Capítulo 14

Los días seguían avanzando y cada vez había más pedidos de los vestidos que Amanda confeccionaba, lo que la hacía sentir abrumada, ya que no podía hacerlos sola. Por ello, decidió hablar con su amiga Tania al respecto, mientras que sus hijos jugaban en la casa de su amiga.

"¡La paz sea contigo!", dijo Amanda.

"¡La paz sea contigo!", respondió Tania, quien acababa de terminar de preparar el desayuno.

"¡Tía!", exclamó Mía al correr y así abrazar a Tania.

En comparación con su abuela, a Mía le gustaba mucho más estar con la amiga de su madre.

"¡Princesa, cada día estás más guapa!", alabó Tania mientras besaba las mejillas de Mía y Caleb. "¡Y el Príncipe también cada vez está más hermoso!".

"¿Dónde te has metido Tan? ¿Por qué no me has ido a visitar a mi casa?", preguntó Amanda.

"¡Lo siento Manda! He estado fuera por trabajo. Llegué ayer. ¡Vamos a abrir los regalos que trajo Tía!", dijo Tania mientras guiaba a Mía hacia su habitación.

"Tía!, tu teléfono no para de sonar", Mía estaba muy contenta porque siempre recibía regalos de Tania.

Tania respondió su celular de inmediato, alejándose un poco de Amanda para evitar que su amiga se diera cuenta. En cuanto a sus sentimientos, Tania solía ser un poco reservada con Amanda, a diferencia de Amanda, que siempre era muy abierta con ella.

Observando como Tania estaba ocultando algo, Amanda comenzó a molestarla en cuanto colgó el teléfono.

"¡Oye!, ¿Qué pasa? ¿Es un nuevo interés amoroso, Tan?", bromeó Amanda.

"¡Cómo crees, Manda! Por cierto, me dijiste antes que querías hablar conmigo, ¿Qué sucede? ¿Acaso Andrew te está molestando de nuevo?", dijo Tania, desviando el tema.

"¡No tiene nada que ver con Andrew, Tan! ¡Estoy agobiada y estresada! Hay muchos pedidos de batas, pero no puedo cumplir con ellos", se quejó Amanda.

"¿Por qué no contratas a algún empleado?", sugirió Tania.

"Ese es el problema, no sé que hacer, no sé si debería comprar una nueva máquina, pero mi casa es pequeña y no tengo suficiente espacio para ubicar otra máquina", Amanda parecía muy confundida acerca del problema que tenía.

"¡Seamos socias, entonces! Si combinamos tus ahorros con los míos y alquilamos un local, podremos conseguir costureras que te ayuden", propuso Tania a su amiga que parecía un poco confundida.

"¿No es el dinero para tu boda? Si aun no puedes recuperar el dinero cuando te cases, ¿Qué pasará?", a Amanda estaba preocupada por la oferta de Tania.

"¡Oh, por Dios! ¡Solo buscaré un esposo rico! Pero debe estar siempre enamorado de mí para que no me lastime", bromeó Tania.

"Sí, no te enamores de un chico que se parezca a Andrew, de lo contrario siempre estarás celosa", añadió Amanda mientras recordaba su matrimonio con Andrew, pero aun así intentaba sonreír frente a Tania.

"¡No, Manda! En realidad, nunca me gustó tu esposo, solo respeté tu elección", repentinamente Tania confesó, lo que hizo que Amanda se quedara en silencio. "Lo siento, Manda".

"¡No te preocupes, Tan! Todo ha pasado, no me arrepiento de haberme casado con él, ya que gracias a Andrew he obtenido estos dos angelitos bonitos y guapos", a pesar de que su corazón dolía al recordar su matrimonio con Andrew, Amanda seguía sonriendo delante de Tania.

"No importa, no hablemos más de ese tipo. Hagamos una lista de nuestros nuevos amigos. ¡Quién sabe, quizá encontremos un pretendiente!", dijo Tania.

"¡Tú, Tan!", Amanda rio entre dientes ante las palabras de Tania. "¡Vuelve a trabajar en tu portátil, Tan!".

