Capítulo 13

La paz no dura mucho cuando un dolor o varios, me invaden el cuerpo completo.

—Ish... —abro los ojos, la cabeza me duele a montones. Todo me da vueltas pero al final cuando logró centrar la mirada deseo estar muerta y no aquí. —Joder...

Estoy en una habitación que parece hospital, sin embargo la reconozco bien, porque me recuerda a otra en la que he estado antes, es una de las habitaciones de la mansión de MackGregori.

—Imposible... —me dejo caer de espaldas en la cama y miro la mesa de noche —Mi celular. —me levantó y veo que mi pierna está vendada así como mi hombro. —Maldición... —suspiro y tomando mi celular lo reviso.

Hay por lo menos 59 llamadas de Alik más las de Dylan. Marco pero no me contestan.

En fin, debo salir de aquí.

Camino y por suerte el dolor en mi pierna no es muy fuerte, al final creo que la bala no me dio directamente en la pierna.

Salgo de la habitación y miro a los lados, evitando ser vista.

Retomo mi camino hacia la salida, paso por el jardín y me sorprendo de ver que es igual al de la antigua mansión pero tiene tulipanes y girasoles en vez de rosas. En fin, no es que me importe del todo.

Entró a la casa y me sorprendo del silencio y de la poca seguridad.

Sin rodeos me dirijo al despacho de MackGregori.

En el camino me detengo de golpe al ver a una mujer peliroja salir de la cocina con una sonrisa en la boca al ver su celular, pero al levantar la mirada y verme, se petrifica.

—A-Amanda... —palidece

—Hola Jenny, ¿Sabes si MackGregori está en su despacho?

—Eh... Ah... Yo...

—¿Si o no? —alzo una ceja cansada

—Si.

—Gracias. —pasando de largo me acerco al pasillo y me detengo en la puerta.

Cierro los ojos.

Bien, han pasado 4 años, ya nada es igual. ¿Entiendes? Formalidad, seriedad, y ante todo, distancia.

Abro los ojos y tomando el picaporte sin titubear abro la puerta para empujarla por completo.

MackGregori está revisando unos documentos, y sigue igual que hace 4 años, pareciendo una tableta de chocolate andante, sólo que ahora tiene barba de al menos un mes cosa que no había notado cuando nos encontramos antes.

Me acerco a él con los brazos cruzados. —¿Debo agradecerte?

—No necesitó tu gratitud

¿Y por qué no me mato?

—¿Dónde está Lena? —preguntó sin rodeos cambiando de tema

Él no levanta la mirada de sus hojas —Bajo mi jurisdicción.

—¿Desde cuándo?

Al fin, levanta la mirada y no puedo expresar los sentimientos que me invaden. Genial, esa mirada fría que la última vez me dio hace 4 años siguen presentes en sus facciones.

—Desde que la atrapamos con mi Pendrive —dice con sequedad

—Ahora ya no, pertenece a la custodia de Élite.

Alzando una ceja MackGregori no pierde el semblante serio y no dice más.

—¿La mataste? —preguntó con impaciencia

—No.

—Dejame hacerlo.

Eso si le ha movido la curiosidad. —¿Negociando con un mafioso agente?

—No es como si no lo hubiera hecho antes. —digo con sequedad. —Prometí matarla.

Ahora su boca se eleva en una casi media sonrisa. —Promesas... —dice a medias — ¿Realmente la matarás?

—Si. —respondo sin tartamudear

—Tenía mi Pendrive, es mia.

—Te dije que te lo devolvería, ella hirió de muerte a mi cuñada y secuestro a mi sobrino. Es mía... —siseo —Llevame con ella. —ordeno

Antes de responder escuchamos una risa altamente conocida.

—¡PAPIIIIIIII!

Ambos nos paralizamos al escuchar a Lucía entrar a la habitación.

Ella pasa a mi lado sin preocuparse por mi, algo que tomó sin cuidado.

MackGregori sonríe y alejándose de la mesa la recibe en un gran abrazo.

—¿Cómo está mi princesa? —le deja un beso en la mejilla —¿Les fue bien?

—¡Si, vimos Tigres! —chilla

Mi corazón se encoge pero mi semblante no cambia. MackGregori me mira de reojo pero no he cambiado mi pose y actitud.

Al final, Lucía me mira. —¿Quién es ella?

MackGregori parece debatirse en lo que debe contestarle. Sin embargo, Lucía corre hacia mi.

—Hola... —me extiende la mano —Soy Lucía MackGregori.

Alzo una ceja seriamente, ¿MackGregori?

—Hola... —le doy la mano —Soy Amanda.

Lucía arruga la frente, pero pronto abre los ojos como platos. —¡Eres el hada de mi sueño!

—¿Hada?

