Fuera de la casa de los Sotomayor, se encontraron dos carros, en uno iba un Eduardo, contrariado, en el otro Anderson y Héctor, quienes reían entre sí, el primero los miro sin ninguna expresión. Siguió de largo como si no los hubiese visto.
Al entrar a la casa, saludando a su esposa - -Eduardo, está extraño, lo he notado estos últimos días, es como si anduviese en el aire. Tendré que hablar con él- Anderson pone su portafolios sobre el sofá, sin saludar a su esposa.
-No pasa nada, lo veo igual. Acabamos de conversar y no noté nada fuera de lo normal- Su madre trata de restar importancia.
-No sé, tendré que investigar, ¿qué es lo que lo tiene así?-
-Debe estar cansado, tú, los haces trabajar mucho. No les das descanso- La pobre María Paula no sabía como desviar el tema.
-En eso tienes razón mamá. Necesitamos descanso. Aprovechemos la temporada y vayamos a la casa de la playa-
-Ya ves, te dije Anderson-
-Por cierto Mamá , te voy adelantando algo, voy a invitar a Jessenia a cenar en estos días-
María Paula sintió que su cuerpo se tambaleó, no es para menos, saber que sus hijos se disputarían a una mujer. Ni en sus peores pensamientos se le hubiese ocurrido semejante situación. - -Qué incierto, es el futuro- Pensó
-¿Qué te parece? A mi papá le agrada la idea. ¿Qué dices tú? -
-No sé hijo. ¿No será muy precipitado?, aún no son tan amigos, como para invitarla a la casa. Puede malinterpretar la situación-
Anderson, mira extrañado a su esposa. -¿De cuándo acá, tienes objeciones sobre los amigos de tu hijo?, y más sabiendo sus verdaderas intenciones. Siempre alientas a sus invitados a venir y ahora que Héctor, quiere sentar cabeza, te opones-
-Al contrario, creo que si quiere algo serio, debe ir despacio para no asustarla, que tengan tiempo de conocerse mejor- Justificó rápido ella.
-No hay que esperar nada, es una jovencita rica, inteligente y sobre todo heredera de una de las fortunas más fuertes de la ciudad y te podría decir del país, con un renombre doble por sus abuelos, tiene que haber más de 10 hombre tras ella- dice Anderson alterado
-Tienes razón papá, la llamo enseguida- Envalentonado por las palabras de su Padre
-Hola Jessenia. ¿Cómo has pasado?
-Hola, Héctor, bien. Espero, que también te encuentres saludable.
-Gracias, mira seré breve, te llamo para hacerte una invitación a comer a mi casa. ¿Qué dices?-
-Me disculpo, Héctor, pero no puedo aceptar tu amable invitación.- Lo dice en forma tan frontal, que él se sorprende, pero sigue.
- No te entiendo, debes tener tus razones. ¿Qué tal cualquier día de esta semana?-
-Lo siento amigo, pero no puedo aceptar tu invitación. Simplemente, no puedo comer contigo, por el momento, necesitamos distancia. Discúlpame-
Él se queda sin palabras no se esperaba ese desplante.
-Está bien, no te preocupes ya coincidiremos en algún lugar, cuando puedas- Fue lo único que pudo decir él, antes de despedirse, quería decirle una sarta de groserías, pero se contuvo.
-¿Qué pasó Héctor?- ¿Por qué esa cara?-
-No aceptó mi invitación!- Su cara parecía transformada.
Sus padres se sorprenden - Pero, debe estar ocupada. ¿Le diste otra fecha?-
Tirando la cabeza hacia atrás dice- Solo me dijo, que no puede aceptar. Me evadió completamente, sin ninguna posibilidad futura.-
- Se los dije, esa niña tiene una cola inmensa de pretendientes, ya debe de tener uno que le gusta antes de conocer a Héctor -
-Mejor a tiempo hijo- María Paula siente alegría en su corazón- Imagina ilusionarte y luego te diga que está enamorada de otro- Lo consuela, sobándole la cabeza.
- No lo puedes aceptar, dañaría nuestros planes. Tenemos que jugar las cartas que nos quedan- Lo dice Anderson fuera de sí, cegado por su ambición.
-¿Qué quieres decir Anderson?. No puedes jugar con los sentimientos de los demás. Después quien sale perjudicado será nuestro hijo-
-No hagas caso a la "dulce" de tu mamá- Habla con ironía su papá.
