En California

Al día siguiente de haber descubierto que su novio es gay, y de haber perdido el mismo día su virginidad con Robert, Alice se despierta y se dirige al salón de máquinas en su casa, para ejercitarse, se sube en la caminadora que tiene vista al mar, trota una hora. Luego se ducha y se viste con jeans y una blusa cómoda, desayuna con sus padres, toma las llaves de su auto y del departamento. Les anuncia a sus padres que se mudará al departamento ese día. Ellos aceptan, su madre le dice que se está encargando desde el sábado de los asuntos de suspender la boda. Alice les agradece, les da un beso en la mejilla a ambos, se va contenta, siente que se le quitó un peso de encima. Ahora entiende que no amaba a Alexis, era más bien costumbre. Pero igual le da rabia haber sido una tonta engañada por 6 años.

Cuando conduce por la carretera, observa a un hombre en la vía, piensa que lo atropelló, se detiene, el hombre está bien, le pregunta:

-¿Puedes verme?- Alice, suspira, se da cuenta de que se trata de un fantasma, desde niña heredó el don de su abuela de ver fantasmas. Puede ver a esos seres que se quedan vagando por el mundo de los vivos, por resentimiento acumulado por no haber logrado algo en vida, o asuntos pendientes con los vivos.

Alice, sabe que no puede mentirle:

-Si puedo verte, pero no se si pueda ayudarte- le contesta antes de que el fantasma le cuente su tragedia. Se sienta en el mirador viendo hacia el mar, para que nadie vea que ella está hablando sola, los demás no entienden eso. Los fantasmas no pueden hacerle daño a los vivos, únicamente pueden asustar a quienes no están acostumbrados a su presencia, ella es diferente...

-Me llamo Jerry Stewart, morí aquí, ya no sé cuánto tiempo sucedió, solamente sé que llevaba a mi jefe Leopold Bolgheri y a su esposa Zenya Wilson con sus dos niños a su casa de Malibú, luego caímos al precipicio, cortaron los frenos del vehículo y nos siguieron para provocar el accidente para que muriéramos, pero creo que yo fui el único que murió, el padre del señor Leopold se lo llevó a él y a los niños, colocaron otros cadáveres en su lugar. A mí, me pusieron las cosas del señor Leopold e hicieron parecer que él había muerto, también trajeron dos niños muertos aparentando que todos murieron en el accidente. A la señora Zenya, la dejaron tirada allí como a un perro, pero alguien la auxilió. Yo permanecí aquí todos estos años, esperando que alguien pueda ayudarme, gracias por escucharme- cuenta Jerry a Alice.

-¡Eso fue horrible! ¿Pero en qué puedo ayudarte?- pregunta Alice.

-Tenía una esposa, ella estaba embarazada, quiero ver a mi hijo y despedirme de ella, quiero que sepa que morí, que no la abandoné, que la amaba a ella y a mi hijo, eso es lo que quiero, por favor ayúdame- ruega el fantasma de Jerry.

-Está bien, sube a mi auto, te llevaré con ellos- suspira Alice, una vez más está haciendo lo mismo que hacía la abuela, ayudar a las almas en pena. Ella ya no siente miedo. Se acostumbró, su abuela le explicó que existen diferentes planos astrales, y sus ojos pueden adaptarse a ellos.

Es un don y una maldición, no todo el mundo lo entiende, cuando era adolescente, sus padres la internaron en una casa de reposo mental, pensando que estaba loca, hasta que su abuela le enseñó a canalizar su energía, para no verlos todo el tiempo, únicamente los ve cuando se distrae o está muy estresada, como en este momento. Siempre debe ocultar su don de los demás, incluyendo de sus padres, para que no la cataloguen de loca.

En la carretera iba Robert, pensando en Alice, que no le contesta el teléfono, no sabe donde vive, quería volver a verla. Se sintió tan bien con ella. En la carretera de Malibú, él va a visitar a sus padres... de pronto observa en el mirador a Alice, ¿pero qué hace allí sola viendo el mar? ¿Todavía estará triste por lo del exnovio gay? Se estaciona. Ella no se da cuenta, pero el fantasma le dice -Él fue quien salvó a la señora Zenya-

Alice se voltea, Robert le sonríe:

-¿Qué haces aquí sola?- pregunta

-¡Robert! ¿Me estás siguiendo?- pregunta ella sorprendida de verlo allí. Pero no puede decirle que no está sola, que un fantasma está con ella.

-¡Claro que no!, ¿Cómo te voy a seguir, cuando fuiste tú la que me abandonó después de tener el mejor sexo de mi vida?- dice abrazándola.

-¡Estás helada! ¿Cuánto tiempo llevas aquí sin abrigarte?- pregunta y va a su auto a buscarle una chaqueta.

-Jerry es mejor que te metas en mi auto, no debes escuchar la conversación privada- dice avergonzada, Jerry asiente y atraviesa el vehículo de Alice, se sienta a esperarla.

Robert le coloca la chaqueta de piel marrón. Alice la acepta, no quiere discutir con él, ella se pone helada con calofríos, cuando hay algún fantasma cerca, es la reacción de su cuerpo ante eventos sobrenaturales.

Robert la abraza, Alice se siente bien con su abrazo, pero al mismo tiempo no quiere caer redonda como todas sus conquistas.

-Robert, no hay una relación entre nosotros, eso debe quedar claro, lo que sucedió fue por efecto del alcohol y de mis circunstancias, pero no quiero que te sientas mal, ni obligado a fingir una relación conmigo- aclara Alice, pero Leopold sigue abrazándola.

-Tontita, me gustas mucho, no quiero dejarte ir. Además, me debes una por el choque- señala su auto. Alice suspira y asiente.

-¿Cómo te pago? Tengo seguro, no va a haber problema- contesta Alice.

-No quiero que me pagues con dinero- sonríe Robert

-Quiero que esta noche seas mi pareja en una cena con mis padres, deben saber que te tengo y que no sigan buscándome citas a ciegas, en la noche va a ir una mujer que no soporto, quiero que me ayudes fingiendo ser mi novia, una novia posesiva y enamorada, para que ella no siga detrás de mí- explica Robert.

Alice quiere terminar el asunto pendiente con Jerry, así que sin pensarlo acepta. Robert está feliz, le pide le envíe la dirección para buscarla, ella asiente. Antes de irse Robert en un descuido, acerca su rostro y la besa. Alice se queda quieta y corresponde a sus besos apasionados.

-Me gustas Alice, de verdad me gustas mucho- le susurra en el oído, la acompaña abrazándola hasta su auto y vuelve a besarla, ella se separa, él le dice:

- Contesta el teléfono, debes encenderlo- Ella asiente, mira su celular y lo enciende. Quiere devolverle la chaqueta, pero él no la acepta.

- Me la devuelves después, es un pretexto para volvernos a ver después de esta noche- le hace un guiño de ojos. Se despiden con la mano.

Robert se va con una inmensa sonrisa hasta su vehículo. De pronto mira alrededor, recuerda que hace 3 años, salvó a Zenya Wilson en ese mismo sitio, pero lamentablemente ella sigue en coma...

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