Capítulo 20

Al regresar de la casa de Amanda, la señora Sofía todavía no podía sacudirse la molestia de no haber obtenido dinero de su ex nuera. Por lo que planeó secretamente difundir rumores sobre Amanda con sus vecinos. La señora Sofía entonces fue a visitar la casa de la señora Ruth, conocida como la propagadora de chismes del complejo.

Cuando llegó allí, vio a muchas madres del complejo viendo una demostración de una cocina a prueba de explosiones con un sensor automático. Si había una fuga en el cilindro del gas, la manguera del gas se cerraría automáticamente. Incluso si no se podía extinguir por uno mismo el incendio, el fuego se apagaría.

"¡Ah, que ruido hay aquí! ¿Por qué no fui invitada?", preguntó la señora Sofía.

"Ya se había enviado una invitación, pero cuando llegamos a su casa no había nadie", explicó la señora Ester, quien se encargaba de distribuir las invitaciones en el complejo.

"¡Oh, fui a ver a mis nietos en el complejo de enfrente! Sin embargo, el momento no fue el adecuado porque resulta que mi ex nuera estaba llevando a un hombre a su casa. Cuando llegué, el hombre se fue de inmediato por vergüenza", la señora Sofía empezó a envenenar a sus vecinos con los rumores que había difundido.

"¿De verdad, Bu? ¿No es ella la hija de Mark Newton? Según tengo entendido, Amanda es una persona tranquila que no le gusta hacer cosas extrañas desde que era joven. Mi hija es amiga de ella desde la escuela", dijo la señora Gloria, quien no creía lo que su vecina decía.

“Al principio, tampoco lo creía cuando un vecino me contó que Manda llevaba hombres a su casa; sin embargo, después de verlo por mí misma, sí creo lo que el vecino dijo. La gente puede cambiar, señora Gloria. Antes ella era tranquila, pero ahora se atreve a pelear conmigo, incluso me echó cuando le aconsejé que no llevara hombres a casa”.

La señora Sofía estaba envenenando constantemente la mente de sus vecinos para que odiaran a Amanda, haciendo que el vendedor de estufas que estaba promocionando los productos se enojara porque el enfoque de las amas de casa de la comunidad había cambiado a las mentiras de la señora Sofía.

"¡Señora, calumniar a los demás es un pecado!", exclamó el vendedor.

"¡Engañar a la gente también es un pecado, querido! Afirmas tener una buena calidad y en menos de un mes ya está dañado", dijo la señora Sofía secamente.

"¡Ya basta! Cuéntanos más sobre tu ex nuera. Me has despertado la curiosidad, dices que tú ella no se viste bien y siempre usa una bata, ¿cómo logró atraer a un chico? ¿Es guapo su novio?", la señora Ruth, quien había estado en silencio todo el tiempo, intervino.

"¡Su novio no es guapo! Mi hijo, en cambio, si es guapo y eso ya es obvio, ¡Él es un joven fiscal exitoso!", dijo la señora Sofía de manera muy arrogante.

"No estoy segura de las historias de la señora Sofía, porque yo vi a Manda y ella nunca ha sido rara. Su tienda y el restaurante donde como están cerca de su casa, así que puedo ver su vida cotidiana", explicó Sheila.

"¿De quién es la versión correcta, entonces, Sheila?", la señora Ruth se quedó confundida tratando de entender el chisme que había escuchado.

“¡Por supuesto, mi versión es la correcta, Señora Ruth! Como exsuegra suya, sé mejor como es Amanda, siempre ocultando su verdadero carácter”.

La señora Sofía seguía convenciendo a todos sus vecinos sobre la supuesta conducta de Amanda, pues aseguraba que la joven siempre llevaba hombres a su casa. Los rumores llegaron incluso al complejo de apartamentos donde Amanda vivía, lo que hizo que los vecinos comenzaran a desconfiar de ella. Además, como Amanda siempre regresaba tarde a casa debido a que tenía muchos pedidos y falta personal, aquello agravó aun más los chismes.

Día tras día, la relación entre Amanda y Elías mejoraba cada vez más, especialmente después de que ambos acordaron colaborar en sus negocios. Por esta razón, Elías solía visitar la tienda de confección de Amanda con frecuencia. Además, la boda de Tania y Anthony se acercaba en un mes, así que ambos se veían con regularidad y Elías solía acompañar a Amanda a su casa. Por supuesto, los vecinos seguían alimentando su curiosidad sobre Amanda gracias a los rumores que la señora Sofía propagaba.

La señora Elena, a diferencia de los demás, no creía en los rumores sobre Amanda, por lo que decidió preguntar directamente en lugar de creer en ellos.

"Manda, ¿A dónde vas tan bien vestida?", preguntó la señora Elena cuando vio a Amanda a punto de salir de la casa con sus dos hijos.

"¡Oh, señora Elena! Iré con Caleb y Mía a dar un paseo", Amanda sonrió amablemente a la señora Elena, quien era como su propia hermana a pesar de que no estaban relacionadas por sangre.

"Manda, ¿Puedo hablar contigo un minuto?", preguntó la señora Elena.

"¡Claro que sí, señora Elena, hablemos adentro!", respondió Amanda.

La señora Elena siguió a Amanda hasta su casa, quien inmediatamente se sentó en el sofá de la sala.

"¿Qué pasa, señora Elena? Parece algo importante", preguntó Amanda sorprendida.

"Antes de eso, me disculpo si te puedo ofender, pero solo quería aclarar lo que escuché de los demás vecinos. ¿Estás actualmente en una relación con un hombre?", preguntó la señora Elena cuidadosamente.

"¡No! ¡Ni siquiera he podido verme aun hasta allá!", ella respondió.

"Entonces, ¿Quién es el hombre que siempre conduce a tu casa?", preguntó la señora Elena de nuevo.

"¡Oh, ese es el señor Elías! Yo estoy trabajando con su compañía para expandir mi negocio de confección de ropa, por lo tanto, a menudo viene a revisar la fábrica después del trabajo. Por eso, a veces me trae de regreso", explicó Amanda. "¿Por qué lo pregunta, señora Elena?"

"Manda, no te enojes conmigo, en realidad los vecinos están chismeando sobre ti, en especial porque siempre traes hombres a casa", explicó la señora Elena.

"¿Qué? ¿Por qué creen que soy así?", preguntó Amanda sorprendida. "¡Lo juro, señora Elena! Aunque él siempre me trae a casa, no tenemos una relación especial más que ser socios comerciales".

"Por eso te he preguntado en vez de calumniarte", la señora Elena respiró hondo. Lamentaba lo que le había pasado a Amanda.

"¿Qué debo hacer entonces, señora Elena?", había una clara expresión de confusión en el rostro de Amanda. No esperaba que sus vecinos cotillearan sobre ella.

"Primero deberías mantener las distancias con el señor Elías. Es para disipar las sospechas de los vecinos. Pero es mejor que tú y él tengan una relación seria, así no habrá más cotilleos sobre ustedes", la señora Elena le dio un consejo.

"¡Entiendo, señora Elena! Gracias por recordármelo. ¿Usted sabe quién fue la fuente de los cotilleos?", preguntó Amanda.

"¡No lo sé! ¡Pero ten cuidado! Porque a veces ser madre soltera siempre es objeto de cotilleos falsos aunque no hayamos hecho nada malo", dijo la señora Elena.

"Sí, comprendo. Recordaré siempre su consejo".

Continuará…

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