Capítulo 9

Antes esto veo que Dylan se queda sorprendido mientras me ve sin entender mucho por unos segundos pero luego vuelve a su semblante serio que lo caracteriza. Conmigo siempre se comporta amable pero se muy bien que tiene fama de tirano, bueno, así le dicen los nobles pero solo porque hace bien su trabajo y no deja que ellos cobren impuestos de más, investigué mucho sobre este lugar antes de venir a hacer un tratado, si el emperador era un idiota simplemente lo exterminaria y probablemente daría el territorio a mi hermano ya que de todas formas no creo vivir mucho tiempo más y se que el será un gran Emperador.

-E... eso no es cierto ¿Es cierto su majestad? Esta mujer es una mentirosa

-Bueno en realid' -Lo interrumpí otra vez

-Por supuesto que es verdad, mira, para que te quede claro -Me pongo mirando de frente al emperador que no entiende mucho que está pasando pero se queda con su mirada seria viendo a la mujer cuando lo agarro de su traje para darle un beso que lo sorprende pero me corresponde. Ambos nos separamos en busca de aire y miré a las dos mujeres que quedaron pálidas ante dicha acción. Claro que era una reacción obvia ya que ellas siendo casi concubinas ni siquiera recibían una mirada de ese hombre y no habían escuchado de alguna mujer en la vida de su gobernante.

-Como ya vieron puedo hace lo que quiera. Ahora arrodillate o tendrás que ver las consecuencias

-Nunca me arrodillaria ante ti

-Esta bien -Di media vuelta agarrando al emperador de la mano y luego me fui dejándolas furiosas y en shock al mismo tiempo

-¿Va a explicarme que fue eso? -Habla Dylan

-Lo siento, se que lo use pero.. ah mierda -Pierdo el equilibrio por unos segundos cuando me mareo pero Dylan me agarra de la cintura

-No pasa nada, creo que debería descansar, su pierna no debe haberse recuperado del todo

-No, no es eso. -Nuevamente una puntada en el pecho se hizo presente y su respiración se agitó

-¿Que sucede?

-¿Que día es hoy? Necesito.. saber

-Estamos en el día 15

-Entiendo, estoy bien majestad, solo fue un pequeño mareo

*Debo llegar rápido, nadie puede saber la maldición o la usarán en mi contra*

Nuevamente me enderece e intenté caminar lo mejor posible pero se me hizo demasiado difícil y mi cabeza daba vueltas, de pronto sentí que mis pies se separaron del piso y así fue. El emperador me estaba llevando a mi habitación como si fuera una princesa recién casada.

-Bajeme ahora mismo

-No lo haré, no te sientes bien

-Esto no es apropiado para nada

-Lo dice la mujer que acaba de besarme como una loca en frente de las futuras concubinas

-¿Quieres concubinas?

-¿Eso te importa?

-Claro que no -Llegamos a la habitación y Nia quien estaba fuera al recibir una seña de mi parte se fue del lugar, el emperador me dejó en la cama y ya no pude soportar el ardor de mi pecho

-¿Estas bien? Se que me ocultas algo pero no entiendo porqué

-Váyase rápido... ¡Ah! -La maldición estaba haciendo su efecto

Ese mismo día en el que perdí mis poderes uno de los brujos me había puesto una maldición con un veneno mortal y muy raro que me mataría lentamente. Este se llamaba maldición del fuego y el hielo, cada día 15 de cada mes sentiría que mi corazón se quema o se congela y padeceria un dolor insoportable en todo el cuerpo, es algo inaguantable pero tengo que soportarlo, por eso los días 15 siempre me encierro y pongo piedras anti ruidos para que nadie se entere de esta maldición. Nadie más que yo sabe sobre esto pero al parecer un completo desconocido va a descubrirlo, genial.

No hay forma que me deshaga de esta maldición porque como si fuera un maldito libro de cuentos ¿Cual es el antídoto? Por supuesto que si, el amor verdadero. Como su esas cosas existieran, bueno, de hecho si existen no creo que sea para mi.

*¿Qué clase de mente psicópata creó este veneno? Bueno, supongo que fue inteligente ya que así sería incurable*

-Todo va a estar bien Kira, mírame y concéntrate en aguantar esto. Voy a llamar un médico que te pueda ayudar correctamente

-No, un médico no. Ni lo piense -Me levanto rápidamente y lo tiro a la cama

*Eso no es exactamente lo que quería hacer, que incomodo*

-¿Que quieres que haga entonces? No lo entiendo

-Yo... tengo una... maldi.. cion

Dylan al ver que yo no podía hacer nada contra mi dolor más que soportarlo me abrazó para intentar aliviar mi dolor. Si bien seguía doliendo como un infierno por un momento cesó y me pude calmar en los brazos de ese hombre. Al ver que me sentía mejor se iba a retirar a su habitación.

-Dylan

-Pensé que no nos llamábamos por nuestros nombres

-¿Puedes quedarte conmigo esta noche?

-Eso no suena nada bien

-Tienes razón, fue muy inapropiado de mi parte como una reina extranjera. Nos vemos mañana su majestad, prometo que no lo meteré en más problemas y les explicaré a sus concubinas que todo fue mentira. Le prometo que en menos de una semana partiré de regreso a mi reino y ya no me entrometeré en sus asuntos -Me di la vuelta tapándome con una manta esperando que se valla

*¿En que estaba pensando? Este hombre ya debe de pensar que soy una completa loca, juro que no soy tan idiota, simplementemi cerebrono funciona buen cuando estoy con el*

Sumida en mis pensamientos no me di cuenta que el emperador aún estaba allí y caminó hasta mi cama otra vez, y cuando estuvo en la cama se metió y me abrazó por la espalda. Al sentir sus brazos me di la vuelta y quedé a centímetros de su rostro, solo lo abracé y undí mi cara en su pecho. Ambos dormimos abrazados toda la noche pero no esperábamos para nada lo que pasaría en la mañana.

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