EL TORTURADOR FINANCIERO 3

— So schön, so lecker und so meins. (Tan hermosa, tan deliciosa y tan mía.) — Esas palabras hacen que lo mire, haciéndome recordar que me dijo algo similar ese día. ¿Es normal que diga esas cosas? ¿Debo sentirme especial de alguna forma? Hay pero que tonterías pienso. Debo salir de aquí, estar cerca de él no me deja pensar con claridad.

—Ich gehöre niemandem (Yo no le pertenezco a nadie) —Intento liberarme de su agarre, pero esta vez me encuentro con una pared de músculos que me lo impiden.

Sonríe como si el supiera algo que yo no sé.

—Pequeña luna mía, eres y serás solo mía. —Sus palabras me desconciertan.

—Creo que se equivoca profesor, mi nombre es Karina, no luna. Y le repito que yo no le pertenezco a nadie. —Su sonrisa se amplía más, se ve tan joven y tan jodidamente guapo. ¿Estaría mal salir con mi profesor? Pero él no me dijo nada de eso, tal vez solo quiere sexo. Y no niego que fue una experiencia única y aunque no me arrepiento de lo que paso, sé que podría llegar a sentir algo por él y eso sería malo para mí.

—Eres mi luna, mi Karina, al final de cuentas solo mía. —Le sostengo la mirada mientras intenta dejarme claro que de alguna manera soy suya. —No huiras una tercera vez, he decidido que serás mi reina.

Creo que mi atareado cerebro no entendió todo lo que dijo, tal vez la fiebre está haciendo que imagine todo esto. Puede ser que mi profesor no sea él y que este soñando. ¿Podría ser eso?

Siento que mis parpados pesan un poco y a medida que mis ojos se sienten más pesados, la cara de Gabriel Schulz Prebich va poniéndose más seria. Mis ojos se sierran por completo y me entrego a los brazos de Morfeo, era solo un sueño yo lo sabía.

¿Cómo podría ser que mi profesor y el fundador de la beca fuera el mismo? Y lo más loco ¿Cómo podría ser el, el hombre con el que me acosté? En una ciudad tan grande eso sería imposible, la fiebre me hizo alucinar cosas.

No se por cuánto tiempo me quedo durmiendo, pero agradezco este descanso, mi mente se sentía agotada y mi cuerpo también. Cuando siento que he descansado lo suficiente voy moviéndome y siento la almohada de mi cama, doy unas vueltas para quitarme la flojera, pero no abro los ojos. Quiero y no quiero levantarme, cuando me froto un poco los ojos siento un pequeño dolor en mi brazo izquierdo, eso me obliga a abrir los ojos.

Y me encuentro con unas familiares fundas negras, tiro de ellas y me siento de prisa.

—¿Cómo te sientes? —Giro a ver de quien es la voz, pero antes de verlo ya se de quien se trata. Lo veo sentado en una de las sillas, mirando fijamente en mi dirección.

Intento asimilar que fue lo que paso.

Asiento con la cabeza y me veo mi brazo, tengo un pequeño algodón, paso mi dedo sobre él y me duele un poco.

—Fue necesario para el medicamento. —Siento sus pasos acercándose. ¿Entonces todo lo que paso no fue un sueño? —Me asustaste y créeme eso no es fácil de lograr.

Tengo tantas preguntas que no sé por dónde empezar. Tiro de las colchas y me vuelvo a recostar en la cama, estoy donde todo empezó.

Esto es una locura y estoy metida hasta el cuello.

—¿Eres el fundador de la beca Schulz? —Digo mientras miro el techo, no tengo el valor para verlo a los ojos y menos aquí, que fue donde me entregue a él.

—No. —Espero un rato más, pero no dice nada.

—¿Por qué tienes el mismo apellido?

—Pertenezco a la familia Schulz—Otra vez se queda callado, parece que tendré que sacarle la información con una cucharita poco a poco.

—¿Entonces tu familia es la que patrocina la beca?

—No, la patrocina el heredero del imperio Schulz.

—O sea ¿Tu padre? —Lo que me faltaba, que el pertenezca a esa familia tal vez ponga en riesgo mi beca. ¿Cómo puedo tener tan mala suerte? ¿Por qué tenía que ser él?

—No. —Otra vez se queda callado y eso me desespera, así que decido sentarme y verlo. Está de pie en el mismo lugar y tiene una enorme sonrisa. Se encoje de hombros como disculpándose. —No estoy acostumbrado a responder, normalmente el que pregunta soy yo.

