Capítulo 4

—¿Por qué esa sonrisa no me gusta? —alzó una ceja dudosa —¿Puedo saber a qué viene todo esto?

—Si, claro que puedes saber... —M, se levanta de la silla y rodea su escritorio para sentarse en el borde de éste, frente a mi. —Hace dos meses obtuvimos un comunicado... En Brasil, más concretamente, Río de Janeiro, debíamos interceptar un barco que zarparia cargado de drogas.

Asiento, sin duda, era algo importante. —Entiendo...

—También se nos informó que el líder de dicha carga estaría presente.

—O...k... —susurro arrugando la frente

—Pero al llegar, el barco estaba vacío y en efecto habíamos caído en una trampa.

Sonriendo, alzó una ceja —Escurridizo, ¿no?

M, se levanta y asiente mientras de nuevo, rodea la mesa y se detiene delante de su silla, en la cual apoya sus brazos —Hemos tratado de atrapar a un pilar desde hace un año.

Suspirando, me recuesto en la silla de nuevo y me cruzo de brazos —Bien, creo que voy entendiendo... Cada que creen atraparlos...

—Escapa... —asiente M

—¿Qué tiene que ver eso conmigo?.

Bueno, y con la pregunta que me hiciste antes.

—Tú y tu hermano son los mejores agentes que alguna vez hemos tenido.

—N-no me gusta por donde va esto. —me irgo, pero aún permanezco sentada.

—Tu hermano no es más un agente, pero tú...

—Oh no, eso sí que no —niego y niego —Mmhm no, no no... Para empezar no está dentro de mi jurisdicción —M me sonríe de manera triunfante y eso me da escalofríos —¡Oh no! —siseo y se levanto de golpe —No se te...

M, habla cortando mi intento de defenderme —Has sido movida a mi departamento. Es más, eres la líder de el y por lo tanto...

Me alejo de ella y rodeo la silla para ponerla de escudo entre las dos —E-espera... ¿Bromeas no?

M me mira detenidamente mientras yo realmente creo desmayarme en cualquier momento, de pronto, ríe con fuerza, causándome una tremenda confusión —Si si, bromeó... Sabes que te hice una promesa antes. ¿No?

Cierro los ojos y suspiro cansada de su broma —¿Qué es lo qué realmente deseas de mi? —preguntó colocando las manos en la silla y pegando la frente en el respaldo en un intento de calmar mis nervios.

—Sencillo, atrapalo y listo.

—¿Eso es todo? —alzó la mirada levemente hacia ella

—Eres buena con los acertijos, cada que tenemos una misión fallida nos llegan notas simples, pero sabemos que hay algo más ocultándose en ellas, así que sin duda, ésta es tu área.

—¿Trabajaré contigo?

M niega —Es una misión de agentes especiales, así que es sólo tuya. Si lo logras serás subida de puesto.

—¿Y si no lo logró?

La mirada de M se vuelve neutral, analizando sin duda, mis ojos o mi futura reacción —Dudo... —marca la palabra con delicadeza pero con autoridad —Que logré escapar de ti... Sin embargo, entiendo que haya errores como yo los he cometido.

—Bien, si llego a fallar necesito que me prometas que nunca más me llamarás para un tema como este. Hay más gente capacitada para esto.... Pero si lo logró —sonrió —Quiero un puesto con los especiales.

M asiente —Claro, te lo prometo.

—Bien... —suspiró y me toco el corazón —Ufff... Eh... Cierto.

Apuntó de sentarse M, se detiene. —¿Si?

—Necesito ayuda.

La mujer de ojos azules asiente y una vez sentada coloca los brazos encima de su escritorio —Claro, dejaré que Ali...

De inmediato niego euforicamente —No, ya tengo a la persona en mente.

—Perfecto

—Entonces... ¿Ya me puedo ir? No deje ni una nota en casa y Alik debe estar preocupado.

M sonríe y asiente —Claro, puedes irte ya.

...[...]...

Caminando por la sede central me dirijo a una de las habitaciones de dicho lugar, a diferencia del despacho de M, que no conocía hasta ahora, ésta otra habitación sí, y realmente me causaba dolor de cabeza.

Por lo general la evitó, sin embargo, la persona que está a cargo de dicha habitación vive dentro casi literalmente hablando y si deseaba su ayuda debía ir a verle a sus "dominios" como él le llama.

Abro la puerta gritando al entrar —¡LLEGÓ POR QUIÉN LLORABAS! —chillo feliz, alzando las manos con alegría

—Joder, ¿Podrías callarte?

Arrugó la nariz —Uy, pero que mal genio conciencia... ¿Qué? —sonrió divertida —¿No te dieron anoche?

Sin apartar la mirada de las computadoras que tenía enfrente, el guapo hombre de piel blanca y cabello dorado alza la mano hacia mí, enseñándome el dedo medio.

Riendo camino a él, cerrando la puerta detrás de mí —¿Qué pasó? Estabas entusiasmado con la cita.

Emir gimotea y sin previo aviso estampa su cara en el teclado susurrando cosas incomprensibles.

—No te entiendo consciencia... —suspiró, rodando los ojos

Emir ladea la cabeza en mi dirección y susurra —Se espanto, que no soy su tipo. ¡Ay Mona! —chilla —Y yo me quedé con las ganas.

No puedo evitar carcajearme con fuerza, pero al ver su cara de pocos amigos y le doy un golpecito en el hombro —Vamos... Animate. ¿Adivina qué? Fui a...

—Ver a M, lo sé.

Le miró asombrada —¿Cómo?

Emir se irge y alza una ceja —Por favor, no hay nada que no vea con mis cámaras. —dice con obviedad antes de escanearme con la mirada —¿Si sabes que esas fachas ya pasaron de moda?

Me cubro con mi bata y pongo los ojos en blanco —Aj, bueno... No me dieron siquiera 5 minutos para ponerme algo menos fachoso, en fin, no sabes que hable con ella.

Emir me gruñe y sigue escribiendo en el teclado —¿Me debería de interesar por...?

Con cara de pocos amigos le gruñó —Porque M me dio una misión y tú eres parte de ella.

—¿¡Yo!?

—Si, tú. —siseo

—¿Y yo por qué? —Emir sisea de vuelta y se levanta de su silla —Ve con Alik.

—Pero necesito de tus habilidades —le hago un puchero —Mmm... —hago sonido de cachorro abandonado mientras le hago ojitos, pero él me mira con indiferencia —Ay vamos, será divertido... Tú, yo... —junto las manos en forma de pistolas improvisadas y sonrió —Combatiendo el crimen, como solíamos hacerlo antes que te metieras aquí.

Emir suspira —Y antes que Dylan se fuera a Rusia.

—Conciencia, de verdad debes olvidarlo, ya pasó... Se caso.

—Lo odio.

Sonrió ante lo infantil que se ve —Bien, si me ayudas prometo buscarte a alguien ¿Qué dices?

—Dudo que puedas cumplir esa promesa...

—Ay conciencia si tan sólo no fueses gay... Yo te daría toda la noche. —suspiró con dramatismo

Emir me mira divertido y para mi asombro, me toma de la cintura con ambas manos y me acerca a él.

—¿Qué harías conmigo? —pregunta con voz seria, cargada de una sensualidad que sólo él sabe dar.

—Mmmm —lo pienso y alzó una ceja con coquetería —Ya hubiera estrenado todos los rincones de mi casa contigo.

Emir estalla en una carcajada limpia y alejándose de mi sacude la cabeza —Realmente te extrañe Mona... —exhalando con fuerza, asiente —Bien, ¿En qué te ayudo?

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