Una probadita

Capítulo 9

Los dos, Rous y Azaki, tenían gustos parecidos en cuanto a la comida, así es que no les fue difícil decidir el pedido. Se sonrieron porque incluso en esto solían estar de acuerdo. Iniciaron una charla ligera que les permitiera estar más cómodos juntos. Después de todo hacía demasiado tiempo que no se veían ni estaban así y los encuentros del día anterior habian sido un poco locos. Al rato Rous decidió tomar el toro por los cuernos. 

- Azaki - llamó suavemente - ¿qué piensas de mi?

El la miró con esos dos pozos negros que tenía por ojos y ella se dio cuenta de que estaba decidiendo qué decirle. Como siempre él era controlado y medía sus palabras. 

- Te sigo extrañando. Te sigo pensando

Contestó honestamente porque era mejor eso que crear malentendidos por un falso orgullo.

- Ya veo - dijo Rous. Suspiró fuerte porque no había esperado esa respuesta tan directa y estuvo conteniendo el aire temiendo que ahora fuera él quien le dijera que ya no estaba interesado en ella. No le extrañaría nada después de cómo se portó antes.

Ahora era el turno de él de preguntarle qué sentía ella, pero no lo hizo. No dijo nada y siguió comiendo tan pancho y mirándola. Así que todo para ella ¿eh? Esta conversación iba a estar a cargo de Rous sí o sí.

- Yo… quiero estar contigo. Si todavía quieres - mejor soltarlo ya.

- Ajá - dijo él.

- ¿Y ya está? ¿Eso qué significa?

- Significa que ajá. Que esperaré a ver que se te ocurre para conquistarme. Como tú comprenderás después de la última vez y aunque siga interesado en ti, no me fio de lo que harás. Hoy me dices esto y mañana me vas a enviar un mensaje diciendo que te equivocaste y no sabías lo que decías hoy.

- Azaki... - lo miró apenada.

- ¿Rous?

- ¿De verdad soy así?

- Sí

- ¿Me porté tan mal?

- Sí. Y peor

- Y ahora no te fías

- No me fio, efectivamente, Rous.

Rous bajó la cabeza porque no podía negarlo. Era lo que había hecho con él todo el tiempo y parecía como si hubiera querido jugar con los sentimientos de él, pero la verdad es que no fue así. Solo era la naturaleza de Rous y su miedo a ser dañada. El resultado fue este. Había tratado mal a este hombre al que adoraba. No se podía ser más idiota que ella. 

- ¿Entonces qué puedo hacer?

- No lo sé, Rous. Eso es cosa tuya. Yo estoy siendo muy honesto contigo. ¿Me interesas? Sí. A mi pesar no te olvidé. ¿Voy a volver contigo? No. No tan fácil y no sin garantías de que realmente quieres ser mi compañera. Ya sabes como soy con las relaciones. Lo mío es un para siempre y lo tuyo es… un tango. Paso pa'lante, paso pa'trás. Yo soy de naturaleza fija y tú eres como la marea, siempre en movimiento. No tengo respuesta para eso. Inventa algo.

Rous lo miraba alucinada. ¿En qué momento el rōnin se había puesto filosófico festivo y le decía estas cosas?. Antes tenía hasta miedo de hablarle para no molestarla. Pero ahora estaba subido a la parra, claramente. Por un segundito sintió el fuego interior subirle como enfadándose, pero se echó una dosis de agua a sí misma y se apagó.

No era momento de estar enseñando las garras si quería traerlo de vuelta. Tenía que darle tanta miel que se ahogara en su dulzura. Maldito Rōnin.

Él la miraba y casi parecía que le leía el pensamiento. Vio el fuego que la encendió por un segundo y también vio cómo se apagaba la llama. No se echó a reír porque no quería espantarla de nuevo. Pero estaba muy muy contento con la nueva situación entre ellos. O sea, que para tenerla a su vera, tenía que jugar a esto. Si lo hubiera sabido desde el principio otro gallo les cantaría pensó él.

Después de la cena llevó a Rous a casa aunque ella protestaba diciendo que cogería un taxi. Le dio igual y no la escuchó. Quería estar más rato con ella, ahora que había vuelto a acercarse y le parecía un sueño estar así de cerca otra vez y hablar tan contentos como antes, teniendo en cuenta que hasta hace dos días estaba convencido de que nunca más se iban a ver. 

Al dejarla en casa ella se bajó del coche de inmediato y caminó hacia la puerta. Él esperó a verla entrar, pero ella no lo hizo. Volvió sobres sus pasos y le pidió abrir la ventanilla. Cuando Azaki la obedeció Rous se inclinó y le plantó un beso con lengua que lo dejó temblando incapaz de responder.

