4.- La esperada cena.

-¡Hasta mañana Sarita! ¡Que pases bien!- Se despide Jessenia, luego de salir de su oficina y pasar delante de la de su papá

-Hasta mañana Jessi- Como le ha dicho siempre de cariño, la conoce desde siempre, como la eterna secretaria de Mauricio Morante. La había visto crecer.

-Espera hija- le dice su papá abriendo la puerta y haciendo que ingrese -Quería decirte, que revise los informes que me enviaste , tengo que felicitarte, están excelentes y más los resultados en las ventas. Definitivamente tu adquisición fue la mejor, jovencita- La felicita con una gran sonrisa.

-Gracias papá, tu sabes lo que significa para mi, que estés orgullos de mi trabajo, que mamá y mis hermanos estén tranquilos. Por eso es mi esfuerzo , especialmente que nuestros bebés disfruten su libertad-

-Hija tu también eres mi niña, no hables de ese par de chicuelos como tú responsabilidad. Recuerda pronto tendrás tu familia , tus hijos y ellos requerirán tu verdadero esfuerzo. Por ahora, me conformo que aprendas sobre el desenvolvimiento de la empresa, pero no te sobresfuerces. Entendido- Dice besando la frente de Jessenia.

- No, papá, eso está lejos de cumplirse, no pienso casarme aún. Igual gracias por ser mi papito consentidor. Me voy ya-

-Ey, ¿qué tanto apuro? ¿no me esperas?- reclama Mauricio, cruzando los brazos.

-No puedo esperarte papi, tengo una cena a la que acudir y se me esta haciendo tarde, tengo el tiempo justo para llegar a la casa y arreglarme-

- ¿De verdad tienes una cita, de la que no sabía?. Entonces, no te detengo , luego me cuentas-

Achicando sus ojos Jessenia dice- No es una cita es una invitación de agradecimiento y no conocía ese lado de chismosito papá-.

Riendo a carcajadas levanta el pulgar y guiñando un ojo ella corre al ascensor pulsando al piso que da al parqueadero.

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-Mamá ¿Qué te parece este vestido negro? Estoy indecisa , si decidirme por otro. - Dice bajando las escaleras de su casa.

María Teresa, se sorprende, por el inusual movimiento de Jessenia - Está lindo hija, aunque depende ¿dónde y con quién vas? ¿Por qué, no he sabido nada antes? Ahora, que lo recuerdo, no me has contado nada- Se pone dos dedos sobre los labios, haciendo que busca recordar algo.

-Es que lo olvidé por completo, gracias a que me enviaron un ramo de rosas al medio día pude recordándolo, de lo contrario mañana estaría lamentando la falta de memoria-

-Y ¿quién es el afortunado que consiguió una cita con mi difícil capullo? -Sonríe su mamá.

-Ah, es el joven Héctor Sotomayor me ha invitado a cenar mamá- Lo dice con ademanes, restandole importancia.

- ¿Cuándo pensabas contarme niña? osea que al fin tendremos novio- Poniéndose las manos en el pecho dice María Teresa con una mirada soñadora.

-No confundas las cosas, en esa cabecita mamita, por favor. No es una cita amorosa, es una cena de agradecimiento de su parte, por la ayuda que le dimos a su empresa, con lo de su embarque. Ya sabes perfectamente eso, verdad-.

Jessenia sólo mueve la cabeza, conoce a su Madre y sus ganas de verla con novio y pronto casada, pero esto no está en sus planes aún.

A las 7:00 p.m suena el timbre, María Teresa no dejó que nadie abra la puerta, ella lo hace personalmente con una gran sonrisa.

-Buenas noches!!! -dice emocionada. -Imagino que ud es el Sr. Héctor Sotomayor, sea bienvenido. Enseguida baja mi hija. Gracias por su invitación-

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Héctor Sotomayor Enriquez (30 años)

Un hombre de esos que cualquier mujer gira a darle dos vistazos jajaja. Con barba candado impecable, ojos de color verde 1.83 de altura. Transpira elegancia por todos lados.

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Jessenia alcanzó a escuchar a su mamá con un poco de vergüenza, un comentario desenfadado y escucha a Héctor contestarle de igual manera.

-Buenas noches Sra. de Morante, hermosa como su hija, bien dicen que lo que hereda no se hurta- Extiende la mano y entrega a la mujer un ramo de margaritas - Estas flores simbolizan la amistad sincera, que espero tener con usted, de ahora en adelante-

Emocionada lo hace pasar a la sala , se sientan para charlar. - Definitivamente, este es el hombre que mi hija merece, guapo, elegante y galante- piensa feliz.

Jessenia se une a la conversación sin sentarse, los presenta de manera formal, haciendo que ellos se pongan pie.

Con un vestido negro , sandalias plateadas, su pelo recogido y una gran sonrisa. - Se ve realmente como la belleza de otro mundo- Piensa el joven Sotomayor, completamente hipnotizado . Su corazón comienza a latir fuertemente.

- Mamá, vamos a cenar con el Señor Sotomayor como te dije antes. Llego temprano, espérame para ayudarte en los balances-

-No te preocupes mi amor, lo mío puede esperar. Disfruta y pásalo bien, ya que no has salido desde que llegaste -

Jessenia le abre los ojos sin que Héctor se de cuenta - No mami, ya el contador llamó y eso no puede esperar . Te pueden clausurar los locales del Mall y no me lo perdonaría nunca. Así que señora, espereme despierta-

-Esta bien, hija- Dice su mamá, desinflando sus esperanzas de tener un yerno pronto - Esta niña mía, no se parece en nada a mi a su edad- resopla en su interior.