—¡Siiiiiii! —empieza a saltar alrededor mio —Ayer te soñe... Estabas en el despacho de mi papi y me traías regalos.

Ok, lo del despacho es real pero... ¿regalos?

Me agacho a su altura. —Pues lamento decirte que no soy un hada, sólo soy una conocida de tu padre.

—Hola querido...

Oh, no.

Una mujer entra a la habitación y me levanto para recibirla. Pero al verla  me quedo petrificada al igual que ella.

—¿A...a....manda?

—Esmeralda... —balbuceo pero me recompongo al ver con disimulo su estomago de al menos 3 meses de embarazo. —Hola.

—Ho...la...

Miro a MackGregori —¿Podemos irnos?

Él nos mira a las tres y al parecer también tiene la cabeza hecha un lío, ya que al final asiente.

—Si...

Lucía mira a MackGregori —¿Puedo ir?

MackGregori niega —No, son asuntos de trabajo princesa.

—Ah...

MackGregori camina a mi y me pide salir. Sin embargo, topa con Esmeralda.

—¿Puedes cuidar a Lucy?

—Claro querido... Ella y yo vamos a cocinar galletas ¿verdad? —le extiende el brazo

—¡Si! —Lucía corre a ella para tomarla de la mano.

Esmeralda le sonríe y mirando a MackGregori le da un beso en la mejilla. —Vamos, Lucy.

Ambas salen de la habitación dejándome con un sabor amargo en la boca.

MackGregori sale y le sigo todo lo cerca que mis pies me lo permiten.

Regresamos por el jardín y entramos a unos pasillos angostos.

Él delante de mi y yo detrás. Luego de varias vueltas llegamos a una habitación dónde dos personas cuidaban.

—Abran. —ordena él

Ellos abren la puerta y al entrar veo a Lena amarrada de las muñecas por detrás de la espalda. Tiene el labio partido y los ojos morados. Está sentada en una silla donde la sangre de su cabeza escurre constantemente. Al escuchar que la puerta de cierra alza la mirada. MackGregori se queda detrás y yo avanzo hacia ella.

Al verme, sonríe.

—¡Ja! Crei que no les volvería a ver juntos de nuevo... —dice mirando como puede a MackGregori detrás de mi. —¿Cómo está la pierna? —me mira ahora a mi

—Ha estado peor...

—¿Cómo en el barco?

Eso me saca de mis casillas y no se que en momento ya le he lanzado un puñetazo a la cara.

—¡JAJAJAJAJAJA! —se ríe —Que irónica situación... —escupe su sangre —Tú eres la que debería estar sentada en mi lugar, ¿no MackGregori? —pero él no responde. —Pero tenías que embarazarla.

De nuevo otro golpe —Ups... —sonrió con sorna.

—Debi matarte ese día... —sisea

—Pero no lo hiciste... —siseo —Pesimo error... —me acercó a ella —Te prometo que tu familia caerá Lena.

—¡JAJAJAJAJAJAJAJAJA! —se carcajea antes de toser —¿Los meterá a la cárcel agente García?

Sonrió con superioridad —No, los mataré... Uno por uno.

—¿Crees que puedes contra nosotros?

—Dime... —me paseo por la habitación —¿Creiste que al meterte con mi familia no tendría consecuencias?

Lena me reta con su sonrisa —¿Cómo está tu hijo?

Veo de reojo a MackGregori ponerse incómodo.

Le miró y él de inmediato mantiene el semblante serio.

Me acerco a él con paso decidido pero él no se mueve.

Abro su saco negro y le veo tensarse, miro su pantalón y veo su arma.

Él me mira y puedo sentir su aliento en mi cuello.

Le quito la pistola y en su cara la cargo.

Giro sobre mi y disparo en la pierna de Lena.

—¡AAAAAAAAAHHHHHHH! —grita de dolor

—Nunca debiste meterte con mi familia Lena... Puta asquerosa. —siseo

—¡Puta! —grita —¡Te arrancaré la cabeza!

Le disparo en la otra pierna.

—¡AAAAAAAAAAAAHHHHHHHH!

—¿Decías? —me acerco a ella

—Voy a matar a toda tu...

Le colocó la pistola por debajo del mentón —Repitelo Puta. Te reto.

—Tu hijo, tu esposo. Tus padres... Todos morirán.

Esa amenaza me hace reír —Dime, ¿En París están tus padres verdad? —ella se tensa —¿En Holanda tus hermanos, no?

—¡PERRA MALDI....

Disparo, la bala atraviesa su cuello perforando su cerebro.

—¿Decías? —siseo y tiro el arma

Miro a MackGregori pero mi celular suena, lo tomó y contestó mientras le sostengo la mirada a MackGregori.

—¿Si?