Se sienta en el borde de la cama, dejando mi espacio personal, cosa que agradezco porque ahora mismo debo estar con la cara de vergüenza y ni siquiera me he visto en un espejo. Me toco por debajo de las sabanas y me doy cuenta de que no estoy con mi ropa, creo que entrare en pánico.

—Te cambio la enfermera, tenías mucha fiebre y era necesario bajarla. —Me miro detenidamente y tengo un polo grande que me llega a los muslos, antes que pregunte vuelve a hablar. —Es mía.

—Gracias— Me siento tan torpe, siempre critique a las mujeres que se hacían las doncellas en apuros, pero ahora que me encuentro en esta situación me quiero golpear yo misma por mi comportamiento. Respiro profundo, tragando la vergüenza y el orgullo, para por lo menos poder tener una conversación decente con este hombre. — Gracias por ayudarme, creo que me desmaye.

—Estabas ardiendo en fiebre. —Dice aquello como si me estuviera reclamando y a la vez como si estuviera preocupado, aunque dijo que se asustó.

—Lo sé, por eso no asistí a su clase. Profesor. —Cuando termino, el profesor tiene una enorme sonrisa.

—El destino tiene nuevas maneras de sorprenderme, pero luna mía. —Se acerca a mí, tomando mi mano. —En este mismo lugar te dije que eras solo mía y así será.

—Yo no lo conozco. —Suelto de golpe, aunque no puedo apartar mi mano de su agarre. No porque no pueda, sino, porque se siente tan cálida.

—Tendremos toda la vida para eso. —Se acerca a mí y me da un suave beso en los labios haciendo que todo mi cuerpo se estremezca. Pasa una mano por mi cabello y lo toma entre sus dedos. — Soy Gabriel Schulz Prebich , heredero de la familia Schulz , financio la beca del mismo nombre y a mis 21 años tengo un doctorado en ciencias empresariales , en finanzas y en Economía.

Oh por Dios, tiene mi edad y ha logrado tantas cosas, admiro eso y por un lado solo me gustaría haberlo conocido como todos en el salón de clases, pero por otro lado no me arrepiento de lo que paso entre ambos. Ahora aceptar que él quiera hacerme suya y todas las cosas que dijo no lo sé, no sé si habla con la verdad y no lo conozco.

—Gabriel yo no me arrepiento de lo que paso. — El roce de sus dedos cuando pasan por mi mejilla me distrae haciendome callar por un momento. — Yo no sé si esto es correcto y…

Pone un dedo en mis labios haciendo que calle.

—¿A que le tienes miedo? —A enamorarme, he leído y oído que el amor siempre te lleva al límite.

—A que no lo conozco, era solo un hombre en una fiesta, después mi profesor y ahora también el que financia mi beca. No soy de las chicas que solo pasan una noche con cualquier persona, aunque lo hiciera con usted yo no soy así, no sé qué me paso. Sé que podría tener sentimientos y usted tal vez solo quiere algo pasional, no quiero eso. —Ya está, ya lo dije todo. Hable tan rápido que no me había quedado cuenta que ya no tenía aliento.

Gabriel se aproxima tan rápido que hace que caiga de espaldas sobre la cama y atrapa mis labios entre los suyos. Sus besos me hacen olvidar de que hablábamos, me hacen olvidar del mundo, ahora solo existimos él y yo. Mete una mano por debajo del polo que llevo y me lo saca por la cabeza dejándome solo en ropa interior.

Me mira con tanto deseo, que me pierdo en sus ojos.

Besa mis labios y después recorre mi cuello besándolo, haciendo que me estremezca con cada toque.

—No te quiero solo para una noche, te quiero para toda la vida. —Besa mis labios, me pierdo en él, en sus caricias y en sus palabras. —Sé que no eres la clase de mujer que esta con cualquier hombre, me lo confirmo tu manera de ser ,de huir de mi y las evidencias sobre mis sabanas aquella noche que te hice mujer por primera vez, mi mujer.

..........

NOTA :📌📝

Estoy agradecida con tod@s por leer mi novela,espero que cada capítulo que publique les guste.

...🚨🚨Publicaré capítulos los miércoles ,jueves y viernes .🚨🚨...

✨Mientras llega el miércoles los invito a leer mi novela SUEÑA ✨

Les mando un saludo especial a aquellos lectores que me dejaron comentarios lindos , gracias 🥰😚

🗣️ Déjeme en comentarios🫵 👇👇👇👇

¿Cómo creen que continuará la historia?

¿Todo seguirá siendo color de rosa para Karina y Gabriel?

¿Las intenciones de Gabriel serán sinceras ?

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