CAPITULO VII: El gigante

Saymon siguió corriendo pero no a su máxima velocidad, tenia que estar pendiente de sus alrededores ya que en cualquier momento un demonio podría saltar desde cualquier parte, llegó. Se pego en una de las paredes de los enormes almacenes blancos, ahora tenía que controlar su respiración.

Un golpe hizo temblar el suelo, seguido de otro. Era momento de desenfundar su pistola y seguido conto los cartuchos, tanteo unos segundos sus bolsas de la cintura.

(4 Cartuchos)

Cada uno tiene 9 balas, ahora era seguro solo podía matar 36 demonios, era complicado ¿Que haría con los catorce restantes? Entonces una idea entro automáticamente en su cabeza, solo tendría que robar el ópalo y salir, después de todo esa era la misión, no matar todos demonios.

Un demonio que fue lanzado en la pared que tenia enfrente le interrumpió sus pensamientos y este rápidamente se esfumó dejando solo su núcleo. Ahora salió del callejón de los almacenes de donde estaba y vio aquella criatura que rugía.

Definitivamente era enorme pero no eran como los demonios normales, ya que usualmente estos tienen una piel negra del cual constantemente siguen sacando humo del mismo color pero ese gigante sin duda era diferente, su piel era gris, media aproximadamente 4 metros de alto y parecía casi un gorila, solo que con las patas traseras un poco mas delgadas

Pero había algo aun mas extraño, los demonios lo estaban atacando. Casi siempre ellos andan en grupos sin importar la raza ¿Entonces porque lo hacían? A su alrededor se encontraban pequeños cilindros metálicos con vidrio en la parte central que permitían ver el interior, emanaban una luz azul, sin duda eran baterías de mana

Los demonios mas pequeños intentaban comer estos cilindros de manera frenética, actuando totalmente como bestias ya que todos intentaban comerlos sin control, metiéndoselos en su boca totalmente desesperados. Pero cuando ellos lo intentaban eran aplastados rápidamente por el gigante matándolos de manera instantánea.

Aquella criatura de enorme tamaño pareciera no tener ningún interés de consumir el mana de las baterías, lo cual lo hacia aún más extraño, los demonios cambiaron el foco, ahora atacaban al grande pero este como si nada los mataba.

Saymon vio muchos núcleos tirados en el suelo, el gorila sin duda se habia encargado de muchísimos, era demasiado fuerte pero el joven no dudo. Saco su P9 e intento apuntar a sus rodillas, esto pareciera ser su punto débil pero se vio rápidamente interrumpido, apareció un señor encima del gigante ¿Acaso era un cazador? Aquel hombre estaba vestido con unos pantalones de mezclilla y una chaqueta café del cual su manga izquierda se movía junto al viento, no tenia ese brazo.

Con su brazo derecho tiro la colilla de cigarro que estaba fumando- ¡Les dije que se detuvieran, bastardos! -seguidamente procedió a meterle un puñetazo a la cabeza de la criatura, pareciera tener mucho efecto ya que hizo que el enorme demonio se inclinará.

(Una derivante de super fuerza) Era la única explicación que tenía Saymon ya que hacer inclinar algo de esa magnitud con un puñetazo, no era normal.

El demonio gris al recibir el golpe y recuperarse, acertó un palmada a aquel señor que le hizo bajar de su lomo. Saymon tenia que ayudarlo ya que algo como eso podría matar aquella persona, así que rápidamente disparo hacia las rodillas.

-¡hey, tú! -Dijo aquel hombre mientras de paraba de nuevo y escupia un poco de sangre al piso -¡Esos bastardos son míos!

(Supongo que es el orgullo de cazador)

Varios gritos provenían del techo de uno de los almacenes, varios demonios habían regresado pero ahora de algún modo Saymon se sentía aún mas seguro debido a que no se encontraba solo, ese cazador parecía tener experiencia.

El cañon del arma la apunto hacia los demonios que Iban apareciendo y no dudo ni un segundo en disparar, uno tras otro iban cayendo ante tal increíble puntería, constantemente recargaba, si el otro cazador quería tiempo Saymon de lo daría.

Pero cada vez mas iban apareciendo, solo debia resistir un poco más, miro rápidamente hacia atrás y lo vio, lo asombrosos que eran los cazadores, aunque ese no tuviera un brazo se movía de manera increíble, esquivando los constantes golpes del gigante y acertando los suyos.

(Sorprendente)  Al verlo, sabia que no me podría encontrar a su nivel

En eso, aquel hombre asestó un gran golpe a las costillas de la criatura.

-¡basta!- dijo la criatura pero su voz era extraña.

¿Conciencia? En todos los libros de demonios que Marlon le habia entregado siempre se habia mencionado que todos los demonios solo tienen instintos totalmente salvajes, ninguno con la conciencia suficiente para hablar. No, seguramente el joven había escuchado mal.

El gigante respondió el golpe del cazador rápidamente sin la oportunidad que esté pudiera reaccionar, acertó el golpe. En instantes el hombre salio volando hacia uno de los contenedores amarillos cercanos al mar y este cedió, se había doblado un poco por el impacto.

La gente con dones usualmente tiene una resistencia fuera de lo común en su cuerpo, esto les hace resistir grandes impactos con algunos huesos rotos pero aun así vivirían, el joven se preguntaba si dicho cazador hubiera sobrevivido.

No habia tiempo para preguntas, quería ayudarlo pero dudaba demasiado ¿Realmente alguien como él podría hacer algo? Si recibiera un golpe como ese moriría al instante no podía permitirse eso, no recordaba haber leído algo como eso en ningún libro de demonios, sólo podía pensar frecuentemente que era un nuevo tipo. Ahora solo debía correr y decirle a Marlon todo lo que había visto aunque se sentía muy culpable por dejar al hombre ahí.

-¡Sientate! -Ordeno la criatura, su voz no era como nada que hubiera escuchado, se repetía, no encontraba otra descripción para lo que escuchaba, como si dos voces verdaderamente estuvieran hablando al mismo tiempo.

Ante la orden, golpeó el suelo y este tembló, no dejo huir al joven. En pocos momentos la criatura se encontraba encima de él, ahora era seguro que iba a morir.

Totalmente paralizado Saymon solo podia ver como lo estaba olfateando para luego ser ignorado como si nada, no lo habían matado ¿Seguro eso era un demonio? Repentinamente recordó un texto de uno de sus libros "Los únicos demonios conocidos que pueden vocalizar son los Emperadores de la Destrucción". ¿Acaso era uno?

Un gran estruendo escucho detrás de él, parecía que el demonio habia entrado en uno de los almacenes rompiendo la enorme puerta, para luego salir y perderse en la oscuridad de la noche. El chico no sabia si estar agradecido o no con lo que acaba de suceder, en serio estaba vivo, una experiencia muy cercana a la muerte y sin nada que pudiera que hacer, en todos los disparos que hizo estaba seguro que sus balas no hubieran penetrado su gruesa piel, no hubo nada que pudiera hacer.

De la nada se escucharon sirenas de policia que se iban acercando, debía huir ya que habia entrado ilegalmente cuando intento correr por donde habia venido rápidamente tres patrullas de la seguridad pública lo habían rodeado. Ahora si se encontraba en graves problemas

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