Capítulo 19

Después de un almuerzo improvisado, Elías tomó la iniciativa de llevar a Amanda a casa porque quería ver su negocio de confecciones que estaba en marcha. Al principio, Amanda rechazó la oferta, pero finalmente aceptó. Tania se encargaría de llevar la moto de ella a su casa después.

Durante el viaje, ambos se sintieron incómodos. Elías no era muy hablador y Amanda era tímida para iniciar cualquier conversación. Además, la actitud de Elías parecía ser inalcanzable para la mayoría.

Una vez que llegaron a la fábrica donde Amanda ganaba su sustento, finalmente se animó a mostrarle todo el lugar a Elías.

"Señor Elías, esta es nuestra fábrica. ¡Vamos a dar un paseo!", dijo Amanda apuradamente mientras se dirigía a abrir la puerta.

"¡Espera un momento! Hay algo que quiero decirte", dijo Elías.

"¿Qué pasa, señor?", preguntó Amanda mirando fijamente a Elías, ya que el hombre soltero sostenía su mano antes de abrir la puerta.

"No estamos en la oficina, ¿Podrías dejar de llamarme señor? Me siento muy mayor", dijo Elías.

"Pero ahora somos colegas en este negocio. Me parecería descortés llamarte sin más", se defendió Amanda.

"Solo dime Elías, háblame normal como lo haces con Anthony. ¿No te gustaría ser amigos?", preguntó Elías, agarrando la mano de Amanda para que no saliera todavía.

"De acuerdo, se…Elías", respondió Amanda tímidamente.

Una sonrisa apareció en ambos extremos de los labios de Elías. No sabía por qué, pero su corazón se sentía tan feliz al escuchar a Amanda llamarle por su nombre. Para él, ese apodo era muy romántico.

Después de echar un buen vistazo a la fábrica de confección de Amanda, Elías la llevó a casa. Sin embargo, en su camino, recibió una llamada de su exsuegra diciéndole que estaba en su casa esperándola. Cuando llegaron a su destino, Amanda tuvo que hablar con él sobre un asunto que posiblemente incomodaría a Elías.

"Lo siento, Elías. No puedo pedirte que te quedes en mi casa. Temo que la abuela de mis hijos malinterprete nuestras intenciones", dijo Amanda con cautela.

"¿Es tu suegra?", preguntó Elías con franqueza expresando sus pensamientos.

"En realidad, es mi exsuegra porque me divorcié de su hijo hace un año", explicó Amanda.

"Adiós, resuelve tus asuntos pendientes con ella. Voy a trabajar, si necesitas algo, por favor llámame", Elías se despidió de ella.

"Gracias, Elías. Me bajo aquí", respondió Amanda.

Luego de bajarse rápidamente del coche, Elías le hizo un gesto con la mano desde su coche. La señora Sofía, quien estaba en casa de Amanda, la había estado observando todo el tiempo.

Una vez que Elías se alejó, Amanda entró rápidamente en su casa. Fue recibida por su exsuegra con un tono sarcástico. La verdad era que a Amanda no le gustaba lidiar con ella.

"¡Qué bien te has comportado, Manda! Ahora tienes un acompañante con un lujoso auto. Antes solo acusabas a Andrew de infiel ¡Resulta que tú eres igual!", dijo sarcástica la señora Sofía.

"Lo siento señora, no busque provocar una pelea. Me duele la cabeza siempre que tenemos nuestras discusiones", respondió Amanda.

"Entonces, dices que quieres ser honesta. Bien, si eso es lo que quieres. Vine aquí solo para pedirte el dinero que Andrew te dio sin justificación cuando se divorciaron", la señora Sofía hablaba sin preocupación alguna.

"¿A qué se refiere con dinero sin justificación? ¿Cuánto dinero me dio Andrew cuando nos divorciamos? ¡Nada señora! Andrew solo proporciona un ingreso mensual para nuestros hijos", aclaró Amanda.

"¡No me engañes! Tú tienes un taller de confección y si tienes dinero es gracias a mi hijo. ¿Ya olvidaste que desde que diste a luz a Mía, has estado a expensas de Andrew?" La señora Sofía se alteró.

"Lo siento señora, no quise ser descortés, pero sería mejor si usted se fuera y le preguntara a Andrew sobre ese dinero. Por favor señora, no haga un escándalo frente a mis hijos", dijo Amanda mientras le escribía a Andrew para que buscara lo antes posible a su madre.

"¿Cómo te atreves a echarme? Recuerda Amanda, soy la abuela de tus hijos. ¿Por qué te comportas de manera tan grosera? ¿Es que tus padres nunca te enseñaron modales?", la señora Sofía se quejó.

Amanda apretó fuertemente sus manos. Estaba enfadada, muy enfadada por lo que escuchó de la boca de su exsuegra. Quería desgarrar la boca que siempre la humillaba, pero se contuvo porque sería imposible enzarzarse en una pelea con su exsuegra, aunque la anciana estaba cada vez más provocadora.

Poco después, Andrew llegó con Cindy, quien tenía una protuberancia en el vientre. Después de divorciarse de Amanda, unos meses más tarde se casó con su amante. Pero al parecer, Cindy controlaba tanto a Andrew que la señora Sofía recibía solo la mitad del dinero mensual que solía recibir cuando estaba casado con Amanda.

Andrew quedó atónito al ver a su exesposa con un aspecto diferente. Sus ojos parecían reacios a parpadear para no perderse la belleza que estaba frente a él. Pero Cindy rápidamente golpeó la mano de su marido para despertarlo de su ensimismamiento.

"Madre, ¿Por qué has venido a causar problemas?", preguntó Andrew, con los ojos aun enfocados en Amanda.

"Andrew, tu madre te pide que le exijas el dinero que le diste para la dote. Además, ahora que su negocio de confección ha despegado, seguramente tiene mucho dinero. Por lo tanto, puede devolver el dinero", la señora Sofía parecía haber perdido la razón por no recibir suficiente atención de su hijo y sacó a colación el dinero de Amanda.

"¡Señora Sofía, debería ser yo quien exija dinero de usted!. Quiero que se me devuelva el dinero de la venta de la casa de mis padres. ¿No se ha convertido Andrew en un fiscal ahora? ¡Entonces seguro pueden devolverme mi dinero!", Amanda se defendió de las acusaciones de su ex suegra.

"¡No puedes, Manda! No tengo esa cantidad de dinero porque ayer compré una casa nueva", explicó Andrew, quien no esperaba que su exesposa mencionara el dinero que él usó para conseguir su trabajo.

“Si no quieres que saque el tema, ¡Entonces váyanse y no vuelvan a mi casa!. Me da flojera tener que seguir quejándome del pasado”, dijo cortante Amanda.

"¿Te atreves a echarme?", se enfadó la señora Sofía.

"¡Esto es todo, mamá! ¡Vámonos a casa!", Andrew tomó inmediatamente la mano de su madre para volver a su hogar. Mientras tanto, Cindy solo se mantuvo callada mientras maquinaba todo de manera interna.

“Parece que tendré que hacer algo, debo provocar que la madre de Andrew odie todavía más a su exesposa”, pensó Cindy.

Continuará…

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