"¡Sí, señora jefa! Por ahora, tengo 20 millones en ahorros. Puedes utilizarlos para alquilar una tienda y comprar una máquina nueva. ¿Cuánto dinero tienes para capital?", preguntó Tania.

"Tengo 10 millones", respondió Amanda.

"¡Vale! Busquemos primero una tienda para alquilar y de paso vemos si encontramos una máquina nueva. Cuando todo esté listo, compraremos tela. Te llevaré al mercado de telas al por mayor para conseguir tela más barata. Por cierto, ¿Has pensado en cuantos empleados queremos contrataremos?".

Después de estar de acuerdo con el plan de Tania, las dos amigas se pusieron inmediatamente a buscar una tienda que fuera conveniente para un negocio de confección. Estuvieron caminando por un buen rato, sin poder encontrar una tienda que fuera adecuada para su bolsillo y que fuera un lugar estratégico. Hasta que finalmente encontraron una tienda no muy lejos de la entrada a la zona de Hyundai, esto solo fue después de que Tania hiciera una llamada a un amigo.

"¡Gracias a Dios! ¡Ya tenemos la tienda! ¿Pero cómo voy a comprar la máquina, Tan? No sé nada de máquinas", se quejó Amanda, cansada de dar vueltas todo el día en busca de una tienda mientras sus dos hijos dormían en el asiento trasero.

"¡Tranquila, Manda! Yo me encargo de buscar la máquina, me temo que Caleb y Mía tendrán que seguir dando vueltas", dijo Tania.

“¡Gracias, Tan! ¡Eres mi mejor amiga!”, Amanda abrazó con fuerza a Tania.

Estaba muy contenta porque todavía había personas que la querían y eran leales a ella en su momento más bajo de la vida.

"No hay necesidad de agradecerme, Manda. Te quiero con todo mi corazón, no importa cómo eres o cómo te ves. ¡Siempre estaré aquí para ti! En los buenos y malos momentos." Respondió Tania también abrazando a su amiga.

"Pido disculpas por dudar de ti".

"No te preocupes, ¿Fue cuando me evitaste después de ir al salón de belleza, verdad?", adivinó Tania.

"¿Cómo sabes lo que estoy pensando?", bromeó Amanda.

"¡Soy una bruja! Una bruja que nunca podrá tener hijos ¡Ja,ja,ja!".

Tania recordó su sueño de convertirse en ginecóloga, pero todo eso había quedado en solo un sueño, porque el costo de la carrera de medicina era demasiado alto para su familia, por lo que eligió estudiar contabilidad, al igual que Amanda.

***

Unos días después, el local comercial ya estaba listo para poder usarse. Tania había comprado una máquina de coser adicional con la ayuda de un nuevo enamorado, a quien todavía mantenía en secreto de Amanda, ya que todavía estaban conociéndose.

Amanda y Tania también habían distribuido folletos de trabajo para coser ropa. Mientras esperaban a los trabajadores de costura, Amanda y Tania compraron la tela que usarían para hacer vestidos modernos. Hasta que finalmente dos costureras se unieron a Amanda para trabajar.

— "¿Qué tal si organizamos una celebración por nuestra nueva fábrica de confecciones?", sugirió Tania una vez que todo estuvo listo para pronto tomar posesión del local.

"¡Buena idea, Tania! Invitemos al Ustadz Emir para que rece por nuestro nuevo negocio. Que se nos conceda prosperidad y éxito, ¡Amén!", Amanda frotó su cara con sus manos.

"Amén", respondió Tania.

La inauguración de la fábrica de confección de Amanda transcurrió sin problemas, con la presencia de Ustadz Emir y las mujeres de la comunidad que asistían a las reuniones en el complejo residencial de Amanda. Sin saberlo, alguien estaba observando la inauguración desde detrás de la ventana de su coche.

"¡Me alegra ver tu éxito, Manda! Aunque ya no esté contigo, has logrado mantener tus pies en la tierra. ¡Perdóname! Aunque mi corazón todavía está puesto en ti, no sé por qué mis pies siempre quieren alejarse de ti", murmuró Andrew.

Continuará…

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