Charlas y encuentros desagradables

- Vic…

Elizabeth cerró los labios antes de que ese nombre casi saliera de su boca. No, la existencia de esa mujer no se conocía oficialmente, aunque se conocía su nombre, no se sabía nada de su apariencia fuera de los muros del castillo. Cometer el error de decir su nombre, sería abrir la caja de pandora.

No arriesgaría el futuro de su familia, por un simple error.

Su yo actual no debía conocer el rostro de la mujer frente a ella. Así que tenía que permanecer tranquila y no entrar en pánico.

- Vi…Zilde el príncipe coronado. Estaba tratando de elegir un libro sobre él\, muchas gracias por ayudarme\, dama.

- No es nada. Pero el príncipe Vizilde… Parece estar muy interesada en la historia. Solo unos pocos nobles conocen su nombre. Como sabes\, es una figura desconocida.

- …Me da vergüenza\, pero debo admitir\, que soy muy curiosa de los datos poco conocidos.

Elizabeth sonrió inalteradamente, para suavizar su boca endurecida. Victoria, que la estaba mirando, pronto movió su mirada hacia el vestido que usaba.

¿Es una candidata a Reina?

 Pensó Victoria sintiéndose disgustada sin saber por qué, aunque no lo demostró y cambió de tema.

- Pareces ser una candidata.

- …Si.

- ¿Puedo saber por qué estás aquí? Creí que debías estar participando de la competencia.

- Parece alguien que sabe muchas cosas\, dama.

Elizabeth se alejó en silencio y Victoria la miro con una sonrisa, sin parecer molesta.

- Cuando estás en el palacio\, es natural oír y ver cosas. Lo escuché en mi camino a la biblioteca.

- Entonces\, ¿Eres una de las sirvientas de su majestad?

La pregunta fue hecha con ingenuidad, y Elizabeth se regodeó por un momento al poder insultarla, pese a que lo que deseaba hacerle, era mucho más que un simple insulto disfrazado.

Victoria se rio lastimosamente. Una sirvienta de su majestad ... Ella no era tan inútil como cualquier vulgar sirvienta. Lo que la candidata a reina decía, eran tonterías, ella era de una categoría superior, pero este hecho no podía ser conocido por esta tonta candidata a Reina.

- Algo parecido.

Sin embargo, Victoria respondió indignada. Si se dijera la verdad, esta inocente candidata palidecería por la conmoción y se desmayaría rápidamente. Elizabeth se rio y murmuro una respuesta.

- Puede ser parecido\, porque algunas sirvientas sirven de noche.

- Entonces\, debo irme ahora.

Elizabeth, que había leído solo un libro sobre el príncipe heredero Vizilde, terminó la conversación. Ante esas palabras, Victoria le preguntó a Elizabeth en un tono desconcertado.

- Oh\, ¿y te vas?

- Sí. Como dijiste antes\, la competencia está en curso. Solo pase a buscar un libro para completar la prueba.

Originalmente, ella había pensado quedarse en la biblioteca las tres horas de la prueba, pero su plan se había arruinado, era imposible que pudiera disfrutar de un tiempo grato leyendo en un lugar donde se encontraba aquella despreciable mujer. El objetivo de la renacida Elizabeth, era intentar esquivar a Victoria.

Y no por miedo.

No evitas a la mierda por miedo. La evitas porque es sucia, mucho más si hablamos de una basura tan sucia como lo era Victoria.

La situación no sería buena para ella si se acercaba con intenciones vengativas. De todos modos, quién era ella en ese momento, desconocía por completo la identidad de Victoria. Elizabeth salió rápidamente de ese lugar.

Al final, Elizabeth había desechado el lugar en el que pasaría el tiempo, siguió caminando mientras sostenía el libro sobre el príncipe heredero Vizilde, estaba perfectamente sola, ya que esta vez estaba prohibido tener sirvientas.

Decidió ir al jardín del palacio, un lugar que había amado en su vida anterior. Contemplando donde pasar su tiempo, era un lugar que había encontrado, por casualidad, un lugar que la gente no encuentra fácilmente. Solía ir a menudo cuando iba al palacio real, para encontrarse con su hermana.

No había nadie allí, como ella esperaba. Sintió inmediatamente como la paz se apoderaba de su corazón, prefería estar en un lugar sereno, a uno lleno de ruido. Se sentó en el banco más cercano que pudo ver, y abrió el único objeto que tenía para pasar el tiempo. Si terminaba todo ese libro, tardaría tres horas.

El Príncipe heredero Vizilde había sido el heredero al trono del reino Xartius, pero debido a sus actos de libertinaje y escándalos. Fue retirado de su posición. Había sido un príncipe que tenía un alto apetito sexual, por lo cual tenia un harem de más de treinta amantes, y según los rumores, se decía que incluso sus amantes terminaban agotadas por días, sin poder soportar el ritmo del príncipe heredero.

