Pasaron dos meses rápidamente. El tiempo de Elizabeth se redujo considerablemente, pero aun así encontró espacio para las visitas de su hermana.
Su educación de Reina había comenzado a los cuatro días, tal como Miryam le había avisado, y aunque las clases habían sido más difíciles de lo esperado, Elizabeth lo hizo todo perfectamente sin quejarse una sola vez.
En eso se diferenciaba de Victoria. En el pasado ella constantemente se quejaba de los deberes que debía realizar, ella no era de esa forma. Ella entendía que pronto debería anteponer el deber de sus ciudadanos como prioridad, la estabilidad del pueblo le garantizaría estabilidad al imperio y a su posición como Reina.
No solamente se trataba de complacer a la aristocracia, realmente debía dar mejorías y preocuparse por el bienestar del que pronto sería su pueblo. Siendo hija de un noble, había podido aprender mucho sobre el imperio y todos los aspectos que todavía no eran atendidos, los tratados internacionales tenían prioridad. Pero la atención dentro del mismo imperio era escasa, la medicina no estaba al alcance de todo el mundo y aún para un imperio tan rico, la pobreza y falta de atención en los orfanatos era ridícula.
Los preparativos para la coronación estaban yendo según lo preparado, el difunto Rey había partido repentinamente por lo cual era importante que la boda y coronación fueran el mismo día, el vacío de poder debía ser llenado oficialmente coronando al Rey y a la Reina.
Fue educada formalmente para ser la Reina y tendría sobre su cabeza la corona que la situaba como la mayor figura de poder sobre todos los demás, Victoria, por el contrario, era una simple y vulgar amante, una mujer que solamente calentaba la cama del emperador y que se mantendría a su lado hasta que el mismo se cansara de su belleza o encontrara a otra mujer para satisfacer sus deseos.
Esa era la diferencia entre una Reina, y una amante.
Ella nunca quiso que le empujaran fuera de la ceremonia tradicional y auténtica como su hermana. Era una cuestión de orgullo, determinación y presencia, ella mantendría esta posición por encima de todo. Y para ello debía comenzar a ganarse a los nobles.
Y durante todo ese tiempo, ni una sola vez en esos dos meses miro a Livius, nunca la busco ni pregunto por ella. Ni siquiera asistió para preguntarle por cortesía si estaba descansando correctamente, no era que le importaba. Oficialmente, solamente había visto el rostro de su futuro esposo antes de su matrimonio cuando su hermana Caterina se desmayó en el palacio. De hecho, incluso en ese momento, no habían estado solos ellos dos. Y seguramente si no hubiera sido por ese incidente, nunca lo hubiera visto.
A Elizabeth, no le importaba. No había nada por lo cual sentirse herida o rechazada, ella ya lo sabía, conocía la naturaleza indiferente, egoísta y cruel de aquel hombre, más aún porque lo había experimentado en aquel encuentro hacía dos meses. Pero no le importaba, porque no lo amaba, a ella no le interesaba verlo por el resto de sus días. No había arrepentimientos.
De ese modo, paso el tiempo.
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Comments
mayra marquez
no quiero un harem solo que destrone a ese inútil
2022-07-07
6
Carliz
harem no suena mal....
2022-07-05
2
🤗Finita💖💫🇲🇽
Que se haga su arem de muchos hombre guapos.
2022-06-30
6