El lunes por la mañana, fuera de la empresa de los Morante, solicitaban poder ingresar al parqueadero interior, tres apuestos hombres uno de mediana edad y dos jóvenes. El guardia solicita su identificación al darse cuenta de quiénes se trata, les da el ingreso inmediatamente y comunica a la recepcionista dejarlos pasar al edificio. Ellos dijeron que venían a hablar con el Presidente.
Minutos antes, en casa de los Morante-Herrera como siempre se vivía un ambiente familiar feliz y alborotado. En el comedor desayunando, listos para la universidad los hijos menores, papá e hija a la oficina y mamá a realizar la compras de la casa que siempre las hacía personalmente junto a las chicas de la cocina, luego a su negocio de franquicias de comidas rápidas que inauguró luego de casarse con Mauricio ( por consejo de su papá, que no le pronosticaba más de dos años a su unión matrimonial, no la haría millonaria, pero si independiente)
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María Teresa Herrera de Morante ( 50 años)
Independiente y mamá a tiempo completo.
Pelo corto hasta el hombro, es de esas mujeres que son sexis y modernas pero con un estilo conservador.
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-Buenos días, Sarita- contesta al teléfono Mauricio, -¡Dime!!! ¿Cómo? ....Esta bien. Gracias- Cierra la llamada con su secretaria.-Que raro-dice observando al vacio
-¿Qué pasa amor?- pregunta María Teresa
-No tengo idea. Sarita me comunicó que Anderson Sotomayor, llamó diciéndole que en unos momentos llegará a la empresa. Debe ser importante para que no haya avisado antes, con lo especial que es él, debe ser algo grave. Hija, ¿estás lista? Salimos enseguida.-
-Si papá, uds se cuidan- Acariciando la cabeza de sus hermanos, se despide de su mamá con un beso en la mejilla- Chaoo mami.
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...Mauricio Morante Domínguez (55 años)...
Empresario pero Padre a tiempo completo, su familia lo primero. Con un estilo moderno , que hace que aún a su edad al pasar al lado de la personas llame la atención.
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Ese día era muy importante para Jessenia, aunque muchas veces había ido desde pequeña a visitar a su papá, hoy era el primero que iba como su mano derecha, comenzaría como Jefa de Importaciones y ayudaría en el Departamento Financiero, todo esto antes de tomar el control total al que estaba destinada desde que nació.
Nerviosa...un poco, estaba ahí para hacer que su Padre se sintiera orgullosa de ella, ser la cabeza en los negocios, no se podía tomar a la ligera nada , eso lo sabía de sobra. Aunque Mauricio era ecuánime y cariñoso, era estricto al momento de hacer cumplir las responsabilidades a sus hijos .
Llegan en 45 minutos a la oficina.
- Buenos días, Sarita- Mauricio y Jessenia saludan al mismo tiempo
-Buenos días, Ingeniero Morante, Jessenia, bienvenida-contesta la secretaria sonriendoles.
-Señor, como le comuniqué antes, lo espera el Sr. Anderson Sotomayor y sus hijos, los hice pasar a la sala de juntas mientras uds llegaban-
-Bien Sarita, hagalos pasar. Y tú Mijita, quédate conmigo, es bueno que te vayan conociendo en el círculo, que sepan que eres la próxima al frente de todo-
-Entendido Señor- Poniéndose firme con la mano en la frente le dice a su papá, mientras se dan una mutua sonrisa.
Mauricio toma asiento detrás del escritorio, mientras Jessenia lo hace en el sofá que está al fondo de la oficina, ahora sólo quiere estar de observadora. -Papá sigue al mando- piensa.
Se escucha un sonido suave en la puerta -Adelante- Contesta Mauricio.
-Ingeniero Morante, los señores Sotomayor- Dice Sarita, que al instante les hace una ademán con la mano para que sigan adelante .
Enseguida ingresa Anderson Sotomayor con su característico don de jefe y luego Héctor seguido por Eduardo, extienden la mano, saludando cortesmente cada uno en su orden de llegada , a quien creen los salvaría de tremendo lío, que tenían encima. En ese momento, Mauricio se había parado de su asiento, poniéndose al lado de ellos.
-Sean bienvenidos, es un gusto tenerlos en mi empresa - respondiendo al saludo.
-Sarita por favor traiga algún aperitivo para los invitados-
-Si Señor, enseguida-
-No hace falta- Dice Anderson apresuradamente.
-Esta bien, como gusten-. Mirando a su derecha dice - Siganme por favor, sentemonos más cómodos- los dirige a la salita de la oficina donde estaba su hija.
Al mirar hacia ese lugar los jóvenes se quedan boquiabiertos, ahí está una mujer de ojos claros como su pelo, de estatura alta con un cuerpazo. Vestida con un traje color vino que le queda perfecto con tacones del mismo color y pelo recogido en una cola que la hace ver juvenil e increíble, ante los ojos de los chicos Sotomayor.
