Capítulo 11
Cuándo Azaki llega a recogerla ella está más que preparada para salir. Para una vez, está usando un bonito vestido, sencillo y de color rosa, pues normalmente es más de pantalones. Le queda maravillosamente bien y le hace una figura bonita, y Rous se siente guapa. Cuando su acompañante la ve salir de casa la mira boquiabierto y le dice mientras le abre la puerta del coche:
- Estás guapísima, Rous
Ella le da un beso en la mejilla y sube al coche.
- Vamos. Que tengo un buen plan para nosotros hoy.
Él no sonríe, al contrario de lo que ella esperaba y le dice que está bien lo que ella quiera aunque se encuentra un poco cansado.
Le da indicaciones para llegar a un restaurante del que le han hablado muy bien por la comida aunque no es un sitio bonito, ni con clase. Más bien tiene el aspecto de un bar de "chochos y moscas" que se dice. Pero según ha leído en las reseñas de internet, el menú es espectacular.
Como está ubicado en un barrio pobre de la ciudad es difícil conseguir aparcamiento en la zona. Así que dan algunas vueltas buscando dónde dejar el lujoso Lamborghini de Azaki. Después de veinte minutos los dos, desesperados, deciden ir hasta un parking de pago, aunque tienen que caminar bastante. Por fin aparcan y se dirigen al sitio. Ella lleva unos tacones muy altos así que se mentaliza porque sabe que le van a doler los pies. Espera que al menos la comida y la charla valgan la pena.
Su compañero no parece darse cuenta de que ella tiene problemas para caminar y avanza con paso rápido hacia el sitio, sin esperarla. Rous piensa que debe ser que tiene bastante hambre. Cuando llegan al restaurante hay una cola inmensa de gente que espera por fuera.
"Paciencia, Rous", se dijo ella misma y suspiró, pensando en sus ya doloridos piececitos después de la tremenda caminata. Y es que, además, ha venido casi corriendo, pues no consiguió estar a la altura de las largas zancadas del hombre.
Azaki está con unos cómodos zapatos de cuero italiano y ella con tacones rojos de quince centímetros, que desde luego no son como para una maratón. De hecho se siente sudorosa, tiene el pelo pegado a la frente y la espalda y las axilas húmedas.
Están de pie en la calle, en una fila de gente que calculó que eran unas quince personas, así que hasta después de cuarenta minutos no les llegó el turno. Intentó hablar con Azaki, pero él miraba el móvil y estaba malhumorado y Rous imaginó que se debía a las vueltas, la caminata y la espera de pie.
La salida, de momento, no estaba siendo nada agradable ni iba como esperaba y claro, a él se le veía un poco frustrado. Deseó que el ambiente entre los dos mejorara cuando estuvieran sentados dentro.
Durante la cena Azaki seguía cabizbajo y sin hablar apenas ignorando todos los intentos de ella por entablar una conversación amena y fluida como siempre. Al final, suspiró y preguntó:
- ¿Azaki, te pasa algo?. Y no me digas que nada porque tu cara dice lo contrario desde que me recogiste en casa.
Empezaba a pensar que no había sido buena idea salir ese día. Él estaba realmente malhumorado y si no quería salir era mejor terminar la cita aquí y dejarlo para otro día.
- He estado pensando
- ¿En qué?
- Acerca de nosotros
Ella le miró perpleja y un poco asustada. Quizá le iba a decir que era mejor continuar cada uno por su camino. Bajó la cabeza y jugueteó con la comida en el plato.
- Me puedes decir lo que sea. No voy a tomar a mal nada de lo que me digas - dijo Rous, preparándose para lo que fuera.
- Sí. Creo que tengo que ser claro contigo
- Por favor, sí
- El hecho Rous es que, yo soy un hombre de naturaleza fija ya lo sabes. Soy serio. Y familiar. Para mí los lazos son importantes.
- Lo he visto
- Contigo lo he pasado mal antes
Ella iba a hablar queriendo justificarse, pero él levantó las manos y no la dejó hablar.
- Espera... Lo que quiero decir es que aunque pasamos momentos muy bonitos como ayer y te veo decidida a empezar algo, yo necesito garantías está vez, para sentirme seguro
- Garantías... ¿Como qué?. ¿Qué puedo hacer para que confíes?
- Aún no lo sé, Rous. De verdad que no lo sé. Por eso estoy tan callado hoy. Mis padres también me hablaron de ti en el almuerzo
- ¿Qué dijeron?
