Mierda Gabriel contrólate, pareces un adolescente.
Intento recobrar la compostura y cuando al fin tengo la sufriente confianza como para hablar lo hago.
—¿Se quedará ahí en la puerta? —Ella me mira como si quisiera ver que hay en el fondo de mi oscura alma, por un momento puedo ver la tristeza en sus ojos y eso hace que el corazón me duela. Nunca quiero ver esa mirado en sus ojos.
Otra vez me veo obligado a apartarme de ella porque no tengo control de mí, me toma casi toda mi fuerza darle la espalda y caminar hacia mi escritorio.
—Vine a traerle mi certificado médico. — Me siento y tengo que poner mis manos en puños para intentar calmarme. Sus ojos recorren mi oficina y me siento extrañamente expuesto ante ella, pero mi vista solo recorre su cuerpo una y otra vez. Haciendo que un deseo incontrolable crezca en mí.
Me obligo a mirar el libro que esta abierto en mi escritorio, tratando de apartar estos pensamientos de hacerla mía aquí y ahora.
—Cierre la puerta. —La veo voltearse y cerrar la puerta. Cuando se gira vuelvo a fijar mi vista en el libro y a medida que avanza mi corazón se agita.
—Mi nombre es Karina, vine trayéndole mi certificado ya que no pude asistir a la clase. —Así que ese es el nombre de la mujer que no saco de mi mente. Su voz me vuelve loco, la haría mía ahora mismo.—La … la profesora Karem me comento también que sería su asistente.
¡Mierda!
Me siento como un imbécil, y tengo cierta decepción. Creí que ella vino hacia mi, no que va a ser mi asistente. Aunque se ve que esta nerviosa, bastante nerviosa.
Te hare sufrir un poco de lo que yo pase estos días linda, centro mi atención en el libro. Y aunque intento saber que dice no puedo, la vuelvo a mirar y siento esa extraña sensación en mi pecho.
—Muéstrame tu certificado. —Me pasa la hoja temblando y por fin puedo leer algo, estaba mal y eso no me gusta. Tal vez por eso no pudo buscarme. —Está bien, pasare su inasistencia.
—Gracias—No puedo apartar mi vista de ella, tengo tantas preguntas que hacerle, pero tampoco quiero asustarla, estaba mal. Tal vez aún está mal y me da rabia no ser yo quien la cuide.
Mientras mas la veo, sus mejillas se tiñen de rosa y eso hace que se vea tan hermosa, como un ángel. Yo soy un demonio y puedo lastimarla, tengo que alejarla de mí.
—Señorita Karina puede retirarse. —Cuando la veo irse, prácticamente es como si yo mismo metiera un cuchillo directo en mi corazón y la sola idea de ya no volver a estar junto ella me aterra. Estoy asustado como un niño. —Casi lo olvido, menciono a la profesora Karem.
Cuando se detiene, recién puedo respirar con tranquilidad. Y cuando voltea a verme me siento perdido.
—Si. —Esa voz que muestra tantos nervios me esta excitando sobremanera, cierro el libro que ni siquiera se de que se trata y voy hacia uno de mis sillones. Luego la miro parada en el mismo lugar como si la hubieran pegado y no pudiera moverse. Iría yo mismo por ella, pero no quiero asustarla y que vuelva a irse.
—Tome asiento señorita Karina, me gustaría hacerle una pequeña entrevista para ver si cumple con los requisitos mínimos que requiero para un asistente. —Parece que lo piensa y luego me regala una sonrisa que por poco hace que se detenga mi corazón. Sonrió inconscientemente por ello, pero rápidamente vuelvo a mi habitual seriedad.
Ella al fin se acerca a mí, pero grande es mi sorpresa y se sienta muy alejada. Quiero reírme porque piensa que eso me apartara de ella y a la vez me molesta su lejanía.
—¿Qué experiencia tiene como asistente? —La miro fijamente esperando su respuesta.
—En mi país fui asistente en una empresa de construcción, como asistente de un profesor no he tenido experiencia. —Así que ya no quieres el puesto de asistente, no huiras de mi esta vez.