-Mi hija Jessenia Morante Herrera-
Sin darse cuenta de la reacción que causó, la chica extiende la mano para saludar al mayor de los tres.
-Bienvenido Don Anderson Sotomayor, mucho gusto conocerlo personalmente-.
-El gusto es mío jovencita, ha crecido mucho. No me recuerda, por lo que veo, talvez porque no nos presentaron antes, pero cuando niña la veía correr en los campamentos familiares del Club-.
-Oh, que pena. Pero espero tengamos una bonita amistad futura - Le sonríe Jessenia, terminando en saludar a los chicos amablemente.
-Aunque no sé sus nombres, sean bienvenidos, como lo es su padre- Asienta con la cabeza y una sonrisa que los deja embobados completamente.
-Claro, que mal educado, mis hijos Héctor y Eduardo Sotomayor Enriquez- Señalando a cada uno.
-Hector, es el mayor pronto estará al mando de la empresa. Ahora es mi mano derecha, hasta que esté al frente totalmente y mi pequeño Eduardo, también a mi lado en la empresa-
-Bueno- Anderson inicia la charla.- Ingeniero Morante, le agradezco tan cálida bienvenida a nuestra inesperada visita, la que adelantó, no es protocolaria... Actualmente tenemos un problema con un embarque de autos importados , que está represado en Japón, lo que ha ocasionado que bajen nuestras acciones y creemos que ud nos puede ayudar a solucionarlo-.
-Claro Ingenerio Sotomayor, si esta en nuestras manos no tendríamos problema alguno- Mauricio contesta -Aunque no comprendo como podríamos ayudarlo-
-Nuestra mercadería no tiene problemas legales, eso lo originó otra empresa al no declarar lo que traían, quedando el barco retenido hasta que solucionen ese impuse .- Se adelanta Héctor.
-Bueno sigo sin entender- dice Mauricio
- Tenemos un reporte , que dice que un barco lleno de Materia prima para insumos agrícolas de su empresa zarpará hoy a las 12:00 p.m. directo para acá, con sólo el 60% de su capacidad, quedando un restante del 40% vacío, en el que entrarían perfectamente nuestros automóviles- Eduardo explica. -Nos disculpamos por investigar algo tan delicado, pero ante nuestra necesidad no nos quedó de otra-.
-Por eso hemos venido, necesitamos esos autos lo más pronto posible, para evitar el nerviosismo de los otros inversionistas- dice Anderson -No importa el costo económico, en cuanto a los documentos no habría problema, sería de actualizarlos por el personal de aduanas que tenemos allá. En cuanto al traslado de la mercadería, eso también nos encargaremos y estará lista antes de la hora de salida, evitando contratiempos-
Mauricio mira a Jessenia, quien le devuelve otra mirada dulce de aceptación. Este gesto lo notan Héctor y Eduardo, dándose cuenta la complicidad tierna que comparten Padre y hija.
-Esta bien Sr. Anderson, como parte de la Asociación de importadores, estamos para darnos la mano cuando alguno lo necesite. En cuanto a costos serán los necesarios sin un centavo de más, de los documentos se encargará mi hija directamente, por lo que les solicito hacerlos llegar enseguida evitando contratiempos, uds tienen que correr con el traslado de los autos, que no es nada fácil-
Anderson Sotomayor da un abrazo a Mauricio Morante , sellando un trato verbal.
Héctor en su sitio está embelesado. Piensa para si mismo.- ¡Que mujer tan linda!¿ estará casada? o ¿comprometida? tengo que investigarlo, aunque no le veo ningún anillo- Al despedirse de ella, le apreta la mano besandola en la mejilla y la mira fijamente con una sonrisa de autosuficiencia, lo que molesta un poco a Jessenia.
Eduardo, en cambio más tímido se despide tambien con un beso en la mejilla, dándole las gracias con una sonrisa de medio lado.
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Ya en el auto, dirigiéndose a su empresa Padre e hijos comentaban lo buena persona que era Mauricio Morante.
-No sé si yo hubiese cedido fácilmente- dice Anderson con franqueza.
-Igual yo papá, le hubiese sacado provecho económico- Héctor lo dice como algo normal.
-Aprendan, eso es ser persona de bien y su hija más aún- Suspira Eduardo, lo que hace que Anderson y Héctor lo miren.
-¿Qué fue eso hermano?-Héctor dice levantando una ceja.
-Aprecio la belleza o a ti ¿no te pareció hermosa?- Eduardo sonríe suspirando.
-Tranquilo hijo, la niña es linda y se ve muy educada. Si es soltera, a quien le correspondería seguirla sería a Héctor por ser el mayor- dice su Padre .
Ante el comentario Héctor ríe sarcásticamente, dando una palmada en la espalda de Anderson -Gracias papá-
Dejando a Eduardo sin palabras y su corazón adolorido. - Siempre es así, Héctor primero- piensa.
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