3 - La voy a conquistar

Después de 30 días de travesía, en la madrugada ,llegó el barco con la carga de las dos empresas, sin novedad alguna.

Jessenia es la encargada de avisar a la secretaria de Presidencia de la empresa Sotomayor, dándole los datos de guía de desembarque , ella se encargaría de los documentos de la aduana del Puerto. Héctor va personalmente a verificar el traslado para evitar contratiempos, bastantes dolores de cabeza le ocasionó anteriormente, no haberlo hecho con esta mercadería. Sin planificarlo y para su conveniencia se encuentra con la hermosa Jessenia.

-Hola Srta. Morante, buenos días- inclinándose y saludandola con un beso en la mejilla

-Buenos días Señor Sotomayor. Me alegra verlo tan contento y de buen humor. Al fin llega nuestra carga-. Parece complacida.

-Así es. No saben el problema que nos sacaron de encima, pero más a mí. Papá casi me envia a la horca, menos mal esta bien de la presión de lo contrario, estuviese en el hospital ahora mismo-. Siempre asintiendo con la cabeza en signo de negación.

jajajaj- ríe Jessenia- No exagere Héctor. Cuando necesite algo y podamos ayudarlos con gusto lo haremos- Da una linda sonrisa.

-La verdad es que no exagero, cuando se trata de negocio Anderson Sotomayor es muy duro- dice en tono serio.

-Gracias a Dios todo salió bien. Son experiencias en donde todos aprendemos algo- Jessenia

-Y gracias a su padre...especialmente a usted Jessenia que sé influyó mucho, para que su papá accediera a ayudarnos- le agradece Héctor

-Sólo a mi padre agradézcale, es muy humanitario- Se le iluminan los ojos al hablar de Mauricio- Él es mi ídolo, gracias a él mi familia es muy feliz-

-Vaya no conocía ese lado del gran empresario Mauricio Morante Domínguez. Y no es que lo haya tratado de cerca, sólo hemos intercambiado saludos en las reuniones de la Asociacion de Empresarios- Dice Héctor. -Que interesante- piensa al mismo tiempo.

-Disculpe, estoy hablando de más. - Siente ruborizarse por su exabrupto repentino - Mire le entrego las copias de los documentos de la aduana, todos en orden. Sin ningún contratiempo- Ella cambia de tema.

-Definitivamente una profesional completa, Señorita. Morante-. Dice él, que ve la oportunidad de comenzar con sus planes de conquista.-¿Qué le parece, aceptar una invitación a cenar el día de mañana?

-No creo que pueda - dice Jessenia -Si es por agradecimiento, se lo debe a mi Padre-

-El día que fuimos a solicitar la ayuda del Señor Morante , vi claramente cómo su hijita lo miró con ojos de ternura a nuestro favor. Por eso siempre tendrá mi agradecimiento. Ya le dije que salvó mi vida- Sin que ella lo notara hasta ese momento, Hector tenía una de sus manos acariciandola descaradamente, dejándo a la pobre fuera de base.

Embobada solo atinó a decir- Está bien acepto- sacando su mano de entre las de Héctor -Lo único que le pido Señor Sotomayor es que sea temprano- Sonríe - Que le parece, si a las 7:00p.m. pasa por mi y no puedo regresar tan tarde , al día siguiente tengo que trabajar. Mi papá es exigente en los horarios.- Pone una excusa.

-Ahí estaré puntual- dice él, tomando nuevamente su mano depositando un beso sobre ella , mirándola fijamente a los ojos . La pobrecilla se queda perpleja, no esperaba esto, no sabe como interpretar este acto como agradecimiento o coqueteo.

Disimuladamente, Jessenia toma distancia de Héctor y termina de entregarle todos los documentos. Se despide alzando la mano -Ni tonta, me acerco, con qué me saldrá ahora? jajajja-piensa.

Todo el día Jessenia estuvo verificando que la mercadería sea embarcada a los camiones hacia la fábrica de insumos agrícolas para luego su posterior comercialización. Daba su informe a Mauricio.

-Bien hija, tu siempre eficiente. Y cómo llegaron los autos de Anderson Sotomayor?

-Todo normal, sin ningún rayón. Creo que súper bien. Héctor Sotomayor estuvo presente y personalmente le entregué los documentos respectivos y quedó satisfecho. En este momento ya tienen que estar en sus bodegas o eso imagino- lo dijo mirando su reloj.

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Mientras los automóviles llegaban a la bodega de la empresa Sotomayor Enriquez, un suspiró de alivio sale de la boca Hector, cansado, pero feliz. Al fin se sacaría de encima los reproches que durante un mes, había escuchado constantemente por parte de Anderson.

