Capítulo 18

El sol brillaba tan fuerte que llevaba una chispa de esperanza a aquellos que nunca se rindieron y siempre luchaban por salir adelante. Ese era el caso de Amanda, la cual vestía elegantemente con blazer y pantalones de trabajo que no había usado en mucho tiempo, los cuales solo estaban ocupando espacio en su armario.

Su rostro, normalmente inocente, ahora lucía más fresco con un toque de maquillaje ligero. Las pestañas, que siempre lucían naturales, ahora parecían espesas y rizadas con un poco de máscara y delineador. También sus cejas, ordenadas, se veían más hermosas con un lápiz de cejas de color marrón. Sus delgados labios, que siempre sonreían sinceramente, parecían tentadores con un toque de labial rojo burdeos.

La señora Irene sonreía al ver a Amanda salir de la habitación con una apariencia diferente a la habitual. Estaba contenta de que la niña que solía cuidar cuando era pequeña haya renacido después de pasar por momentos difíciles.

"¡Se ve hermosa, señora Amanda! ¿Dónde va?", preguntó la señora Irene.

"Voy a la empresa Green Textile, por favor, ¡Ore por mí para que acepten mi propuesta!", Amanda todavía estaba ocupada ajustando su cabello que le tapaba la cara.

"Póngase una pinza para el pelo, señora, para que no le moleste," sugiere la señora Irene.

"¡Oh sí, señora Irene, tiene razón!", Amanda volvió a entrar en su habitación para tomar una pinza para el pelo. Después de colocarla, Amanda se apresuró a salir porque había quedado con Tania encontrarse a las diez en la puerta de Green Textile.

"¡Volveré más tarde!" Después de despedirse de la señora Irene, Amanda se subió directamente a su moto automática.

Solo necesitaba veinte minutos para llegar a la puerta de entrada de Green Textile. Inmediatamente informó a seguridad y no se olvidó de contactar a Tania para decirle sobre su llegada.

Después de que a Amanda se le diera una tarjeta de identificación como invitada, se le dijo que esperara en el vestíbulo de la empresa acompañada por seguridad. Pronto, Tania llegó apresurada hacia su amiga.

"¿Hace mucho que llegaste?", preguntó Tania cuando estuvo frente a Amanda.

"Hace un momento, todavía no han pasado diez minutos", respondió Amanda con una sonrisa dulce para su amiga.

“¡Por el amor a Dios! Manda se ve como antes. Aunque no tan humilde, al menos ella se preocupa un poco por su apariencia”, pensó Tania.

"¡Vamos! Ya le dije a Anthony que queremos presentar una propuesta hoy. Te pedí que vinieras a las diez, para que él pudiera despejar su horario para nosotros. ¡Espero que tengamos éxito!", Tania tomó de inmediato la mano de su amiga llevándola al piso de arriba donde Elías trabaja en la fábrica del norte.

Cuando llegaron, Elisa las recibió. La secretaria del CEO, quien se veía tan hermosa con su cuerpo esbelto, poseía una actitud tajante y arrogante cuando se encontraba con empleados comunes y corrientes; sin embargo, ella era muy amable y sonreía dulcemente cuando se encontraba con altos ejecutivos de la empresa.

"Disculpe, ¿Señorita? Queremos hablar con el señor Elías", dijo Tania.

"¿Han hecho alguna cita?", preguntó Elisa con una sola mirada a Amanda y Tania.

"Sí, señora. Si quiere, puede decirle que Tania que ya está aquí", dijo Tania.

Sin decir nada más, Elisa llamó a Elías y le informó sobre la llegada de Tania. Después de recibir la orden de su jefe, Elisa habló con Tania.

"Pasa, el jefe te está esperando", dijo Elisa, sin prestar atención a la presencia de Tania y Amanda.

"Gracias, señora", dijo Tania, para luego dirigirse hacia la puerta de la oficina de Elías.

Cuando Tania levantó la mano para llamar a la puerta, se oyó un sonido de la puerta que se abría desde adentro. Anthony estaba allí con una sonrisa brillante para dar la bienvenida a su amada. Tania sonrió en respuesta.

"¡Entra!", dijo Anthony.

Tania tomó la mano de Amanda, quien había estado callada todo este tiempo. Estaba nerviosa por presentar su propuesta de cooperación con una empresa de gran envergadura, cuando su taller de confección era de tamaño pequeño.

Al darse cuenta de la ansiedad de su amiga, Tania apretó su mano y dijo: "¡Tranquila, Manda! El jefe no nos va a comer. No tienes que estar tan nerviosa. ¡Saca a la Amanda de antes!"

Amanda miró a Tania, sonrió y afirmó con la cabeza, demostrando que estaba lista para reunirse con el jefe de Green Textile.

"¡Buenos días, señor! Disculpe la molestia", dijo Amanda una vez que estaba frente a Elías, el cual estaba ocupado con su monitor.

Elías levantó la cabeza para ver a la persona que estaba hablando frente suyo. Durante unos segundos, Elías se quedó mirando a Amanda, la cual estaba de pie frente a su escritorio porque Tania y Anthony ya se habían sentado en el sofá que había en la habitación.

"Sí, por favor, siéntese", dijo Elías.

Amanda inmediatamente movió la silla que estaba frente a ella y se sentó.

"En realidad, vengo aquí para proponer una colaboración con la empresa Green Textile. Para obtener más información, usted puede revisar la propuesta que tengo aquí", Amanda entregó la propuesta que había estado sosteniendo en su pecho todo el tiempo.

Elías tomó la propuesta que Amanda le dio y la leyó detenidamente.

"Bien, acepto esta propuesta. Sin embargo, Anthony le informará a usted sobre la decisión final, porque necesito revisar nuevamente la colaboración que ha ofrecido", Elías siguió mirando a Amanda fijamente, lo que hizo que se sintiera incómoda con su mirada.

Mientras tanto, Anthony sonreía satisfecho al ver la reacción de su amigo, quien parecía estar fascinado con la apariencia sencilla pero elegante de Amanda.

"¿Cariño, podremos hacer un doble cita si el jefe se enamora de tu amiga?", preguntó Anthony.

"No me importaría si el jefe sale con Manda, siempre y cuando no sea como su exmarido", Tania respondió en un susurro a Anthony.

Sin darse cuenta, de reojo Elías miró hacia su amigo quien estaba susurrando algo con su novia, y habló de inmediato.

"¿No tenemos una reunión importante después de esto, Anthony?", preguntó Elías para disimular su vergüenza al sentir que había sido descubierto por Anthony.

"Sí, jefe. Después del almuerzo, solo almorzaremos los dos. ¿No lo hacemos a menudo?", sugirió Anthony.

"¡Como quieras!", respondió Elías. "Con respecto a la propuesta, puede discutirla con mi asistente", continuó.

"¡De acuerdo, señor! Gracias por esta oportunidad", Amanda se levantó y extendió su mano para estrecharla con Elías.

Elías estrechó la mano de Amanda, aunque al principio se sentía nervioso al tener contacto físico con una mujer, finalmente lo aceptó por cortesía.

“¿Qué está pasando? ¿Por qué de repente mi corazón late fuerte al tener contacto con ella? ¿Está usando algún truco para hacerme acercar a ella?”, pensó Elías.

"Anthony, busquemos un lugar más grande para el negocio de confección que vamos a lanzar", sin darse cuenta, Elías habló con Anthony sin apartar sus ojos de los de Amanda, los cuales brillaban como diamantes negros.

Continuará…

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