10.- Hasta que llegue la luna.

Estuvieron toda la tarde nadando. Ante el pedido de Jessenia alquilaron una carpa en la parte pública de la playa, no fueron a ninguna zona exclusiva de algún hotel o club a los que ellos tenían acceso. Los dos congeniaban muy bien, les encantaba el perfil bajo, caminar entre la gente, sin que nadie los reconozca.

Definitivamente, los dos se habían sorprendido de manera mutua, comieron todo lo que los vendedores ambulantes les ofrecían en la playa.

-Qué bonito día, la verdad cumplió mis espectativas, y todos los límites de lo que podía imaginar -dijo Eduardo - Creo que ya te lo dije, jajaj, pero lo vuelvo a repetir, gracias por obligarme a venir-

-¿Obligarte?- Lo mira negando con la cabeza.

- Te digo la verdad, tenía un poco de miedo venir- lo dice serio - No sé, que dirá mi familia, especialmente mi hermano si se entera de esta salida-

-¿Qué pueden decir? Que nos estamos conociendo , no le veo nada de malo- Mueve los hombros quitandole importancia al tema.

- Tú ya debes saber o por lo menos imaginarte, que mi hermano Héctor está interesado en ti-

- Aclaremos eso, él y yo sólo somos amigos . Se lo he puesto muy claro siempre. Lo siento mucho, si se ha ilusionado o imaginado algo más, pero creo que como van las cosas yo no voy a sentir nada por él- Siente que le corazón se le aceleró al decir eso.

-Hagamos algo, Jessenia, de eso hablamos en otro momento. Ese tema me pone contra la espada y la pared- dice él tratando de cortar la conversación .

-¿Por qué te pondría en esa encrucijada?-

interroga ella con cara de asombro, aunque en el fondo quisiera que él se confesara con ella.

-¿Qué te parece, si mejor seguimos disfrutando lo poco que queda del día?- Se levanta de la arena y la hala poniéndole de pie.

Después de seguir bañándose, caminan un rato, para bajar un poco sus estómagos hinchados de tantas chucherías que se han comido.

-Sabes, esto es lo que hago cuando vengo sólo, porque con mi familia es otra cosa, tengo que comportarme "a la altura", como dice mi papá- Hace una ademán como que se desinfla y pone una sonrisa fingida - Si me estuviese viendo, ya estaría a punto de un shock nervioso por la impresión- Los dos ríen a carcajadas . Ese ha sido su idioma todo el día, reír y reír como locos.

-En cambio, mi familia es menos complicada a mis padres les gusta el lujo y el confort si, pero estas escapadas ellos me las enseñaron desde pequeña. Con mi Padre, salíamos de los sitios privados y terminábamos en sitios como estos, tomando agua de coco y comiendo de todo- Añora ella viendo el horizonte.

-Qué familia tan interesante, con razón tú eres así . Me enteré ayer en la reunión que tienes dos hermanos, una de las chicas buscaba a tu hermano pensó que él iría-

-Vaya, no sabía que mi pequeño Said ya tuviera pretendienta- Alza las cejas.

-¿Cómo son tus hermanos? ¿Te llevas bien con ellos?

-Son gemelos, una nena y un varón, mis bebés eternos. Al inicio fuimos una familia de tres, por siete años, hasta que nacieron los terremotos-

- Me sigues sorprendiendo Jessenia, te brillan los ojos al hablar de ellos- La ternura cuando habla de ellos se le nota enseguida.

- Aunque parezca de locos, me he preparado tanto para que ellos sean felices y gocen su juventud o hasta que estén listos. Han sido mi motor- Se le cristalizan los ojos.

-¿Tanto así? No creí que los quisieras tanto! dice un sorprendido Eduardo que abre sus ojos.

-No creas que estoy obsesionada, nada por el estilo o que me falla ... - señalándose la cabeza - Nada de eso, mis padres siempre me dijeron que sería hija única, lo que ante ellos aceptaba, pero en las noches rezaba y pedía hermanito- Agacha la cabeza.

- Ya comprendo, entonces se te hizo el milagro y doble. Comprendo tu doble responsabilidad de pago- Tomando su cara con las manos dándole un beso en la frente.

-Sí, en realidad es así- Atina ella a decir casi en susurro, después de sentir esa cálidez en su frente.

- ¿Qué se siente ser el hermano menor? tu familia te trata como el bebé de la casa, me imagino- Continúa reponiendose rápido.

-No tanto, entre mi hermano y yo no hay mucha diferencia de edad y papá ha sido fuerte con los dos por igual, aunque un poquito más con Héctor por ser mayor, pero en las competencias, teníamos que ganar o ganar. Mi mamá en cambio es tierna y protectora con los dos por igual.-

-Pero, debe ser un alivio tener hermano mayor-

-Si supieras, que esa es mi desventaja ante ti bonita- Contestó dentro de él.