—Me di cuenta que tiene poca experiencia. —Ella reacciona justo como lo esperaba, sus mejillas vuelven a tener ese rosa que la hace ver tan hermosa. Intenta aclararse la garganta, así que decido ir hacia ella y toco su frente. Que para mi sorpresa esta caliente.—Creo que aún está mal, está muy roja.
—Sí, yo aún me siento mal. —Se aleja de mi toque y eso me molesta, ella podría estar mal y quiero asegurarme de que no sea así.
Intenta pararse y pongo mi mano en su hombro y me agacho para poder estar a su altura.
—Estas muy caliente. —Al parecer mis palabras la ponen nerviosa que se levanta y empieza a rodearme con la intensión de alejarse.
Antes de que avance mas la sujeto de la mano y la atraigo hacia mí, Creo que con demasiada fuerza que ella se choca en mi pecho. Ella esta tan cerca y yo tan deseoso de probarla que no creo que pueda controlarme.
—¿Huyendo otra vez? —Nuestras miradas se encuentran y ella parece tan indefensa y pequeña.
—Yo… me siento mal y … a … enfermería—Empieza a tartamudear pareciera que olvido como hablar, todo de ella me parece fascinante e increíblemente lindo.
Mientras intento controlarme para no besarla ella cierra los ojos y se aparta de mí, prácticamente corriendo a la salida. Mis manos sienten la perdida, en tres pasos la alcanzo y cierro la puerta que logro abrir.
La giro hacia mi y pierdo todo el control, la beso con pasión no quiero parar pero se que el aire le debe faltar, extrañe el sabor de sus beso y su aroma. Me aparto de ella mientras tiene su vista fija en mis labios.
— So schön, so lecker und so meins. (Tan hermosa, tan deliciosa y tan mía.) —Ahí esta otra vez esa certeza de quererla para mí y sé que después vendrán las dudas si este mundo es para alguien tan inocente como ella.
—Ich gehöre niemandem (Yo no le pertenezco a nadie) —Intenta soltarse, pero yo solo logro excitarme más mientras me toca y me rio de ello. Debo parecerle un enfermo.
—Pequeña luna mía, eres y serás solo mía. —Eres esa luz en mi oscuridad Karina, eres mi luna, solo mía.
—Creo que se equivoca profesor, mi nombre es Karina, no luna. Y le repito que yo no le pertenezco a nadie. —No puedo evitar sonreír antes sus palabras, es solo mía y eso no cambiara.
—Eres mi luna, mi Karina, al final de cuentas solo mía. —La miro fijamente, cautivado por su mirada inocente y tan deseoso de hacerla mía una y otra vez. —No huiras una tercera vez, he decidido que serás mi reina.
Si, ya no tengo que pensarlo más, ella será mía para siempre, mi reina. Y si tengo que morir que sea protegiéndola. Mi corazón palpita tanto que se me podría salir del pecho mientras la miro.
Su mirada para rece un poco perdida y se desvanece en mis brazos, siento tanto miedo que con mucha dificultad la sostengo.
—Karina. —La muevo en mis brazos y no reacciona, siento que no podría vivir sin ella, después de haberla conocido ya no concibo mi vida sin ella.
.........
NOTA :📌📝
Estoy agradecida con tod@s por leer mi novela,espero que cada capítulo que publique les guste.
🚨🚨Publicaré capítulos los miércoles ,jueves y viernes .🚨🚨
✨Mientras llega el miércoles los invito a leer mi novela SUEÑA ✨
Les mando un saludo especial a aquellos lectores que me dejaron comentarios lindos , gracias 🥰😚
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Updated 116 Episodes
Comments
Leslie Urrea
no me párese repetida es chévere que cuentes el punto de vista de él me reí mucho
2025-01-20
1
Gricel Bastidas
vas a seguir repitiendo??/Left Bah!//Right Bah!/ ibas bien hasta que comenzó a repetirse, la lectura se hace aburrida
2024-07-13
3
Diana Quintero
realmente esta muy débil 😔😔
2023-08-12
2