Es noche de viernes, en una discoteca de alto nivel ingresan dos jóvenes mujeres, felices buscando a alguien.
-Mira, ahí están-
-Hola, Alejandro- Saludan las dos.
-Hola, chicas, les presento a Bianca mi novia y próxima esposa- Ven a una hermosa morena de ojos verdes, una mulata, que llama la atención de todos, vestida en forma sensual, pero elegante, el cuerpo la acompaña, todo en su sitio.
-Hola amigas, me encanta conocerlas. Alejandro, me ha contado las travesuras de los tres, cuando eran niños y tú Jessenia, que nunca aceptaste ser su novia - Ríe chica. -No, lo mires así, es una travesura infantil, no te preocupes por mí- Demuestra, que es una persona de mente abierta. Hace que las dos jóvenes se congracien con ella enseguida.
Comenzaron a charlar de sus vidas y anécdotas de adolescencia.
Jessenia, les terminó contando lo acontecido en los últimos días.
-No me cayó bien, Héctor, ese día de la reunión. Él, tiene algo escondido en sus intenciones. Así que, cuídate Jessenia. Tengo un olfato, para los tipos que se quieren pasar de listos- Su amigo, lo dice muy firme en su convicción, hace que se les erige la piel.
-Ya le puse las cosas claras. Espero no vuelva a molestarme. - La joven Morante, solo boto aire por la boca, como signo de cansancio.
-Alejandro, tiene razón amiga, tienes que tener cuidado, él se puede volver un dolor de cabeza- Le dice Bianca.
-Estoy de acuerdo con ellos mi Jessi, si lo quieres noquear cuenta conmigo- dice Evelyn haciendo ademanes de boxeo con sus manos.
-Con nosotros, también y no es broma llámanos ante cualquier cosa- La novia ofrece, mientras pone su cabeza sobre el hombro de su novio, ese gesto hace que Jessenia imagine lo mismo con Eduardo...- Un sueño imposible- Suspira, mientras saborea su piña colada.
Rieron y charlaron durante largo rato de trago en trago entraron en calor.
Alejandro, bailaba con la tres mujeres, era la envidia de la discoteca. Pero, las hacía respetar nadie se atrevía a acercarse a ellas. Desde vez en cuando se daban piquitos en la boca, con su novia.
Desde el área VIP, del segundo piso eran observados por Eduardo, que estaba en una posición para no ser visto, con sus amigos César y Andrés.
-Eduardo, ¿por qué no te acercas? Y terminas con esa ansiedad- Le dice César, es el más arriesgado y alocado del grupo de tres.
-No le hagas caso- Andrés, es el más cauto y reservado de los amigos, es el que lleva la cordura.
Eduardo se pasa la mano por la cabeza y pone una sonrisa de felicidad. Escucha a sus amigos, sin importarle lo que le dicen, solo le importa lo que ven sus ojos.
-Entonces, el famoso Alejandro Arias tiene novia, vaya y yo que estaba celoso de ese tipo. Son solamente amigos- Suspira, cerrando sus ojos tirando su cabeza hacia atrás, sin importarle la discusión de los dos jóvenes que lo acompañan.
-Si, pero eso no tiene nada que ver con que, tu hermano esté interesado en ella. Ese es el problema real.- Su amigo Andrés, quiere que pise sobre tierra y lejos de los problemas.
-Él, no está interesado en ella, en sí, nada más en lo que ella representa para él. - Razona César, es más objetivo y realista.
-Igual, es su hermano y no le metas ideas en la cabeza, César. Pareces el abogado del diablo.- Pone los ojos en blanco, el más joven.
-Gracias, por su apoyo, chicos, pero tienes razón Andrés, no debo meterme en medio. Está decidido, no la voy a volver a ver más y ya cambiemos de tema- El muchacho Sotomayor, está cansado de pelear con sus emociones.
-Comienza, por cambiar de asiento o terminarás cediendo - Parándose Andrés le señala su asiento.
-Qué cosa con ustedes, parecen chicos mustios, no sé por qué te complicas Eduardo. Acércate y dile lo que sientes, si ella te dice que no siente lo mismo, entonces ahí si te sacas un peso de encima- Su amigo mueve los hombros con desenfado.
