Elizabeth miró los documentos que la Duquesa de Freyteni había dejado atrás, sin pensar más en ello. Como lo había dicho con tanta firmeza, tendría que leer aquellos documentos lo más pronto posible para demostrar sus capacidades.
En contraste con lo que había pensado, no ocurrió ningún incidente en particular desde entonces. Victoria nunca llegó a su palacio para amenazarla con su inminente victoria o para intimidarla con su presencia, ni hubo ningún incidente grave en el palacio.
Era posible que el último recuerdo de Elizabeth fuera tan intenso que, como resultado, estuviera aterrorizada. Incluso en ese momento, su preocupación de que algo grande podría suceder lograba hacer que se acobardara mentalmente, pero las crisis siempre llegaban cuando uno menos lo esperaba. De nada servía estar aterrorizado de algo que todavía no ocurría, solo podía prepararse para cualquier movimiento del lado de Victoria.
“Mi Reina. Su majestad, el Rey, ha llegado.”
Miryam anuncio la visita del Rey. Aquello había tomado por sorpresa a Elizabeth, quien solo levanto apenas su mirada de los papeles frente a ella sin dignarse a levantarse y saludar como dictaba la norma imperial, vio a su esposo entrar en la habitación y trato de no mostrar ninguna expresión en particular. Ya habían pasado varias semanas desde su último encuentro, no le convenía visitarla. Se preguntó profundamente que diría para intentar lastimarla esta vez. Con valentía, ella tomó la palabra.
“¿Puedo saber a qué debo el placer?”
El sarcasmo brotaba de cada una de sus palabras, Livius vestía con su uniforma blanco, era una apariencia encantadora para alguien que mirara desde fuera, pero Elizabeth lo miraba como una serpiente blanca de aspecto sombrío.
“¿No soy digno de un saludo?”
“Dejemos los saludos para los espacios públicos, no te respeto ni tengo que mostrarte obediencia. Desde que fui obligada a ostentar el título de tu esposa, tengo la libertad de poder negarme en privado, incluso a tomar tu mano.”
“No puedo refutarte.”
Se sentó con naturalidad en la mesa, ella no sabía sobre qué deseaba hablar. Pero no era como si pudiera pararse y hablar. Le pidió a Miryam dos tazas de té de limón y dejo los papeles para sentarse en la mesa. Era mejor que sentarse uno al lado del otro, pero era incómodo y extraño sentarse frente a él. No era una relación cómoda.
“Tenía algo que decirte.”
Hablo antes de que llegará el té, lo cual facilitaba todo. Si él terminaba el asunto antes de que Miryam regresara, podría tomar el té con su doncella y tener un pequeño receso del trabajo.
‘Probablemente, es mejor que se vaya rápidamente, no estoy segura de cuánto tiempo podré soportarlo.’
“Por favor, habla”
“Sabes que tengo a alguien en mi corazón.”
“Lo sé bien, ¿Cuál es el punto?”
No había forma de que ella no lo supiera, sonrió con indiferencia al responder. Incluso conocía el nombre. Por supuesto, él pensaba que ella no sabía tanto de la mujer que amaba.
“Es mi intención darle un rango noble.”
“…”
Ella lo había esperado hasta cierto punto, pero no pensaba que fuera a ser tan descarado. Afortunadamente, lo que salió de ella no fue un ceño fruncido, sino una risa brillante. Era tan ridículo que no podía hacer más que reír ante esta ridícula comedia de la que era parte. Livius, en cambio, frunció el ceño ante su reacción al pensar que se burlaba de él.
“Esa mirada. ¿Qué significa?”
“Sería tan estúpido de mi parte fruncir el ceño, demostraría que me importa, y como no es el caso. No hago más que encontrar divertido el descaro del hombre que es mi esposo actualmente.”
Livius fruncido el ceño ante el evidente insulto que había recibido.
“Parece ser que no te interesa.”
“Veo que no es tan estúpido como aparenta.” Junto sus manos relajadamente en su regazo, mirándolo con tranquilidad. “Hágalo. Incluso si digo que no, seguirás adelante con esta idea.”
“No eres estúpida.”
