Capítulo 7

Kira seguía inconsciente y tanto Nia como Kael intentaban bajarle la fiebre, en su cara se veía el dolor que sentía pero ya no sabían que hacer.

-¿Por qué no llamamos a un médico? Quizá puedan curarla con magia de luz, podemos pagar si es necesario -Habla Verónica

-La magia de luz no servirá. No podemos llamar a un médico ahora -Nia

-¿Y si le avisamos al emperador? Tal vez pueda ayudar en algo -Propone Kael

-Kira jamás nos perdonaría, ella siempre dice que una persona que ni es de confianza del todo no puede nunca saber una debilidad

Mientras ellos hablaban alguien tocó la puerta dejando a todos inmóviles, no podían ver a la reina así. Nia salió para ver quien era y simplemente iba a echarlo con alguna excusa pero la persona frente a ella no era nada más ni nada menos que el emperador.

-Dile a Kira que debemos hablar por favor

-Su majestad, mi reina no podrá atenderlo hoy porque tuvo que ir a hacer unas cosas en la capital, yo estoy preparando su cuarto para cuando regrese

-¿Fue a la capital?

-Si, su majestad

-Esta bien, de todas formas no es algo urgente

El emperador se dio la vuelta y cuando estaba por irse escuchó un grito desde adentro de la habitación lo cual lo puso en alerta regresandolo al lugar.

-¿No dijiste que tu reina salió?

-Eh.. si, su majestad

-Déjame entrar -Habla con un tono frío

-... -Sin que Nia diga algo más, Dylan entró en la habitación viendo como Kira estaba en la cama sufriendo mientras el sudor la cubría entera.

-¿Por qué lo dejaste entrar? -Habla Kael enojado

-No le di otra opción -Contesta el emperador acercándose rápidamente a Kira para tomar su mano y correr un mechón de cabello de su cara

-Su majestad, es mejor que se retire. Nosotros sabemos como manejar esta situación.

-No me voy a ir hasta que me digan que pasó con la reina

-No estamos seguros, ayer no estuve en el palacio y luego la encontramos así por la mañana. -Habla Verónica

-¿Por qué no llamaron a un médico?

-No podemos, lo que tiene nuestra reina no es algo normal que pueda curar un médico

-¿Y un mago?

-Tampoco podría.

El emperador se quedó mirando a Kira por unos segundos cuando de repente ella abrió los ojos mientras las lágrimas se asomaban y lo primero que vio fue a alguien sentado en su cama. Sin que nadie lo espere, se levantó rápidamente y abrazó y Dylan mientras lloraba.

Tanto Nia, Kael y Verónica veían la escena quedándose helados ya que ellos nunca habían visto tan vulnerable a su líder. Dylan resignado a no poder sacársela de encima correspondió el abrazo acariciando su espalda en círculos intentando calmarla. Los otros tres decidieron mejor esperar afuera y en cuanto salieron Kira se alejó un poco del emperador y habló con voz algo entre cortada.

-Me sacaste lo que más amaba ¿Por qué lo...hiciste? -Su voz se va apagando con cada palabra hasta que sin poder resistirlo más sus ojos se vuelven a cerrar.

Dylan entendió en ese momento que ella no estaba hablando con él en ese momento, no sabía que es lo que Kira había sufrido pero sentía una presión en el pecho al verla tan vulnerable. Algo que no sentía desde que era un niño, no entendía en ese momento sus sentimientos solo sabía que quería proteger con su vida a esa mujer que siempre se muestra fuerte ante todos pero en verdad está totalmente por dentro.

-No se que te sucedió pero te prometo que voy a ayudarte -Él la levanta en sus brazos y la acomoda nuevamente en la cama mientras Kira sigue inconsciente y con fiebre, cuando el se estaba por levantar para buscar a los amigos de la reina, ella se aferro a su brazo como si fuera una niña pequeña con su peluche entonces el simplemente decidió quedarse allí aceptando que no podía huir de ella.

Por otro lado Nia y Verónica sonreían fuera mientras Kael se mostraba serio, Nia siempre estuvo junto a Kira y sabe muy bien todo lo que sufrió pero notó que en la cara del emperador se veía una genuina preocupación. Por otro lado Verónica ya quería que su prima esté con alguien que la haga feliz, ella sabía que tuvo un amor en el pasado que no funcionó pero nada más que eso, ya que ella nunca le contó todo lo que pasó aquel día.

Kael por su lado no estaba feliz de haber dejado a su preciada prima, la cual consideraba una hermana en manos de ese hombre, el sabía bien cuánto aún sufría y colo día a día se esfuerza por seguir adelante como si nada de eso hubiera pasado porque sus padres sin tener una mala intención hicieron que su hija no pueda expresar lo que siente porque no confía en las personas a su alrededor, se podría decir que no confiaba ni en su propia sombra.

-¿Creen que tengan algo? -Rompió el silencio Verónica

-No lo creo, Kira ni confía en las personas y mucho menos en los hombres -Kael

-No creo que tengan algo aún ya que estoy todo el tiempo con Kira, pero algo es seguro y es que el emperador aprecia a nuestra reina. Se le nota en su mirada.

En ese momento dieron la conversación por terminada y decidieron entrar a la habitación porque ya no se escuchaba más sonidos. Cuando los tres entraron se quedaron en shock viendo a su reina abrazando el brazo del emperador mientras dormía como un bebé, ya más calmada y al emperador acariciando su cabello.

-¿Pueden ayudarme? -Habla el emperador sin dejar de ver a Kira cuando notó que tenían compañía

-Claro, su majestad -Así, con ayuda de Nia, el brazo del emperador fue liberado y el se fue a toda velocidad dejando a todos confundidos.

-¿Que acaba de pasar? -Pregunta Verónica

-Creo que nuestra reina ofendió al emperador usándolo de almohada -Contesta Nia suspirando

-De todas formas no pasa nada, Kira en unas horas estará bien. Ya le di las hiervas medicinales que podía tomar y ya se nota un poco mejor.

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