-Héctor, es más hábil para los negocios y es buen hermano no me quejo- No quería decir más, lo sentía desleal.

Llegó el atardecer y se avecinaba la noche, era como si ninguno de los dos quisiera irse.

-Esperame aquí un momento , ya vuelvo- Le dijo Eduardo, para luego llegar con una manta.- Comienza el frío de la noche, vamos sentemonos en ese tronco y esperemos a la luna y luego nos marchamos a la ciudad- Ella ya estaba hipnotizada, obedeció y se sentó donde él le dijo.

-Dios mio, este hombre es increíble, que me está pasando con él, si en este momento él me besara lo aceptaría con gusto- Pensaba ella.

Pero, ese beso nunca llegó. Sólo se sentaron en aquel pedazo de madera como dos estatuas, esperando que saliera la luna . Ah, pero Jessenia no perdió el tiempo y como hacía mucho frío ya, se acurrucó a su lado al sentirla temblar él pasó el brazo sobre su hombro atrayéndola a su cuerpo. Los minutos parecían eternos, que bien se siente estar así , juntos sin que el mundo importe.

Al fin llegó la luna y media hora después estaban empacado sus cosas. Cada cual reviso sus respectivos teléfonos y oh, sorpresa, todos los buscaban.

- Tengo llamadas de mi casa, mamá, hermanos, hasta mis abuelos. Conociendo a doña María Teresa puso a correr a media familia. Ojalá mi papá haya logrado calmarla, de lo contrario la policía me busca- Resopló Jessenia , no le quiso decir que tenía cinco de Héctor.

- Aunque menos, yo también tengo llamadas perdidas de mi familia. Me parece raro- Dijo el mirándola sorprendido - A menos que..

-A menos que... sospechen que estamos juntos, yo no le veo el problema - dijo ella con seguridad sonando su boca, con ganas locas que sea así.

Ese comentario, hizo que Eduardo sudara frío, que le diría a su papá y a Héctor, si se hubiesen enterado de ese día. Claro, no había pasado nada, pero les mentiría que fue una coincidencia o les diría la verdad.

-Hola papi- Esto lo sacó del aturdimiento - No, estoy bien... es que he estado metida en el mar todo el día... si, se me hizo tarde estoy en dos horas en la casa... en el carro de ... si luego te cuento. Tranquiliza a mi Madre.Chaoo papito- Lanzandole un beso se despide Jessenia.

Cuando terminaba su llamada escucho a Eduardo dar las mismas explicaciones a su mamá . Al él colgar se miraron y comenzaron a reír.

-Parece, que nos olvidamos de nuestras familias y es la primera vez que hago esto de no decir mi paradero, ya me imagino la semana que me espera, con mi mamá recordándome todos los dias lo mismo- Dice una preocupada Jessenia.

Él se le acerca al oído y le dice - Espero que haya valido la pena- Alejándose un poco continúa. Sin haberse dado cuenta, lo que ese acto produjo en ella. -Digo por el día tan espléndido que hemos pasado, ¿también te gustó cómo a mí?

Ella sintió una corriente por el susurro en su oído, pero como siempre supo hacer como si nada pasara.

-A mi me encantó, puedo decir que sobrepasó lo que esperaba Si lo hubiésemos planeado no habría salido tan bien- lo dijo ella sintiéndose en las nubes .

Dos horas después, llegaron a su destino, claro todo el viaje charlaron de gustos de cada uno y cosas de su vida diaria.

-Gracias, Eduardo, nunca pensé pasar un día tan agradable con un amigo... tan especial como tú- Lo mira fijamente.

-Igual me pasó a mi, nunca pensé que fueras una persona tan... como yo- Suspiro él. ..-¿Quieres qué te acompañe? y le explicamos a tus padres.-

-Que descanses Eduardo, ahora que entre pagaré la consecuencia de ser tan irresponsable jajaj y no, no te preocupes, seguro mi papá ya tiene a mamá calmada- Conoce a sus padres.

-Qué importa, según creo es nuestra primera vez de irresponsables y qué bueno que sea juntos. Cuidate bonita-

Se despidieron con un beso en la mejilla, pero, Jessenia se acercó más, dándole al borde de la boca. El trató de no parecer sorprendido y rápidamente se despidió alzando la mano.

Antes de entrar a la casa, se recostó a la puerta y suspiro todo lo que se había abstenido durante ese día.

- Me asustas, Eduardo Sotomayor y si nunca llegas a sentir nada por mi. No debo ilusionarme, claro que no, guapo y bello como ninguno. Claro añadirle lo buena persona que es- Mientras habla sola cierra los ojos sosteniendo su cuerpo en una columna.

-Ahora sí, Jessenia , a ver que hay detrás de esa puerta, no digan que mataste el tigre y le tienes miedo al cuero. ¡Claro que no! e dice mientras abre la puerta con una sonrisa.

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