“¿Le gustaría que fuera Baronesa?” Elizabeth obvio el insulto y sonrió con hipocresía, Livius nunca había conocía a alguien que pudiera actuar frente a él como ella, lo irritaba y molestaba a partes iguales que no pudiera adivinar su línea de pensamientos. No le interesaba, pero no lograba que nada de lo que hiciera la afectara, como si estuviera acostumbrada a lidiar con él.
“… ¿Cómo lo sabías?” Expreso incredulidad con el comentario. “Todavía no hablo con ella de este asunto.”
“Oh, veo que me he apresurado.” Elizabeth suspiró explicando su comentario como si el hombre frente a ella fuera estúpido. “Solo hice lo más correcto, aunque usted lo desee, no se puede dar una posición de Duquesa, es correcto comenzar por el rango más bajo, y viendo la forma en la cual respondiste, ella no debe ser una mujer con un estatus muy alto.”
“… No necesitas saber nada más.”
“Pero, de hecho, debo saberlo. ¿Será una nueva baronesa? Como jefa de la casa real, no serviría de nada si no lo supiera. Especialmente si ella permanece dentro del palacio, yo seré la que hará la contabilidad. Debes saber muy bien que yo estoy a cargo del presupuesto.
“Será una Baronesa. ¿Necesitas más información?”
“Es más que suficiente. Puedo asumir que el presupuesto de la nueva baronesa estará a mi cargo ¿O te harás responsable?
“Yo me encargaré de sus gastos.”
“Haz lo que quieras entonces. Pero debes saber que no espero cruzarme con ella.
“Sería bueno que nunca la conocieras.”
“No debes preocuparte de que la tome del cabello o algo semejante, soy una mujer de palabra, su majestad.”
“…”
Miryam entro dejando las tazas de té y salió rápidamente, Livius se levantó de la mesa listo para irse, no pensaba quedarse a tomar ni un sorbo. Elizabeth no dudó en hablar a sus espaldas.
“Con cada petición que su majestad viene a realizar, se acumulan más favores que me tomaré la libertad de cobrar, recuerde bien ese hecho su majestad.”
“…”
“No tienes el derecho de negarte porque soy yo quien debe aprobar el nuevo título de tu amante, no oses tampoco olvidar lo que hemos hablado antes.”
“…”
“Puedo incluso ir en contra de lo correcto y darle el título de Duquesa. Pero solo seré generosa hasta ese punto, no tendrás un hijo ilegítimo con esa mujer. Si no cumples tu palabra, yo no cumpliré la mía.”
Se fue sin responder. Elizabeth se mordió los labios y miró fijamente el lugar por donde se había ido. Si él rompía su promesa, ella tampoco se quedaría quieta. Suspiro mientras pensaba en el futuro.
Fue injusto. Después de todo, el respeto de la Reina dependía del Rey. No importaba cuan buenos fueran los antecedentes familiares, si se pierde el favor íntimo del Rey, será el final. La única razón por la que podía mantener este puesto, por ahora, era que era hija de un Marqués y algún día se convertiría en la madre del futuro Rey.
Suspiro nuevamente, ese hombre podía conocer a quien deseara, y justo había terminado con una víbora como amante.
“No nos quejemos, Elizabeth.”
Ella había entrado sabiendo todo para prevenir las tragedias del pasado. No actuaría como lo había hecho su hermana. Rina había dejado que los celos la gobernaran y como resultado siempre se comportaba emocionalmente, estos pensamientos serian infinitos si seguía reprochando las elecciones del Rey.
No podía dejar que su vuelta al pasado la hiciera perder de vista el objetivo.
Decidió estar más por encima de todo eso. Decidió cortar cualquier lazo que pudiera tener con el hombre que era su esposo, no le permitiría llegar a ella y debía enfocarse en cada aspecto negativo de su personalidad para no dejar que ningún sentimiento por él naciera. De eso dependía que ella pudiera vivir en paz, que su familia viviera y todo resultara bien.
Era un hecho amargo, pero era una realidad que debía llevar a cabo hasta el final.
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Comments
neimar full
quisiera saber qué sucede 🤔 mi reina está muy empoderada pero esa pinche amante me tiene algo artita
2023-04-23
0
Isis Pastrana
por favor que no se enamore de él ,no se que una vez que los haya vencido ella se encuentre otro rey o algo por el estilo
2022-07-03
10
🤗Finita💖💫🇲🇽
Más acción, que traiga a un concubino y le haga la vida de ciadritos a los dos traidores.
2022-07-01
4