El precio de un negligé

El precio de un negligé

Capítulo 1

Al caer la tarde, el sol poniente brindaba un bonito resplandor, invitando a la dulce tranquilidad nocturna. Los pájaros cantaban dulcemente al unísono con el susurrar de las hojas movidas por el viento.

En una casa de estilo minimalista, se podía ver a una joven mujer muy ocupada en la cocina. Amanda Newton, madre de dos pequeños hijos, se encontraba cocinando la comida favorita de su esposo. Ella había preparado todo antes de que él llegara, para que cuando su amado esposo regresara, la comida aun estuviera caliente y lista para ser servida.

Su hijo menor, Caleb Evans, estaba jugando con el juego de platos en el estante, arruinando todo el orden meticuloso que Amanda había hecho. Para poder cocinar la cena para su familia, esta madre no solamente había limpiado y organizado muy bien su casa, sino que también debía cargar a su hijo de dos años mientras hacía sus labores del hogar.

"¡No toques el cuchillo, Caleb!", Amanda no terminó de hablar cuando el dedo de su hijo menor ya estaba cortado, provocando que llorara inconsolablemente.

"¿Si ves lo que te dije? Vamos a curar tu dedo", Amanda apagó rápidamente la estufa y se apresuró a acudir junto a su hijo.

Inmediatamente, la madre buscó su caja de primeros auxilios para tomar betadine y una curita. Después de curar el dedo de su hijo menor, Amanda continuó cocinando, pidiéndole a su hija mayor, Mía, de 4 años y medio, que acompañara a su hermano mientras jugaba.

Después de cocinar, Amanda sirvió la comida en la mesa. Le encantaba ver a su esposo devorar la comida que ella había preparado, porque Amanda quería que cuando estuvieran separados, él anhelara su sabor.

Mientras servía la comida, sonó el timbre de la puerta de su casa. Amanda corrió a recibir al padre de sus dos hijos que acababa de regresar del trabajo.

Andrew Evans, un fiscal joven que acababa de ser ascendido hace un año, bajó del automóvil que había comprado recientemente. Miró a su esposa que siempre llevaba una bata con el pelo recogido de manera desordenada.

Cuando Amanda se acercó para besar la mano de su esposo y llevar su bolsa de trabajo, Andrew percibió el olor a aceite y pescado tanto de las manos como de la ropa de su esposa.

"¿Acabas de cocinar?", preguntó Andrew.

"Sí, amor. Cociné tu pescado frito favorito con hígado en salsa y verduras mixtas", se le veía una sonrisa feliz en su hermoso rostro.

Andrew solo suspiró, realmente le encantaba la comida de Amanda que siempre era deliciosa en su paladar. Pero se sentía incómodo con la apariencia de su esposa que siempre llevaba una bata en casa.

"La próxima vez que vuelva, asegúrate de que ya te hayas bañado. Para que no tenga que oler el olor a aceite y pescado en tu cuerpo", expresó Andrew cuando ya estaba sentado en la mesa del comedor, disfrutando de su comida favorita.

"¿No sabes, Manda? Las esposas de todos mis compañeros de trabajo son hermosas, son muy buenas en el cuidado personal. A diferencia de ti, que en lugar de arreglarte para darle la bienvenida a tu marido cuando llega del trabajo, no te has bañado todavía".

Amanda simplemente se quedó callada escuchando lo que dijo Andrew, solo arrugando su pequeña nariz oliendo su propio cuerpo que según su esposo olía a aceite y pescado.

“¿Cómo puedo cuidarme si solo tengo 50 dólares para compras diarias, para la comida y los refrigerios de mis hijos, a veces no es suficiente? De todos modos, él se queja de un poco de olor, cuando también tengo que soportar su olor”, pensó Amanda.

Después de que Andrew terminó de comer, Amanda limpió rápidamente los platos que había usado su marido. Sin embargo, antes de encender el grifo del agua, se escuchó a Mía gritando desde su habitación.

"¡Mamá ... Caleb ha hecho pipí en la cama!", gritó Mía.

Amanda rápidamente fue a la habitación de su hija, pero una vez que llegó allí, se escuchó un grito desde el baño.

"Manda ... ¡Tráeme una toalla! ¡Se me ha olvidado!”, gritó Andrew.

Amanda solo suspiró profundamente, siempre era lo mismo. Cada vez que su esposo quería bañarse, siempre olvidaba traer una toalla. En la noche, Amanda estaba amamantando a su pequeño en la habitación, mientras Andrew estaba con Mía viendo la televisión. Aunque en realidad no estaba mirando la televisión, sino navegando en el mundo virtual y viendo a las bellas chicas que mostraban sus contorneados cuerpos con un gesto bastante lujurioso.