La voz de Alik suena del otro lado —¡Amanda! ¿Dónde estás?

—En la mansión MackGregori. Estaré en el aeropuerto dentro de cinco minutos. —cuelgo —Gracias.

—Ahora matas gente. —dice secamente mientras ve a Lena tirada en el suelo y el charco de sangre en el suelo

—Sólo gente que se mete con mi familia. —respondo con indiferencia, encogiendome de hombros

Él se muestra levemente incómodo ante mi frase pero no dice nada. Sin esperarle salgo de la habitación.

Él me sigue y ahora los hombres ya no están.

—Voy a tomar mi moto para irme... —le informo y le miro mientras el cierra la puerta. —Espero que la hayas conservado y sino, tendrás que darme una nueva...

—¿Matarás a su familia?

—No sí tengo que. Adiós... —me giro pero pego un salto —Joder... ¿Qué haces aquí?

MackGregori se acerca a mi y ve con asombro a Lucía. Ella tiene un peluche en forma de rana mientras nos mira con los ojos vidriosos.

—¿Qué haces aquí princesa? Sabes que no pue...

Lucia rompe en llanto y se lanza a mis piernas mientras llora sin detenerse.

Miro a MackGregori extrañada.

Al final me agacho y la separo de mi. —¿Qué sucede nena?

Ella le lanza a mi cuello. —¡Hada Madrina! —llora

MackGregori y yo nos tensamos ante sus palabras.

—¿Qué...

Lucía se cuelga en mi cuello. —Eres mi hada madrina... Mia... —moquea —Lo sabia... Lo sabia...

—Eh... Linda, ¿Qué te hace creerlo?

Ella se separa de mi y saca de un cierre del peluche una foto. Y nos la muestra. Somos MackGregori y yo con Lucía. Es una foto de nosotros en la sala.

—¿De dónde...

—¿Eres tú verdad?

MackGregori le quita la foto. —¿De dónde sacaste esa foto?

—Mi tía Jenny me la regalo.

Veo a MackGregori cerrar los ojos con fuerza.

—¡Eres mi hada madrina! —me abraza —Al fin... Tía dice que eres un agente secreto y que algún día vendrías a verme...

—Eh... Yo... —¿Qué debería decirle? —Creo... Que me estás confundiendo con alguien más... —me separó de ella y me levanto ante la mirada de asombro de MackGregori. —No soy...

—Tía dice que no puedes decir que eres mi hada madrina porque hay gente mala que puede hacernos daño.

—Joder Jenny... —siseo por lo bajo

Si bien, Jenny disfrazó hada madrina como símbolo de "mamá" ¿Por qué justo hoy tenía que lidiar con eso?

—Está mujer dice la verdad —MackGregori enojado rompe la foto —Ella no es tu hada madrina... Ella no es nada tuyo.

—¡No! —chilla Lucía ante la foto que él tira al suelo

Eso me enoja y fulminó a MackGregori —¿Qué dia...

Lucía se tira al suelo enojada y con lágrimas en los ojos. —¡Te odio papi! Eres malo... —recogiendo la foto se va corriendo.

MackGregori suspira fuertemente y parece al momento más cansado.

—Bien hecho MackGregori... La has cagado en grande... —le toco el hombro con mofa —Voy a verla.

Me dirijo de nuevo a la mansión con MackGregori detrás de mi. Sin pedirle que me deje sola subimos a la habitación de Lucía.

MackGregori toca la puerta y asoma el oído. —Princesa... Tenemos que...

—¡NO! —grita

—Vaya carácter... —susurro tratando de ocultar mi sonrisa. Sin embargo a él no parece divertirle. —¿Qué? —me encojo de hombros y ahora soy yo la que toca —¿Puedo pasar Lucy? Necesito hablar contigo de... Hada madrina a... mujer. —es lo unico que se me ocurre.

—¿Mujer? —sisea él —Es una...

La puerta se abre y Lucy asoma la cara, tiene la nariz roja y los ojos hinchados. Nos mira a los dos.

—¿Puedo pasar?

Ella asiente y abre la puerta. MackGregori intenta entrar pero ella le muestra la palma de la mano deteniendo su avance.

—Tú no...

—Pero... —balbucea él asombrado

Lucía me toma de la muñeca y me jala hacía adentro antes de cerrar la puerta de nuevo con seguro.

—¿Por qué no quieres que tu padre entre?

Ella se cruza de brazos y aparta la mirada —Rompio mi foto y estoy molesta... —se sube a su cama.

Me acerco a ella y me siento al borde de su cama. —Lucía...

Ella me sonrie con emoción —Eres mi hada madrina... ¿Verdad?

¿Debo negarselo?

—Si... —admito en un suspiro

Lucy salta a mi cuello —¡Hada madrina!

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