Ve llegar el automóvil familiar clásico, el Mercedes que fue de su abuelo , heredado por su papá y que sería de él, luego que tomara el control de todo.

-Al fin mis autos sanos y salvos- Con una sonrisa de oreja a oreja dice el jefe de la familia.

-Me alegra tu buen ánimo Padre!!! Dijo Héctor, que por dentro sentía resentimiento por el trato recibido en los últimos días. Por ser el mayor siempre tenía que aguantar la presión de todos especialmente de Anderson, pero ahora quería el puesto de Presidente , pues siempre creyó que el de Jefe de Comercialización (aunque era Gerente General) no tenía nada que ver con su estatus. Soñaba con la jubilación de su papá , pero cada día veía más lejos eso; él era calculador, astuto en los negocios, ante los demás demostraba lo contrario siempre cariñoso con su esposa y sus hijos, pero detrás de esa fachada era histérico y agresivo, muchas caras que solo ellos conocían y que siempre quedaba en las paredes de su hogar.

En el instante de reflexión de Hector, llegó Eduardo demostrando una sonrisa y abrazando a su hermano, con golpes suaves sobre su espalda.

-Qué bueno hermano, me alegra que por fin podamos sacarnos de encima los discursos del viejo.-

Anderson dirije una mirada matadora hacia Eduardo- Cuidado con lo que dices, no te pases, eh. No abuses de mi buen humor-

Héctor y Eduardo ríen. Es el único que hace esos comentarios a su Padre, al sentir que no pierde nada, lo contrario a su hermano. La ventaja de no ser heredero directo de la empresa, lo hace más libre.

-Sí, Eduardo, ya está todo en orden. Esperemos haber aprendido la leccion-.Contesta su hermano

-Por cierto,que les parece invitar a la familia Morante Herrera a cenar a la casa para agradecerles y así nos conocemos todos.- Eduardo sonriendo.

-Me les adelanté e invité a su hija a cenar mañana- Automáticamente se le acaba la sonrisa al menor, no esperaba ese golpe maestro de su hermano.

-Ese es mi hijo, atrapa a esa presa antes que otro lo haga. Investigué no está casada ni comprometida- Guiñando el ojo, dijo su papá. - Hasta ahora es la mejor mujer que puedas encontrar, si quieres estatus social, familiar y comercial-

-Eso voy a hacer, me gusta esa niña desde que la vi la primera vez. Además de lo que dijiste papá, es dulce y tierna, serian una excelente Madre para mis hijos-.

Eduardo los observa y ve como hablan de Jessenia como aves de rapiña analizando a su presa, eso lo molesta.

-Imagina los beneficios de la fusión de las dos empresas. Seriamos invencibles en cuanto a negocios y traslado de mercadería. Tu experiencia y la agilidad demostrada por ella- Se le crispan los ojos a el Padre.

-Aún no saben si a ella le gustará Héctor- Eduardo despreocupado dice- Veamos como te va mañana-

-Me conoces hermano donde pongo el ojo cae la bala- Dice guiñandole el ojo.

-Entonces hijo, ese será tu trabajo desde hoy. Conquistar a ese jovencita- dice Anderson- Recuerda que la familia Herrera también tiene lo suyo y me enteré también que es la primera nieta de las dos familias-

Eduardo echaba chispas, al ver ellos hablaban de Jessenia como un negocio.

-Ya verás papá, te sentirás orgulloso de mi. Esa nena cae porque cae, ante mi encanto varonil.- Asegura Héctor.

-¿Quién lo dice? Aunque no la conozco se ve que es una chica poco impresionable- dice Eduardo

- jajaj. Hermano acaso no conoces mi trayectoria como casanova, hasta hoy no ha habido ninguna mujer que se me haya resistido-

-Dirás hasta ayer, veamos que pasa mañana- con burla ríe Eduardo.

-¡Basta!! -Alzando la voz Anderson. -Más te vale que cumplas -Señalando a su hijo mayor- Ya tengo planes para esa alianza y no me falles... Si lo logras te pondré al frente de la empresa, será mi regalo de bodas-.

-¿Seguro papá? Tomo tu palabra. Acepto el reto, no creo que sea tan difícil, después de todo es una mujer que hay que enamorar . Nada extraordinario para mi - Dice Héctor con autosuficiencia.

Eduardo, mientras tanto respira profundo, lo ha invadido un sentimiento de impotencia, a él también le gusta ella, aunque como van las cosas jamás se lo podrá decir.

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