Solo se dejó besar porque el impacto fue tal que no reaccionó. Dios santo si seguía besándolo por supuesto que volvería con ella arrastrándose. Ella separó la boca y le enseñó la sonrisa más espectacular que había visto en su vida. 

- Hasta mañana, Azaki

Le dijo y se marchó tan contenta y saltando a su casa.

Azaki no podía ni conducir. No solo es que le dejara temblando, es que además se excitó de tal manera que todo su cuerpo estaba rígido, no solo su hombría. Eso no le había pasado con un solo beso, jamás de los jamases. 

Azaki rezó a todos los dioses pidiendo que esa mujer de verdad volviera con él y lo amara, porque si no era así, iba a tener una vida terrible por el resto de sus días. Si no era ella, no habría otra. Ahora lo sabía.

Cuando llegó a su apartamento, miró sus mensajes de WhatsApp. El móvil había ido sonando todo el camino con las notificaciones del servicio de mensajería y estaba de los nervios deseando ver lo que le había escrito Rous. Juraba que era ella porque era casi la única persona con la que hablaba por ahí.

“¿Llegaste bien? Avisame cuando estés en casa”

"Me gusto besarte"

"¿Todavía no llegas?"

"Tu boca sabe dulce"

"Mañana te puedo besar más"

"Si no quieres, me dices"

"Tú no me besaste a mí ¿es porque no te gustó?"

"Quizá debo ir más despacio ¿verdad?"

Azaki respondió aún sin terminar de entrar en la casa.

"Llegué bien. A mí también me gustó. Tu boca es más dulce aún. Me puedes besar mañana y pasado mañana también. El viernes no porque hago el ramadán. No te besé porque me sorprendiste. Sí quiero. No vayas más despacio ni más deprisa, vete a tu ritmo"

Rápidamente apareció la respuesta

"¿Estás haciendo el ramadán el viernes?"

"Es broma, tonta"

"Ja, ja, ja idiota"

"ja, ja, ja"

"¿Mañana nos vemos?", le escribe ella.

"Si quieres, claro que sí"

"Vale. Quiero que vayamos a un sitio"

"Vale"

"Duerme bien, Azaki"

"Y tú. Sueña bonito, Rous"

Me gusta tener a alguien que quiera que la avise cuando llego a casa.

......................

Rous está supercontenta de cómo fueron las cosas en la cena. Aunque ahora tendrá que inventarse cosas para conquistar a Azaki. Ella no tiene eso muy claro. Tendrá que preguntar a sus amigos a ver como se hace. Es mejor tener una lista o algo así, de cosas que puedes hacer cuando quieres conquistar a un hombre.

De hecho, debería haber un manual para estas cosas, por favor. Mañana buscará en internet porque allí está todo y no cree ser la única persona en el mundo que se ha visto en esta situación ¿no?.

Conquistar a un hombre punto com. Si no existe esa web, jura que a partir de mañana la abre ella misma para contar su experiencia conquistando a su hombre. 

Azaki, la hizo ver hoy en la conversación, lo mal que se había portado aun sin querer. A veces es muy fácil dañar a otros sin darse ni cuenta. Estamos demasiado acostumbrados a mirar solo para nosotros mismos y pocas veces nos ponemos en el lugar de otros aunque hablemos de empatía y de vivir para y por los demás.

En el fondo, todas las cosas que hacemos siempre las hacemos con un trasfondo de intereses personales. No se le ocurría una sola cosa en su vida que no hubiera hecho pensando en ella misma incluso cuando aparentemente lo hacía por alguien más. Lo que le dijo Azaki la puso a reflexionar sobre esto. 

También había descubierto en él una forma de ser que no había visto hasta el momento. Azaki siempre fue muy entregado con ella y su actitud fue un poco sumisa antes, siempre buscándola y evitando hacer cosas que la molestaran.

Hoy le había importado un pimiento ser claro y directo con ella y francamente, le resultó más atractivo aún que antes. Ese hombre tenía más contenido en un dedo del pie, que todos los botarates con los que había salido hasta el momento. Por eso seguía soltera, claro está. Nunca había encontrado a alguien que pudiera considerar un par, un igual.

El rōnin, aparte de estar como un puto queso, por lo visto venía relleno de salsa de arándanos, una cosa entre agrio y dulce. El beso que le metió hoy solo fue una probadita. Pero el japonés ya podía irse agarrando los machos porque en breve le iba a dar un repaso completo.

¡Cómo iba a disfrutar comiéndoselo!, se rió Rous.

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