Al salir pasan por el jardín de la casa, Héctor dice -Así será el jardín de nuestra casa, si nos casamos algun día-. Jessenia que no esperaba ese comentario, no le incomoda, sólo sonríe nerviosa.

Muy caballeroso Héctor, le abre la puerta, mientras ella sube a su carro. Llegan al restaurante, que resultó ser uno de los más elegantes y exclusivos de la ciudad. El se lució, todo galante la ayudó a sentarse, esto la sorprendió gratamente, porque a pesar de su edad no había aceptado muchas invitaciones a cenar, su prioridad siempre fue estudiar.

Desde pequeña, escuchó a sus abuelos decirle que ella por ser la primogénita tenía que ser la mejor en todo. Sus padres en cambio, siempre quisieron que llevase una vida normal , tranquila sin complicaciones como cualquier niña. Inconscientemente se le metió la idea de luchar para merecer llevar las riendas después de su papá, por lo menos hasta que los gemelos estén preparados.Ellos aún eran jóvenes y sus primos igual, debían disfrutar su juventud para el trabajo, estaba ella.

Mientras tanto, Héctor se comportó a la altura, ella notó que al entrar muchas personas voltearon al verlos , eso la sorprendió ya que por el lugar deducía que todos tenían estatus y no notarian la presencia de ellos.

Después de cenar conversaron y rieron de sus anécdotas infantiles, por supuesto ella no dejó de contar las de sus hermanos y lo feliz que era su familia. El sintió un poco de envidia, se notaba que era cierto, su sonrisa abierta hacia notar que venía de un buen hogar lleno de amor.

-Esta es la mujer que necesito en mi vida, seria la madre perfecta para mis hijos , bella, inteligente, rica y gentil - Pensó.

Recordó a su Padre, siempre gritando o frunciendo el rostro cuando él o su hermano hacían una travesura o no rendían según sus espectativas. -¡Ella es!!! Si, no cabe la duda- siguió pensando. La quería en su vida ¡ya!, no sabía ¿ cómo? pero lo lograría.

-¿Qué piensa, señor Sotomayor?-

-Qué somos amigos y aún no nos tuteamos Jessenia ¿Qué te parece si dejamos las formalidades?-.

-Me parece bien, Héctor- Dice ella a media sonrisa

-Cuéntame Jessenia. ¿Tienes novio o un admirador que te guste?

-No, aún no he encontrado ese hombre que me cautive y por el que quiera perder la libertad- Lo dice segura.

-¿En serio? Tan exclusivo es el currículum para llegar a tu corazón- Con coquetería le dice Héctor.

- Al contrario los requisitos son mínimos, lo que ocurre es que por lo general creen que por ser una una Morante Herrera, necesito mucho-

-Si quieres puedes decirme los estándares necesarios, puede que yo conozca a alguien que los cumpla- No deja el coqueteo.

-Jajaja , es que ese es el reto, descubrirlo yo misma, ver quien los tiene y sólo a él, le daré la llave de mi corazón - Se lo dijo seria y mirándolo fijamente a los ojos, talvez queriendo descubrir las intenciones, que tenía hacia ella.

El devuelve la mirada y se da cuenta que es más hermosa con ese tono serio y decidido. Definitivamente lo cautivó. - Ay Héctor, ¿Qué te está pasando? Ojalá sea el vinito, no vayas a caer- Se reprende en su interior.

Ya de regreso a la casa, después de despedirse de su acompañante, cansada, Jessenia, encuentra a su mamá sentada, con una taza de café.

-Vaya, vaya, menos mal no querías llegar tarde- Sonriendo Maria Teresa, mueve el líquido.

-Hola mamita preciosa. Mi preferida- Besa su mejilla.

-Ah, llegaste chistosa ¿Crees que me olvidaría de esperarte y no preguntar sobre tu cita? No. Nunca-

- Nada fuera de lo normal ¿ Dónde están las facturas y libros contables?-

- Mira, eso lo dejamos para el contador, que para eso le pago, no te me escaparas. No y no- Tomando su mano, haciendo que se siente a su lado.

-Vamos cuéntame. Te voy adelantando, ese joven me encantó para ti. Creo que es el mejor partido hasta hoy . ¿Sientes algo por él?- Rápidamente pregunta María Teresa a su hija.

-¿Desde cuándo te dio la intensidad mamá?. Nunca te he visto así, por favor no te hagas ideas.- Le dice Jessenia- Además de ¿dónde sacas que puedo sentir algo por él?, recién lo conozco unas semanas, por no decir días.-

-Hasta mañana, mi preciosa mamá- Se levanta intentando huir del escrutinio.

-¡ María Teresa!- Se escucha una voz desde arriba.

-Ya ves, mi papi te extraña, mejor sigue con tu cuento de hadas, que el mío aún no comienza. Por favor nuevamente no te imagines cosas- Se despide lanzándole un beso.

- Nada niña, asienta cabeza en el amor. Ya es hora de que tengas por lo menos un novio. - Hablamos mientras sube las escaleras- Seguimos mañana o tendremos aquí a tu papá. Descansa mi cielo. Piénsalo. Chao mi vida . Dios te bendiga y sueña con los angelitos Sigue hablando, ante la sonrisa de su hija, que comparte sus ideas.

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