-Por favor, deben darse cuenta, ella fue clara y honesta ¿Qué más quieren?- Dice desesperada una María Paula. Ella ve claramente, como su esposo está transformando a su hijo.
Mientras tanto, Héctor, está sentado con la cabeza hacia atrás sobre el sofá de la sala. No ha escuchado lo último que han dicho sus padres. Siente su orgullo herido. Es la primera vez que una mujer se resiste a sus encantos -A mí, nadie me dice que no y sale triunfante. No sabes con quién te has metido. Ya veremos- Piensa
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En esos instantes, en un lujoso bar de la ciudad, Andrés Basurto consolaba a su amigo de toda la vida. -Pero¿qué piensas hacer entonces, Eduardo?
-Ya te dije Andrés, no la veré más. Es la mujer, que mi hermano quiere como esposa, incluso mi papá le secunda la idea, yo no tengo posibilidades.- Toma de golpe un trago.
-Pero ¿ellos han tenido algún acercamiento?
-No lo creo, si hubiese pasado algo Héctor, lo dijera, sabes como es él, no se guarda nada de sus conquistas-
-Entonces, ¿por qué no haces la pelea?- Haciendo de abogado del diablo, Andrés
-Estás loco, es mi hermano, no podría hacer eso-
- A ver, cambiemos las circunstancias, si fuese lo contrario, crees ¿qué él se detendría?, ya lo demostró una vez.- Recuerda, cuando vio por única vez a Eduardo, odiar a su hermano por causa de entrometerse en una relación de con una novia.
-Sí, lo sé, pero yo no soy así, yo si lo respeto como mi hermano-
-Y ¿qué pasaría? Si ella te escoge a ti y no a Héctor. ¿La seguirías? ¿Te enfrentarías a todos?-
-No parece, ese sea el caso. Ella, no me ha dado ningún indicio de algo hacia mí-
-Amigo, ¿qué pasó ese día de playa?, y en la reunión, estuvieron conversando largo rato. Incluso, ni siquiera te diste cuenta de qué, estábamos ahí tus amigos. -
-En la playa nadamos, comimos de todo- Ríe cambiando su semblante de tristeza -Conversamos... mucho, de todo -
-En la reunión bueno... allí ella me dijo lo de la playa-
-Espera Eduardo, ¿por qué dudas? No sé, creo que tú tienes algo escondido y no quieres decirlo.-
-No, no te alteres o imagines cosas- Pero en su interior pasaron muchos flashes de instantes como cuando ella se despidió con el beso al borde de sus labios... ese leve coqueteo Sacudió la cabeza - No, Eduardo tranquilo. No es lo que tú crees, aleja esos pensamientos- se reprendió en su interior.
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Que triste carga, la de un corazón que siente.
Pobre Eduardo, sentir y no poder gritar al mundo que en su corazón está una mujer libre sin ataduras de nada. Pero que la ambición quiere condenar y encarcelar el amor
Autora.
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En una mañana cualquiera , lejos de saber lo que se avecina sobre ella. Saluda como siempre a sus padres y sus hermanos "sus bebés " para ella aún.
Habían pasado alrededor de doce días, no había sabido nada de los Sotomayor, no estaba tan tranquila como quisiera, extrañaba a ... - Fuchi Jessenia, pero ¿qué piensas?, que tonta, si estás tranquila ¿por qué invocarlo?- se dijo.
-Buenos días, mi adorada familia- saluda ella.
-Buenos días mi bebita hermosa, como siempre la ultima en llegar a la mesa- dice Mauricio, con los brazos abiertos a su hija.
-Por cierto amor, hoy tienes que abusar menos de Jessi, la necesitamos, junto a las abuelas hemos planificado tarde de chicas-
-Esta bien amor, hoy no tenemos ninguna reunión importante, además mi hija no es una esclava, es la dueña. La que abusa de su horario es ella, porque quiere - dice Mauricio, luego se despide de todos.
-Papá hoy no tengo clases, te acompaño. Reemplazo a mi hermanita, seré tu joven mensajero, si así lo quieres- Se ofrece Saíd.
-Me parece buena idea hijo, te espero fuera, no demores- Lanzando un beso a su esposa a la distancia.
-Ustedes no cambian, padres, por favor. Me dan ganas de buscar novio- Como siempre desenfadada, Verónica con sus bromas.