Sin embargo, al margen de su vida personal, políticamente fue un gran príncipe y su padre que entonces era el Rey y Emperador. Tomó una decisión después de pensarlo durante mucho tiempo. De todos modos, el resultado

fue un poder real.

Después de haber leído alrededor de media hora, Elizabeth sintió una oleada de somnolencia. Pero sabía que si se quedaba dormida ahora, podría despertar más de tres horas después. Si eso sucedía, alguien vendría a

buscarla y la verían dormida después de leer un libro. Era vergonzoso solo pensar en ello.

Se puso de pie en el banco, imaginando la vergüenza y sosteniendo sus mejillas sonrojadas. La mejor forma de evitar el sueño, era caminar.

Camino y siguió por un rato. Entonces el lago apareció a la vista y había rosas por todas partes. Elizabeth miró la rosa roja en flor y recordó a Victoria, con quien se había encontrado antes.

La rival de su hermana y ahora su rival.

Una mujer que había influido en la destrucción de su familia. No había evidencia exacta de que ella hiciera esto, pero Caterina, que había sido muy ingenua, tuvo que haber sido influenciada por la amante del rey para haber sido acorralada de aquella manera.

Al mirar los hermosos rosales sin decir una palabra, escucho pasos. Por supuesto, Elizabeth estaba nerviosa. ¿Alguien encontró este lugar? Ella entró en pánico y se escondió entre los arbustos sin darse cuenta. Sintió

que estaba entrometiéndose en el espacio secreto de alguien sin ninguna razón. Pronto, el dueño de los pasos estuvo a la vista y Elizabeth casi delato su presencia con un gemido de sorpresa que logro reprimir a tiempo al ver de quien se trataba.

- ¡Prin…!

Elizabeth, sorprendida por su propia voz que había surgido sin previo aviso, se tapó la boca. No sabía por qué, pero no creía que dejarse descubrir, fuera una buena idea.

Calmo su corazón palpitante lo mejor que pudo, y luego lentamente volvió su mirada hacia el futuro Rey. Era ridículo que el maestro del palacio real no conociera este lugar, pero era impactante que viniera a este lugar solo.

Pero...

¿Cuál era la razón por la cual vino aquí en este momento? Ahora el concurso de la Reina estaba sucediendo, no estaba mal que el diera un paseo durante las tres horas que las candidatas debían usar para encontrar la

respuesta del acertijo. Pero lo desconcertante, era que la distancia del palacio y el lugar donde tenía lugar la prueba no era tan corta. ¿Qué significaba este lugar para él? Elizabeth miró al futuro Rey con una mirada que no pudo entender.

Se quedó allí un rato y pareció pensar en algo. Había algo especial en ello, su expresión no estaba vacía…Su cara cambiaba numerosas veces. En un momento, arrugaba la cara como si recordara momentos no gratos y otras veces, como si recordara algunos momentos alegres.

Ella no sabía lo que pensaba, y honestamente tampoco quería saberlo. Ella solo debía salir de ese lugar sin ser notada para regresar al palacio. Para volver al lugar que le correspondía, tenía que pasar por donde él se encontraba. Mordió sus labios impaciente, pensando que pasaría si el tiempo se acababa.

Afortunadamente, el futuro Rey se alejó de su vista. Ella salió detrás de los rosales, solo después de verlo desaparecer por completo, y cuando confirmo que no había nadie, suspiro aliviada.

Ah…Se había escondido sin ningún motivo. Se sentía incomoda, pero arreglo su ropa despeinada y rápidamente, se dirigió al lugar de la competencia.

Las tres horas dadas habían pasado. Por supuesto, Elizabeth no sabía la respuesta correcta. Su padre probablemente le había dado la respuesta en su vida anterior, pero el tiempo paso y ella lo había olvidado. Solo contesto cualquier cosa y relajo su mente.

Considero brevemente la respuesta correcta y escribió con el bolígrafo negro en el papel una palabra.

Amor.

Cuando venía por primera vez era suave como un cordero, cuando te tocaba era afilado como un halcón, eventualmente cuando pasa, se volverá tan doloroso como una piedra. Ella nunca había amado, pero conocía el amor que tuvo su hermana en el pasado.

El primer amor que vino como cordero agudizándose y terminando en dolor. El rostro de Elizabeth se ensombreció cuando se sintió deprimida al pensar en su desdichada hermana.

- Hmmm… Solo una persona dio la respuesta correcta.

El duque de Witherford provoco nervios en Elizabeth, ella no esperaba haber tenido la respuesta correcta, pero siempre había la posibilidad de que hubiera acertado inconscientemente.

Pronto el Duque revelo quien había dado la respuesta correcta.

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