-César, sin tragos eres insufrible con tragos eres peor. No lo tientes por favor, somos sus amigos, no lo orilles a los problemas.-
-Andrés, por favor, imagina que ella sienta algo por él y se está perdiendo la oportunidad de su vida, yo creo, que es así, y tú sabes algo Eduardo, por eso no te le acercas, tienes miedo de averiguarlo. ¿Verdad?-
-César ¡ya basta! Andrés tiene razón, para que buscar lo que no se me ha perdido y eso es la cordura y si me acerco... seguro la terminaré perdiendo - Suspira aceleradamente.
☆☆☆☆
Tras horas de divertirse, se despide la pareja de novios.
-Seguras ¿qué tienen quien las lleve? No me siento bien, dejándolas solas chicas - Dice Alejandro con cara de angustia.
--No te preocupes Alejandro, mi hermano está a una llamada, ya acordamos antes. Evelyn se va conmigo- Lo abraza Jessenia.
-Bueno, chicas ¿Seguras? Si es así, las llamo en una hora y si tienen problemas llámenme por favor, enseguida. Aún no está muy seguro de irse.
-Tan lindo, nuestro amigo Jessenia, No cambia. Te llevas a un buen hombre Bianca -dice Evelyn, abrazándola.
-Lo sé, chicas- Asegura con cara de enamorada la muchacha - Es el mejor-.
Luego de media hora, seguían bailando las dos en la pista, sonreían tomando de vez en cuando un cóctel suave, para no emborracharse.
De pronto, Jessenia, siente que la abrazan por atrás, siente un beso en el hombro y se sacude del agarre de la persona. Al girar, se da cuenta de que es, Héctor
-Donde te vengo a encontrar. No es sitio para mujeres solas- Reclama el hombre.
-Espera, tú no eres quien para decirnos eso-Dice Evelyn, que ya se le subió el trago a la cabeza. Se le acerca amenazante.
-No lo digo por ti, lo digo por ella- Señalando a la otra joven.
-Por favor, Héctor, compórtate , mi amiga y yo no te hemos invitado. Vamos, Evelyn- Tomando de la mano a su amiga, salen apresuradas del lugar. Olvidando llamar a Saíd.
Ya en ese momento, un enfurecido Eduardo volaba bajando las escaleras. Había visto todo.
Afuera del sitio, Jessenia saca su teléfono para llamar a Saíd, Héctor, aparece y se lo quita de las manos -Yo las llevo- Se ofrece.
-¡Claro, qué no!! Dame mi teléfono. No te pases Héctor-. Ella se irrita.
- Oye, ¿qué te crees? ¿Quieres qué grite?- Evelyn levanta la voz.
-No hagan escándalo, sólo les estoy ofreciendo llevarlas, como un amigo preocupado-
-No, ya dijo Jessenia, que no vamos contigo a ninguna parte- A estas alturas las dos están alteradas.
Héctor, estaba un poco mareado por el trago poniéndose más intenso y necio, que junto a Evelyn armaron un pequeño espectáculo, haciendo que las personas pararan a mirarlos.
-¿Qué está pasando?- Llega Eduardo acalorado, por la pequeña maratón en las escaleras y contra las personas en la pista.
-Nada hermano, de ¿dónde apareciste?- Reacciona el hombre fuera de sí.
Jessenia, se da cuenta de que ha llegado Eduardo y ese corazón se quiere salir. Ni siquiera escucho lo que preguntó Héctor, únicamente se percató quien llegó.
-Aquí, tu hermano, que me quitó mi teléfono, no me lo quiere devolver, además no nos deja marchar- La chica trata de mantener la calma.
-No es cierto, bueno lo del teléfono sí, pero solo me ofrecí a llevarlas -
-¿Qué??, a obligarnos dirás. No queremos ir con usted, señor Sotomayor -Dice una alterada Evelyn -Voy a llamar a la policía, soy abogada. Ya verá el lío en que se metió- Ahora buscando en su bolso el teléfono. Recién reacciona que el de ella estuvo todo el tiempo para usarlo.