-Ni se te ocurra Verónica, estás muy chiquita aún- Dice su mamá- Mejor busquémosle uno a tu hermana-
-Si claro, ya tiene que tener uno, bien escondido por ahí. Puede ser H.S.- replica ella
-Verónica, por favor, no me gusta tu broma- dice Jessenia al darse cuenta las iniciales a quien se refería su hermana.
-Ñaña, que esperas es un buen partido, es soltero, no hay problema. No me digas, que no sabes, que ese es el chisme que está circulando-
-¿De qué hablan? Dice María Teresa.
-Mami, el chisme, de que Jessenia anda con, Héctor Sotomayor, incluso una tía de Priscila, los vio cenando muy acaramelados- Dice simulando una abrazo.
-No es verdad, nada de eso. Así que cuando te digan algo, diles que es mentira, somos solo amigos nada más. Entre él y yo nunca habrá nada.- Aclara una molesta Jessenia.
-Hija, pero ¿qué te pasa? Puede que no tengan nada ahora, pero no tienes por qué decir que nunca tendrán algo en el futuro-
-No. Ya lo dije, nunca mamá-
María Teresa y Verónica se quedan sorprendidas, la actitud de Jessenia es inusual.
Suena el timbre.
-Mis preciosas, buenos días-
-Abuelas bienvenidas- saludan las nietas.
-Suegra, mamá las estábamos esperando-
Después de saludarse fervientemente las cinco mujeres van directo al Centro Comercial que eligió Jessenia, porque les dijo que ahí estaban los mejores helados artesanales del mundo y ante tal recomendación no dudaron en ir allí.
Evelyn las estaba esperando afuera.
-Hola bellas, buenos días- Saludo Evelyn
-Hola, mijita, tan linda como siempre. Sabes, te acuerdas de mi nieto Carlos?, siempre pregunta por ti-
-Oh, gracias doña Silvia- Sonríe al recordar, que es mucho menor que ella y piensa que no quiere hijos y menos criar los ajenos.
Después de comprar vestidos y zapatos fueron directo a la heladería.
- Vamos primero al mostrador, para que elijan los sabores- dice Jessenia.
- Vaya ¿con qué aquí fue tu primer encuentro casual? -dice Evelyn entre dientes a su amiga.
Ella tose y dice - Elijan sus preferidos, señoras, y sigan a sus mesas, Evelyn y yo los llevamos, descansen- Trata de zafarse de las mujeres y menos que escuchen las intransigencias de su amiga
Mientras escogían sabores la dependienta la reconoció- Veo que cumplió su promesa de traer a su familia, gracias por la sugerencia-
-Siempre cumplo mis promesas. Aún me faltan papá, mi hermano y mi abuelo-
- Su novio ¿no vino hoy?-
Todas miraron a una enrojecida Jessenia que solo quería que la tierra se la tragara.
-No, él no es mi novio, somos amigos nada más-
La dependienta se disculpa apenada.
Todas coinciden que es cierto, son los mejores helados... pero...
-Jessenia, nieta querida. Cuéntanos ¿Con qué chico has venido antes? ¿Un novio o pretendiente? - dice doña Emperatriz.
-Ni lo uno, ni lo otro, abuela. Era un compañero de universidad, que por casualidad nos encontramos ese día- Miente, eso la asusta. Acaba de descubrir que desde que conoció a Eduardo, salta de mentira a otra.
- Amorcito, ya quiero Bisnietos en eso coincidimos Emperatriz y yo- doña Silvia.
-Vaya ustedes nunca están de acuerdo y ¿ahora?
-Por tú bien, si querida nieta- dice doña Emperatriz
-Bueno, mujeres especiales para mí, les tengo una noticia, no se emocionen, aún no quiero casarme así que no se ilusionen-
-Jessenia , que decepción contigo, tienes un buen partido siguiéndote y tú no le haces caso-
-Mami, por favor, basta y para todas cambiemos de tema- señalando al resto de mujeres.
-Veo que Eduardo está haciendo estragos en ti, nunca te vi mentir con tanta frialdad- Le dice a un lado su amiga.
-¿ Qué dices Evelyn?, no quería preguntas, eso es todo-
En su interior no pudo evitar recordar los instantes con Eduardo. - Él ni siquiera ha de recordar ese día, que tonta eres- su conciencia trayéndola de regreso a la realidad.
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