Capitulo Catorce

— Me he demorado menos de lo que pensaba. Lo sé, Jonas me ha llamado en la mañana también, por eso he venido lo más rápido posible. Daré la clase de ahora, por favor avísale a Mika y a Robert, que después de eso iremos a checar unos números del pedido que hicieron hace poco al taller.

—Está bien, no te preocupes por eso. Me alegro de verte, quería que habláramos sobre la búsqueda de patrocinadores que menciono Kate el otro día.

Asiento de acuerdo.

Mis familiares han hecho grandes donaciones al enterarse de que estábamos iniciando este proyecto, nosotras mismas hemos aportado grandes sumas de capital y trabajando mucho en ello. También tenemos convenios con la universidad para que estudiantes de grados superiores e incluso un par de maestros se vinculen, ya sea para enseñar algo o trabajar en la logística. Aun así, la universidad no ha hecho ningún aporte monetario, lo que está bien, ya la ayuda la han proporcionado de diferentes formas. Pero esto no quiere decir que no podamos conseguir nuevos patrocinadores a través de la universidad o de sus directivos.

—Jean, organicemos una reunión con el director y el decano de la facultad de finanzas.

— Está bien, me haré cargo de ello.

Se despide marchándose hacia el área administrativa.

Me dirijo al salón donde ya estaban la mayoría, poco después comenzamos y me ocupo hablando sobre los problemas más comunes en los diferentes tipos de esmaltes y pigmentos para la cerámica, sin tener tiempo de pensar en nada más.

Regresar a casa el día de hoy se convierte en una decisión difícil, sabiendo que Kate, estará allí. Muy probablemente esperándome para hablar de la entrevista.

Dudo, entre bajar del auto y entrar o encenderlo y buscar algún hotel.

El celular suena notificando un mensaje.

— ¿Por qué no entras?

Kate.

A regañadientes camino hacia la casa.

Todo por culpa de ese atractivo y dominante hombre.

Suspiro.

No pienses en él, Rose. No ocupes el espacio en tu mente destinado a estudiar con ese atractivo hombre. Ya es suficiente con tener que rendir exámenes finales para dos carreras.

—¿Por qué tardaste tanto dentro del auto? - pide mi amiga sin dejar de teclear frenéticamente en la laptop frente a ella.

—¿Qué haces? ¿Te sientes mejor?

—El artículo y en un par de días estaré como nueva – me mira, su nariz aún está roja.

—¿Te sirvió lo que traje?

—Después de lo que me dijiste en la tarde pensé que sería un poco difícil a la hora de redactar el artículo. No lo escondo, pero esto que me has traído está genial, Rose. La primera vez que lo oí pensé que en cualquier momento te arrojarías sobre él y le romperías la cara. Lo has hecho muy bien. No puedo creerme que no aceptaras su oferta de enseñarte el edificio. Hasta un sordo podría oír que quería pasar más tiempo contigo.

Me lanza una fugaz mirada burlona.

Inexplicablemente, mis pulsaciones se aceleran, aun así, aparento tranquilidad.

—¿Abrías aceptado?

Su ceño se frunce un poco.

—Bueno, si no hubiera sido un dhampir, por supuesto, diría que sí. – me encojo de hombros con simpleza. —No me salgas con que tú le dijiste, que no por eso. Las dos sabemos que es una vil mentira.

Si Kate hubiera estado allí, tendría claro que no era por eso, al igual que yo.

Solo quería mostrarme el edificio para que viera que era el amo y señor de todo aquello. Si él únicamente quería eso, me convenzo. Soy consciente de que estoy mordiéndome el labio y confío en que Kate no se dé cuenta, pero mi amiga parece estar concentrada en la transcripción.

Maniobra evasiva.

—Entonces ya sabes que me quería morir cuando el viejo me llamo – entre cierro los ojos en su dirección. — ¿Tirarme sobre él y romperle la cara? ¿Por qué tengo la pequeña impresión de que en tu mente soy un perro con rabia que puede atacar en cualquier momento?

Asiente.

— Me alegra que lo hayan hecho- le di una mirada de no te creo una mierda- ¿Qué? No me hubiera gustado que estuvieras sola al enterarte. -se encogió de hombros. — Al menos estabas acompañada. Y bueno, eres peligrosa, sobre todo cuando no has tenido una lucha decente en los últimos meses. Tomarías cualquier oportunidad para tener una pelea, sobre todo si es con alguien que pueda seguirte el ritmo. – como siempre, ella buscando mi mejor interés.

— Ni lo menciones. -me quejo — Le pedí al guardaespaldas de Grey, que entrenara un poco conmigo y me dio un rotundo no.

Se ríe al ver mi pequeño e infantil berrinche.

— No te preocupes querida, ya encontraremos un niño que quiera jugar un poco contigo. Solamente recuerda no ser demasiado mala con ellos o no querrán verte de nuevo.

En una clase de negocios internacionales conocimos a Kayra Lazar, una moroi de la realeza, estuvo por un intercambio escolar durante todo un año en la universidad. Como es común, estaba custodiada por dos guardianes, de los cuales después de un par de encuentros ninguno quiso volver a practicar lucha conmigo.

— Ya entiendo lo que quieres decir con eso de formal. ¿Tomaste notas? —me pregunta. Cambiado el tema a propósito.

— Mmm… No.

— Está bien con esto es más que suficiente. Lo vi de lejos una vez que acompañé a mi padre a una reunión de caridad. No se dejó fotografiar por los medios. Es una pena no tener una foto suya, el hijo de puta está muy bueno ¿No?

Me ruborizo.

— Lo es.

Respondo monótonamente.

— Vamos, Rose… Ni siquiera tú puedes ser inmune a su atractivo.

Me mira y alza una ceja perfecta.

Me encojo de hombros.

— He crecido rodeadas de hombres hermosos ¿Qué te puedo decir?

Me mira divertida, pretendiendo no haber notado mi rubor, pero yo lo sabía mejor, sabía que no lo mencionaba para presionarme, por otro lado.

— Tienes razón, me arrepiento un poco de no haber conocido a tu hermano antes de que se casara.

— Es mi hermano, naturalmente debe ser hermoso. Si no pensare que lo han recogido en algún lugar.

— Dime, ¿qué te ha parecido?

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