Capítulo 2
Rous se queda en la acera, con la sensación de que el mundo se ha ralentizado. En un minuto le vienen cientos de imágenes y recuerdos a la cabeza. Se siente aturullada por un montón de pensamientos negativos sobre sí misma.
Y al mismo tiempo se da cuenta de que se está dejando llevar por un impulso dramático y pesimista. Si ahora mismo se siente triste la culpa es solamente suya por dejar pasar a un hombre bueno que la quería. Y no es la primera vez que hace algo así. Todo por sus sentimientos de inseguridad y esa maldita manía de hacerse de menos, cuando sabe perfectamente que ella es tan válida como cualquier otra persona.
Azaki estuvo todo el tiempo intentando explicarle que para él era una mujer muy valiosa y que quería estar con ella, sin embargo, no lo escuchó. Permitió que el miedo a ser demasiado feliz "sin merecerlo" la ganara. Eso y el estar pendiente a la desaprobación de los demás como si eso fuera más importante que su propia opinión o la de aquellos que la aman.
El resultado fue que estropeó algo bonito que apenas estaba iniciando, con un hombre hermoso y digno. Ahora mismo daría lo que fuera por volver atrás a cambiar las cosas. No hubiera rechazado a Azaki, ni discutido con él por los motivos equivocados. No lo habría decepcionado metiendo por medio a otro hombre que no valía un carajo al lado de su hermoso samurái ahora convertido en su rōnin.
Desearía haber sido más valiente y enfrentar lo que estaba sucediendo realmente con ella y Azaki y que no tenía nada que ver con la clase social ni con el estatus de él, ni con las familias o el que dirán y ni siquiera con la opinión de su hermana Alexa, que ya le había dejado claro que no le importaba que estuviera con el hermano mayor de Ran, su exnovio, el que le puso los cuernos.
Pero Rous estaba cegada por sus peores temores y no quiso escuchar a nadie. Se encerró en su burbuja diciendo que ella tenía razón y se empezó a victimizar. Se puso en el papel de la pobrecita chica humilde, fea y poca cosa. Y de esa manera saboteó la posibilidad de estar con un hombre tan impresionante como el Masaharu, a pesar de que él le demostró de mil maneras que la deseaba y que quería estar con ella.
Y ahora él estaba con otra chica. Dándole todo lo que ella no quiso aceptar de él. Había sido una jodida estúpida dejando pasar un hombre como ese. Todo esto le llegó de golpe, así parada en medio de esa calle, con la misma intensidad que si le hubiera caído un rayo.
Tal fue así, que se puso en cuclillas y se abrazó las rodillas para controlar las ganas de llorar que tenía en ese momento. No se quitaba de la cabeza la mirada vacía de Azaki cuando la vio.
De esa manera estaba, cuando escuchó una voz gritar su nombre.
—¡Rous!
Giró la cabeza a la derecha y ahí estaba su dios japonés, su samurai sin dueña, llamándola. Azaki estaba, parado en todo su esplendor, a unos metros de ella con las manos en los bolsillos. Ella pensó que visto desde abajo, era todavía más impresionante. Lo miró enfurruñada.
—Míralo, ahora me conoce. Hace un minuto paso por aquí y yo era transparente para él. Anda y que te zurzan, rōnin —murmuró bajito. Él volvió a gritar su nombre con más fuerza.
—¡Rous!. Sí te vi —le dijo. A Rous le pareció alucinante. Era como si le hubiera leído el pensamiento o supiera lo que estaba hablando por lo bajo, aunque era imposible desde la distancia a la que estaba que la hubiera escuchado. Era imposible. Quedó impresionada, pero apartó la vista. No quería que él la descifrara de esa manera.
—Rous, mírame —le volvió a decir y ella giró la cabeza, con disgusto, al lado contrario. —He bajado del coche por ti. Así que no hagas eso. No pongas esa cara al verme.
Rous aceptó mirarlo, porque tenía razón. Se estaba haciendo la digna, pero en realidad estaba agitada y emocionada de que él hubiera venido a por ella.
—¿Estás triste porque te ignoré?. Y di la verdad, no me mientas —dijo él. Ella contestó que sí con la cabeza porque no le salía la voz y además él estaba un poco lejos. Seguía en la acera parado a cierta distancia y los brazos cruzados sobre el pecho, pero sin acercarse. Le dijo:
—Sí te vi. Solo que todavía me duele
Ella pensó, "¿le duele?". ¡Qué falso era!. Se puso en pie inmediatamente y se dio la vuelta quedando frente a él con los brazos en jarras.
—Ya veo que la pena te consume y para superarlo te vas revolcando con mujeres, de dos en dos. Yo también te vi, ¡muy bien acompañado!
Azaki primero se quedó en silencio, sorprendido por esa declaración que no esperaba y que sonaba a... ¿Celos?