- Calmémonos, por favor, no es necesario llegar a extremos- Andrés con su tono siempre conciliador. Ellos acababan de llegar atrás de Eduardo.
-Yo, también soy abogado Señorita.-Extiende la mano César -Mucho gusto. Lamento conocerla en este bochornoso momento, pero podemos conversar sin llegar a mayores- Mira con atención a la elegante mujer, antes la ha visto por los tribunales sin percatarse lo bella que es.
-¡Con qué, abogado!! Tan lindo- Tocándole la cara y coqueteando, Evelyn le da la mano después.
-Hagamos algo, Héctor, dale su teléfono a la señorita, luego Eduardo las lleva. Yo me voy contigo te dejo en tu casa y así se soluciona este impasse- César quiere hacer de engancha parejas.
-Estoy de acuerdo, pero porque mejor las llevas tú y Eduardo a su hermano- Andrés siempre queriendo que su amigo, no se acerque a la candela.- O las puedo llevar yo-
-Tú, no puedes, recuerda que tu novia te pidió que la fueras a buscar a la fiesta de su amiga, no creo que quieras problemas- Inventa César que no quiere hacer perder la oportunidad de ser casamentero de su amigo Eduardo. -Para que son los buenos amigos- se dice el mismo-
-Ya basta, me duele la cabeza, Jessenia. Estos hombres están locos - Pone cara de pocos amigos, Evelyn -Me explota la cabeza, llama a Saíd, por favor. - Luego mira directo al hermano mayor. - Si este patético, no hubiese tomado el teléfono ya no estuviésemos aquí -
-Mal agradecida, quería evitar que les pasara algo- Héctor, molesto le refuta.
-Hagamos, lo que dijo César y terminamos este lío- Eduardo, también está cansado y quiere a su hermano lejos de la mujer que le mueve el piso
Evelyn, coqueta le dice - Si guapo, contigo si nos vamos. No te pareces en nada a tu pesado hermano.-
Andrés, sale primero, luego Eduardo con las chicas, Héctor, le dice a César que él anda en el suyo, le da las gracias y se dirige al parqueadero a buscarlo. Antes de subir apretando sus puños dice- Te las sigo anotando Jessenia Morante-
Durante el viaje nadie habla, pasan primero por la casa de Evelyn por ser más cerca. Al bajarse se hace la borracha y les dice.
-Adiós tortolitos, disfruten la noche que aún es joven- Se despide haciendo de la mano y luego un corazón con los dedos.
Ellos quieren creer, que el alcohol le hace hablar tonterías, pero si supieran que lo dijo con todos los sentidos claros.
Durante el camino a casa de Jessenia, ella se quedó adormilada. En un cambio de semáforo, Eduardo miró su perfil y por instituto le tocó la mejilla con un dedo.
-Me gusto- Dice, Jessenia
-Disculpa no debí...- Él se asustó y avergonzó por su arrebato.
Ella reacciona despertándose y sentándose recta. - Ahora o nunca - Se dice, tomando valor.
-Eduardo, quiero hablar contigo y aclarar cosas-
-¿A qué te refieres?, no creo que tengamos que" aclarar cosas". Si es por mi hermano, no estoy de acuerdo con lo que hizo esta noche, ya hablaré con él no te preocupes- Quiere ser tragado y aparecer en otro sitio, su cuerpo tiembla de miedo, algo le dice que esas cosas son de los dos.
-No es sobre eso... es sobre mis sentimientos - La chica siente que es el momento de sincerarse o se arrepentirá toda la vida, si no no lo hace.
Eduardo sintió algo frío que le recorre la espalda, no quiere hablar de eso y menos lo que supone que va a decirle. Él sospecha, pero no ha querido admitirlo ni para él mismo.
-Estaciónate por favor- Su voz suave es como una súplica que él obedece.
Vaya encrucijada del destino, hace pocas horas atrás se aseguró, que iba a alejarse de ella y ahora están centímetros de distancia. Siente que esa noche escucharía, lo que quiere y no puede aceptar porque iría en contra de todo lo que es él. Ha luchado contra su corazón hasta ese momento... en contra del amor, que ha negado que siente por ella y ahora ¿que?
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