"Si tan solo Amanda fuera como ellas, tal vez estaría contento de quedarme en casa. Además, ¿Por qué se ha convertido en lo que es ahora? En aquel entonces, cuando salíamos juntos, era hermosa y su piel era perfecta, por eso quería casarme con ella. También porque ella era la única hija, pero resultó que me equivoqué. Pensé que heredaría mucho, pero lo único que obtuvo fue una casa y un jardín que vendió para que yo pudiera seguir mi camino como empleado", pensó Andrew.

"¿Hija, quieres dormir en la habitación? Papá te acompaña", dijo Andrew, que al ver que su hija comenzaba a dormirse, la tomó para llevarla a su dormitorio.

"No, quiero ver la televisión, Mía quiere ver el programa de entretenimiento", respondió la mayor de sus hijos.

Andrew suspiró al escuchar la negativa de su hija, aunque en realidad no le importó mucho, ya que él mismo estaba ocupado contemplando los cuerpos de las hermosas chicas que decoraban su pantalla de teléfono. Sin embargo, cuando miró el reloj y vio que ya eran las nueve, Andrew comenzó a presionar a su hija para que se fuera a dormir.

"Vamos,hija, ¡ya es tarde! Papá te comprará otra muñeca Barbie si te duermes", persuadió Andrew.

"¡Es una promesa, papá!" Mía inmediatamente extendió el meñique para que su padre lo estrechara con el suyo.

Andrew enlazó inmediatamente su dedo meñique con el de su hija: "¡Sí, lo prometo!", dijo.

Mía siguió inmediatamente lo que dijo su padre, se acostó al lado de Amanda que seguía amamantando a su hijo.

Cuando sus dos hijos se durmieron, Andrew invitó a Amanda a ver la televisión. El joven la invitó en realidad porque tenía algo que decirle a su esposa.

"Manda, mamá viene mañana. Quiere dinero para la matrícula de Matthew. Por favor, dáselo a mamá", dijo Andrew mientras se sentaban juntos en el sofá del salón.

"¡Sí, cariño! Se lo daré a mamá cuando venga", dijo Amanda con los ojos absortos en la televisión.

En cambio, los ojos de Andrew no podían desviarse del escote de su mujer, dejando en evidencia una mirada bastante hambrienta. Poco a poco empezó a reducir la distancia entre los dos, acariciando la espalda de su esposa, la cual estaba un poco descubierta.

"Manda, intenta llevar ropa ajustada todos los días. Tu cuerpo es hermoso cuando sus curvas son visibles y a mí me gusta mucho ver tu piel". La respiración de Andrew ya era agitada, deseosa de acabar con algo que se le escapaba por la fuerza.

"Me da mucha vergüenza llevar ropa reveladora. Desde pequeña, mi difunta madre me acostumbró a llevar ropa holgada y cerrada", respondió Amanda.

A Andrew no le importaba la respuesta de su mujer, solo quería disfrutar de su cuerpo sin tanta ropa, por lo que aquella noche pasaron una larga velada llena de placer.

Al día siguiente, Andrew ya estaba listo con su ropa de trabajo. Su apariencia ordenada contrastaba con la de Amanda, que una vez más estaba envuelta en su bata. A pesar de que tenían diseños y motivos diferentes, aun así provocaba que los ojos de Andrew no quisieran mirar a su esposa. Aunque el rostro de Amanda parecía fresco con su cabello medio húmedo después de bañarse.

Andrew solo extendió su mano para que Amanda lo besara, para luego besar a sus dos hijos. Pasando por alto a su esposa, quien estaba cargando a su hijo menor, se fue de inmediato a su trabajo.

Amanda solo sonrió tristemente con la actitud de Andrew, el cual no había besado su frente antes de irse a trabajar. Desde que tuvo hijos, su esposo parecía haber olvidado sus costumbres durante su noviazgo y al principio de su matrimonio.

“Tal vez ahora mi esposo está cansado de mí, por lo que solo presta atención a sus hijos”, pensó Amanda.

Continuará...

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Comments

Yulieth Sanchez

Yulieth Sanchez

es malo justificar los pero Haci son algunos

2023-09-15

0

Adriana Trejo

Adriana Trejo

porque besa la mano del marido y otra porque se cubre el pelo no entiendo , o son de otra cultura 🤷‍♀️

2023-08-16

3

Sofia Perez

Sofia Perez

No entiendo porque tiene que besarle la mano, es su esposo no su amo eso para mi es algo humillante

2023-08-10

0

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