—Eso fue... bueno. Tú no quisiste quitarme las penas
Cuando Rous iba a contestarle como se merecía, por detrás del hombre aparecieron las dos exquisitas asiáticas que iban con él en el coche antes. Se acercaron y una de ellas se quedó mirando a Rous de arriba abajo con cara de asco. Hizo un mohín de desprecio y se giró hacia Azaki diciéndole:
—Querido, ¿qué haces hablando con esta desharrapada?. La limusina está esperando, vámonos —ella intentó cogerlo por el brazo y arrastrarlo, pero él la esquivó y le dijo:
—Espérame en el coche si quieres o márchate en un taxi. Yo estoy hablando con la mujer de mi vida y es importante. No me molestes, Ayaka
La japonesa puso una cara de espanto en su perfecto rostro y miró a Rous con todo el desprecio de que fue capaz.
—¿Te refieres a esa zo...? —Pero antes de que pudiera continuar la frase, Azaki la cortó bruscamente.
—Cuidado con lo que vas a decir. A mi mujer no le faltes al respeto.
La mujer abrió la boca igual que su amiga, horrorizadas las dos, porque antes jamás Azaki, siempre tan correcto y educado, les había hablado de esa manera. Se calló y le lanzó a la cara un reproche, iracunda.
—¿Entonces nuestro compromiso?
—Yo jamás dije que me fuera a comprometer contigo. Esos son tus inventos
—Pero la prensa ha dicho...
—Tú te has metido en ese problema, sácate tú misma de él. Eres tú la que ha estado lanzando noticias falsas aquí allá para obligarme a un compromiso que yo no iba a aceptar jamás y lo sabes
—¡Pero mis padres han hablado con tus padres sobre nosotros! ¡Han mencionado la boda!
—Me parece bien, pero el que se casa soy yo, si quiero. Y contigo no quiero. No eres una candidata apta para mí. No me gusta la gente como tú que pone cara inocente y en realidad se porta como una arpía. Y, francamente, conociendo a mis padres, dudo que hayan aceptado nada en mi nombre.
Eso era totalmente cierto. La señorita Ayaka Itō, había intentado por todos los medios comprometer al guapo CEO, incluso usando a sus padres para presionarlo. Pero la visita no había tenido éxito.
Los padres de Azaki habían recibido a la familia Itō con toda cortesía, pero en ningún momento aceptaron ningún acuerdo de compromiso, ni siquiera permitieron a los padres de Ayaka mencionarlo. Por eso, ella había utilizado a la prensa como un medio para asentar un compromiso que sabía, era inexistente.
La delicada señorita, tenía la confianza de seducirlo con el tiempo, pero nunca conseguía acercarse a él. Incluso hoy, lo había obligado a llevarla a ella y a su amiga Sakura, haciendo un pequeño montaje para engañarlo. Y ahora la dejaba tirada por esa zarrapastrosa y la insultaba llamándola arpía. Era demasiado para una señorita de alcurnia. Se había equivocado completamente con él ya que era un desvergonzado sin clase.
Cuando oyó lo que le decía Azaki a la mujer, Rous no sabía si ponerse a saltar de alegría o seguir manteniendo su orgullo de mujer ofendida. Y de repente, vio como la arpía nipona le soltaba tremenda bofetada a su crush. Con lo pequeña que era parecía mentira que tuviera tal contundencia, pues la cara de hombre quedó inmediatamente marcada con los cinco dedos.
Él la miró imperturbable y por supuesto que no se iba a defender, porque jamás pegaría a una mujer. Pero Rous no tenía ese tipo de consideraciones. Saltó hasta la japonesa cuando vio que le iba a volver a pegar y la cogió por los pelos. La lanzó lejos de él y se puso entre los dos con los brazos extendidos en defensa de su hombre.
La mujer, que no se esperaba esa reacción, cayó al suelo. Rous, delante de Azaki, la señaló apuntándola con el dedo y le dijo:
—¡No te atrevas a tocarlo zorra! —y a voz en cuello, le espetó. —Quita tus sucias manos de élite de él
¡ESTE RŌNIN TIENE DUEÑA!
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Comments
Tere Roque 🇨🇺
WAOOOOOOO jajajaja 🤣 k buena y k espectacular y Rous siendo mucha Rous vuelve a marcar con su mano ✋️ la cara de alguien y está vez la de la trepadora y zorripilanta k kiere a xq sí k su hermoso japonés y Rōnin a xq sí y ya está marcando terreno y posición sobre su hombre y guapo amor 💘 😉 😁 😊
2024-11-24
0
Joke Arévalo
jajajajaja me reí tanto imaginando la desgreñada que le dieron a la linda japonesa 😂😂
2024-01-20
3
Alicia Chavez Salcedo
así se hace a las arrastradas como las serpientes que son
2023-12-04
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