mejor salir y no empeorar las cosas para Rous.

El inspector Martín giró la cabeza en todas direcciones buscando a la persona que había motivado este desastre originalmente.

Por fin la vio apartada en un lado y reconoció que era la única que se estaba comportando. La llamó.

- Señorita Sánchez, siéntese aquí por favor y vamos a tratar de llegar a un acuerdo

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