- Bueno... Mejor no hablemos de eso aquí. Hay demasiado ruido
En verdad era muy ruidoso el ambiente pues el restaurante era pequeño con las mesas muy juntas y estaba lleno hasta la bandera. Los dos casi gritaban para hacerse oír entre el escándalo de copas y platos chocando, camareros haciendo pedidos a la cocina y muchos comensales que después de dos vasos de vino alzaban la voz más de la cuenta, alegres. Estaba muy concurrido.
Y eso que era un sitio de aspecto pobre con mesas y manteles de plástico barato y con las paredes llenas de desconchones. Almanaques antiguos estaban amontonados sobre las paredes como único adorno y en el techo colgaban algunas bolsas de plástico llenas de agua que utilizaban para atraer a las moscas. Era francamente repelente mirarlas con un montón de los bichos negros pegados.
A Rous no le hubiera extrañado que en cualquier momento pasara alguna cucaracha. Dudaba que Azaki hubiera pisado un sitio como este antes de ese día y se rió un poco por lo bajo. Pero la comida era buena de verdad.
Terminaron de cenar en silencio y Rous se había resignado a que ninguno de sus planes de ese día, salieran de la manera esperada. Le preguntó si le apetecía ir después a tomar una copa, aunque no mencionó lo de bailar, y él asintió con la cabeza. Dijo que sí que le vendría bien para relajarse.
Justo al salir y mientras repiten la caminata de vuelta hasta el coche, comienza a llover. Rous no había cogido el paraguas pues se suponía que llovería mucho más tarde. De modo que terminó empapada, y con los pies destrozados por los zapatos de tacón, que eran preciosos pero de lo menos adecuados para tanta andadura.
Ahora se arrepentía de haber insistido en ir hasta ese restaurante. Para cuando llegaron al coche, el disgusto de Azaki era evidente. Y Rous ya no sabía qué más hacer. Se suponía que estarían en una velada encantadora y romántica en la que se acercarían un poco más, no en medio de este desastre.
Azaki la miró un poco apenado y le dijo que mejor dejaban lo de ir de copas, porque estaban tan mojados que lo más probable es que si no se cambiaban terminarían con una neumonía. Rous aceptó que la llevara a casa y no dijo nada más. Subió al deportivo con él.
Por el camino él le fue contando que había tenido últimamente bastantes problemas en la empresa, que con sus padres tampoco estuvo bien porque lo estaban presionando mucho y que además andaba preocupado por su hermano el que está en Japón. Y en fin, que con ella las cosas tampoco estaban tan bien. Eran varios temas que lo tenían en tensión.
Ella inmediatamente se mostró comprensiva aunque por dentro pensaba que hubiera sido mejor cancelar la cita, si iba a ponerse de esa manera. Él, como si le leyera la mente, comentó.
- Pensé en cancelar la cita pero creí que era mejor tener contigo una conversación sincera
- Pero aún no hemos hablado
A esas alturas ella solo quería llegar a casa y llorar por esa mala noche, de lo mal que se sentía. Pero Azaki no la llevó a casa. Entraron con el coche en los subterráneos de un edificio impresionante y Rous preguntó dónde estaban.
- En mi casa - dijo él.
¿Azaki la estaba llevando a su apartamento?
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Comments
Tere Roque 🇨🇺
EPA JAJAJAJA 🤣 🤣 🤣 🤣 🤣 🤣 🤣 🤣 🤣 🤣 🤣 🤣 🤣 🤣 🤣 SÍÍÍÍÍÍÍÍÍÍÍ SÍÍÍÍÍÍÍÍÍÍÍ WAOOOOOOO ARRIBA ROUS VE A X TOD@S K SÍÍÍÍÍÍÍÍÍÍÍ SE PUDO SE PUEDE Y SE PODRÁ, VIVE A
PLENITUD ÉSE MMTO CON ÉL EN SU VIVIENDA 🥵😛🤪🌟🤣💯😁😀😃❤️🔥❤️🔥❤️🔥❤️🔥❤️🔥🔥🔥🔥🔥🔥🔥🔥🔥🔥🔥🔥🔥🔥🔥🔥🌋🌋🌋🌋🌋🌋🌋🌋🌋🌋🌋🌋🌋🌋🌋🌋🌋🌋🌋🌋🌋🌋🌋🌋🥵🥵🥵🥵🥵🥵🥵🥵🥵🥵🥵🥵🥵🥵🥵🥵🥵🥵🥵🥵🥵🥵🥵🥵
2024-11-26
0
Asle Chiquinquirá Urdaneta Morillo
Vamos Samuray!!
Demuestra a esa insegura que contigo es TODO o NADA
2024-01-28
3
Lita Wellington
Ahora viene lo bueno, Azaki aunque serio es más directo con lo que quiere y eso me gusta
2023-12-04
1