Capítulo 8

Me gire hacia Alik —Pero esa apetecibilidad rindió frutos.

Alik gruño antes de besarme con fuerza y yo no dude en corresponderle.

—Es una fortuna que mañana nos vayamos...

Asentí —Si, tenemos que... —suspiró y pego mi cabeza a su pecho —Dylan no nos perdonaría si faltamos al cumpleaños... —me separó de él —Voy a bañarme... —tomó mi toalla de la silla y camino al baño —¿Vienes? —me detengo para mirarle por encima de mi hombro.

—Acepto la oferta.

—Vamos agente... Quiero ver si realmente tus habilidades son de un idiota.

—Oh, tendré que hacer callar esa boquita. —dice mientras me sigue al baño.

...[...]...

Nos reunimos con Emir en el gran comedor de la sede de Japón.

—¡Al fin chicos!

—¿Noticias? —pregunté mientras suelto la mano de Alik para sentarme en la banca.

Alik se sienta a mi lado y me rodea los hombros con su brazo —Habla Emir, nos tienes expectantes.

—¡Encontré lo que buscábamos!

—¡Genial! —festejamos los tres chocando los puños

—Yo quiero otra cosa... —Alik me besa fugazmente dejando un sonrojo en mis mejillas

—¿Qué estamos esperando? —les cuestionó —Ya es hora de ir a presentarlo a los jefes, así podremos regresar a casa.

Emir asiente —Mona, necesito hablar contigo antes. —dice mirando a Alik de reojo

—Ok, ok, ya entendí... —levantándose, me deja un beso en la frente y se aleja —Voy por algo de comer...

En cuanto estamos solos, Emir deja un USB en la mesa —¿Qué es esto?

—Es información que he tenido que quitar del código de datos.

Miro el aparato con un nudo en la garganta —¿Mucho?

—Sabes que se ha movido demasiado en el último año, más que en los 2 anteriores...

Asiento tomando el Pendrive —Te debo la vida, ¿sabes?

—Lo sé Mona... ¿Lista?

—Si, pero primero comamos algo que me muero de hambre.

Justo como si fuera invocado Alik regresa con una bandeja de comida.

—¡Comida! —festejamos Emir y yo.

.

.

.

Nos dirigimos al despacho del jefe de la sede 28 de Japón, luego de haber cenado.

—Adelante... —nos hablan luego de tocar la puerta

Los tres entramos y observamos a la mujer que está detrás de la pantalla de una computadora.

—M... Es bueno verte... —saluda Emir

—Buenos días agentes... —M, una mujer rubia, ojos azules y alta para estar sentada, nos mira con seriedad desde el otro lado de la pantalla, sin duda su excelente porte y formalidad al hablar sigue siendo la misma desde que la conozco —¿Noticias? El líder Wakg me dijo que tenían que hablar conmigo.

Asiento —Podemos decir con orgullo que logramos encontrar la información que necesitamos para encarcelar a Hank Ho... Líder de los yakuzas en Tokio.

—¡Excelente! Entonces procedan a...

—Con todo respeto M... —le detengo —En está ocasión fuimos reclutados desde Élite para un apoyo extra a la sede en Japón. Sólo necesitaban que les ayudásemos a buscar información. El proceso de captura no es nuestro asunto.

—Lo que Amanda trata de decir... —interrumpe Alik —Es que debemos regresar por un compromiso.

M sonríe y asiente —Cierto, tienen un permiso para un fin de semana libre, pueden regresar agentes. Y muchas gracias por su labor. —la pantalla de la computadora se apaga.

—Uf'... Creí que nos aniquilaría... —Emir se abanica con las manos

Alik le sonríe y tomando mi mano, entrelaza nuestro dedos —Vamos a casa. —susurra depositando un beso en mis nudillos.

—Vamos... —le sonrió

—¿No quieren visitar Tokio? —Emir sale de la habitación —Yo invitó...

...[...]...

Como Emir invitaba, decidimos recorrer algunas plazas antes de regresar a casa. Emir nos adelanta por dos pasos mientras que Alik y yo caminamos tomados de la mano.

—¿No tienen hambre? —Emir se detiene en un puesto de comida rápida

Niego —No, al menos yo no... ¿Y tú? —miro a Alik

—Algo...

—Entonces vayan a comer... Iré a ver un regalo. ¿Les parece?

—¿Te compramos algo para comer luego? —Emir nos mira

—Me encantaría, gracias conciencia.

Suelto la mano de Alik y me alejo de ellos —Estaré en aquel puesto —les muestro donde

—En un rato vamos. —me responde Alik

—Ok, nos vemos...

Sigo caminando hacia las boutiques y observo las ropas que tienen en los escaparates. Los japoneses tienen un alto gusto por la moda. Observó en una tienda un hermoso kimono para bebé de color azul oscuro.

—Lindo...

¿Lindo? ¡Es hermoso!

—¿Te gusta? —las manos de Alik rodean mis hombros

—Debes admitir que es hermoso...

—Lo es... —admite —Pero... ¿Un kimono?

—Vamos, cumplirá cuatro años... ¿No sería lindo?

Alik asiente e inconscientemente baja su mano a mi vientre dónde me da un leve masaje. —Entonces vamos a comprarlo.

Le sonrío y tomándolo de la mano entramos a la tienda.

...[...]...

Canadá...

Hemos llegado a nuestro destino, son las 10:00 a.m. y me muero de sueño, así que no puedo evitar bostezar.

—¿Cansada aún? —Alik me mira unos segundos antes de ver de nuevo el camino

—Mona, dormiste todo el viaje. —se mofa Emir desde la parte de atrás

—¡Eh! Nos es mi culpa... —me defiendo —Es el cambio de horario. —bostezo

—Que bueno que dormiste algo en el avión. Porque ya llegamos... —me informa Alik

Abro los ojos y me irgo para ver la pintoresca casa de Dylan.

—Nunca te gusto, jamás te gusto... —Emir se repetía con voz baja —¡Ay! Sigo odiando a ese maldito por casarse. —se queja al fin

Estalló en una carcajada —Vamos Emir, superalo van para 6 años...

—¿Cómo tú me has superado? —dice con sensualidad

—Esto es incomodo... —se nos une Alik

Todos nos reímos ante su comentario. Alik estaciona el auto junto a la acera y bajamos emocionados. Dylan está afuera colocando varios globos en la entrada.

—¡Hello! —saludo

Mi hermano me sonríe emocionado —Enana...

Literalmente corro hacia él y le abrazo —Bobo... ¿Cómo has estado?

—Perfecto. —me besa la frente —Puedes pasar, te estaba esperando desde que abrió los ojos.

—Gracias. —le sonrío —¿Te encargo las maletas? —él asiente.

Nerviosa, me dirijo al interior de la casa, abro la puerta y me encuentro con una hermosa sala bien decorada con globos azules y rojos.

—Buenos días... Ya llegué.

Mi corazón da un salto cuando escucho unos pasos pequeños bajar las escaleras con rapidez.

—¡Aaahhhhh! —un niño de cuatro años corre hacia mi, su piel es clara de color, su cabello castaño claro. —¡Viniste! ¡Viniste! —el pequeño diablillo se lanza a mis brazos y cuando lo cargo puedo ver sus hermosos ojos verdes esmeralda mirarme con dulzura.

—Ya llegue mi amor... —sin perder tiempo, le lleno de besos —Mi niño hermoso.

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