Capítulo 11

Dylan y yo nos quedamos viendo por unos segundos hasta que el rompió el silencio.

-¿Que hacemos? No tenemos muchas opciones disponibles

-Los nobles de tu imperio no estarán felices si nos casamos, buscan que sus hijas tomen la posición de emperatriz y yo también tengo un reino que cuidar

-Entiendo, no quieres casarte pero ¿Que haremos entonces?

-Puedo dejarle mi parte del imperio a mis hermanos pero tu no podrás casarte con alguien más si quieres. Hagamos un trato

-Dime entonces

-Yo solo voy a ser tu emperatriz y esposa de papel, si algún día te enamoras y decides casarte yo seguiré siendo emperatriz pero no me meteré en tus decisiones. Lo único que te pido es que no intentes humillarme por nada en el mundo porque no solo seré tu emperatriz, seré tu igual.

No se porqué pero me molestó un poco decirle que puede casarse con cualquiera mientras esté casado conmigo, supongo que es mi orgullo el que no quiere salir herido. Toda mi vida luché por buscar una igualdad entre hombres y mujeres en este mundo en el que vivo pero ahora todo se iría a la basura porque debo casarme. Aún así jamás dejaré que alguien intente pasar por encima de mí.

-Es un trato, seremos marido y mujer. Emperador y Emperatriz del pueblo.

Le sonrío y veo que la bebé comienza a bostezar, por ahora nadie la vio ya que dimos la orden de que nadie pasara por esa zona del palacio.

Pasaron solo tres días y hoy íbamos a informar a los nobles de la corte y los más influyentes sobre nuestra unión, claro que diríamos que estamos enamorados y que tuvimos una hija pero yo tuve que resolver unos asuntos con mi reino antes de llegar a este lugar. Me preparé con un elegante vestido y fui rumbo a donde daríamos el anuncio.

Al entrar los nobles solo me vieron de reojo y ni siquiera hicieron una reverencia ante mi a pesar de ser la reina de un territorio vecino pero bueno supongo que no lo sabían. Caminé hasta Dylan y me paré a su lado sprprendiendo a todos ya que el emperador era alguien muy temido en su imperio.

-El día de hoy, los cité a todos ustedes, nobles importantes y de mi corte para anunciar que dentro de 3 días me casaré con la mujer que ven a mi lado.

Se escuchó como todos se sorprendieron y los murmullos por toda la sala se hicieron presentes. Ninguno de ellos podía creer que si emperador se casaría con una mujer que no habían visto antes. Los hombres de la corte por otro lado, los que si sabían quien era se pusieron felices. ¿Como no estarlo? esto significaría una alianza con el imperio más poderoso del mundo porque yo, era hija de los emperadores pero más importante, una de las reinas.

-Su majestad, no creo que sea apropiado. Usted ya tiene concubinas y quizá alguna de ellas debe ascender al trono.

-Segundo ministro ¿Esta intentando compararme con una concubina? Quizá deba cortar su lengua para que ya no diga incoherencias.

-¿Como se atreve a amenazarme señorita? Todos los nobles aquí presentes la escucharon

-Segundo ministro por favor manténgase callado y respete a la reina -Habla el primer ministro que sabe sobre mi identidad

-No voy a callarme solo porque la mujer que sedujo al emperador lo quiere

-¡Silencio! No dejaré que nadie le falte el respeto a mi futura emperatriz ¿Quedó claro? -Habla furioso y todos tiemblan ante la fría mirada de su gobernante. Apoyo mi mano en el hombro de Dylan y se calma

-Quiero decirles a todos los presentes el día de hoy que cualquiera que me falte el respeto a mi estará faltando el respeto a mi imperio y no seré piadosa con eso

-¿Su imperio? Ni siquiera es emperatriz aún

-No estoy hablando de este imperio tercer ministro. Quizá ustedes no sepan quien soy, fue mi culpa por no presentarme. Me presento ante ustedes, soy Kira Ruiz Arslan, primera reina del imperio más poderoso que existe.

Ante esto veo como la cara de los ministros se pone blanca como un papel y rápidamente se arrodillan ante mi pidiendo piedad, estos hombres solo creen que soy una princesa mimada y dulce que no va a hacer nada porque como mis padres ordenaron, todos creen que fui criada en una burbuja. Eso cambiará a partir de hoy.

-Bien, pueden levantarse, los perdonaré esta vez -Los dos hombres se levantan y veo la sonrisa astuta del segundo ministro

-Agradezcan que la futura emperatriz es piadosa con quienes la ofenden -Habla Dylan

-Los perdoné pero no quiere decir que queden sin castigo, decreto hoy con el respaldo del emperador que tanto el segundo y tercer ministro serán castigados con 50 latigazos cada uno y se los despojara del 20% de sus ganancias totales.

-Los guardias entraron y comenzaron a arrastrarlos para cumplir el castigo

-¡No! Eso no puede ser ¡Majestad, haga algo! Usted es muy despiadada.

-¡Alto! -Los guardias paran- ¿Despiadada? Si estuviera en mi territorio te hubiese torturado públicamente hasta que rogaras tu muerte -Contesto con mi mirada más inexpresiva y veo como todos se estremecen ante esto. Creo que hoy gané muchos enemigos. -Pueden llevárselos.

-Dado que ya dijimos todo lo que íbamos a informar, doy por terminada esta reunión -Habla el emperador quien me toma de la mano y juntos salimos del lugar.

-¿Crees que fue demasiado? Tal vez me pasé un poco, se que no estoy en mi reino

-No, esta bien. Yo hubiese ejecutado al segundo ministro quizá plantando pruebas en su contra.

-Gracias

-¿Por qué?

-Porque se que estas haciendo un sacrificio al casarte conmigo -Sin esperar una respuesta de su parte me fui para encontrarme con Verónica, quien estaba cuidando al dragón ahora.

Cuando llegué a mi habitación escuché como la niña lloraba entonces entre muy rápido y vi a Verónica y Nia con un semblante agotado y objetos volando por toda la habitación.

-¿Que sucedió aquí? -Pregunto y agarro a la niña quien al entrar en contacto conmigo se calla de repente y los objetos vuelven a su lugar.

-Esa niña es un demonio -Habla Nia

-Estuvo llorando desde que te fuiste y comenzó a tirar todo, definitivamente ya no voy a ofrecerme a cuidarla -Habla Verónica esta vez

-Yo creo que es una bebé muy tranquila ¿Tan mal te portante hoy? -La niña solo se durmió

-¿Ya le pusieron un nombre? Creo que si van a fingir que es su hija debe tener un nombre -Verónica

-Creo que estuve tan ocupada estos días que no lo pensé. Voy a hablarle con el emperador.

-Realmente no puedo creer que vas a casarte y aun no le dijiste a tus padres y hermanos -Habla Nia emocionada pero preocupada a la vez porque no sabe como reccionará mi familia. Debo admitir que también estoy algo nerviosa por eso pero no tengo otra opción

-No elegí casarme porque sí Nia, esto es una unión por el bien de ambos imperios y nada más que eso.

-Bien pero creo que el emperador de verdad te quiere mucho -Esta vez habla Verónica

-Es un buen hombre, no voy a negar eso pero saben que no confío en los hombres.

-Lo se Kira, espero que con el tiempo puedas ser feliz

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