A TRAVÉS DE LAS CARTAS

>Bas mi luz de luna, ayer escuché tu risa, fue como un melodía serena, para calmar la tormenta de mi alma.

Sabes Bas, tengo celos de ella, esa mosca, que siempre está ahi, que toma las cartas, come los dulces, te toca, quisiera cortar sus manos, cocer su lengua, hacer tantas cosas, porque deseo ser ella, tocar tu piel, esa piel tersa, suave, clara como un manantial, en su estado más puro, Bas si te vieras con mis ojos, me pregunto si te darías cuenta de mis deseos y sentimientos….

Chicles de la suerte para el sabor de tus labios.

Moon<

Esta vez la risa de Alanís, no fue escuchada—ja una mosca!, oigan a esta pendeja me dijo mosca—comenta un poco irritada.

—Ósea no werever, nunca te lo dijo a ti, ósea si te burlas de sus cartas, y ósea si te comes sus dulces, y si siempre invades el espacio de mi chiqui, pero nomenciono tu nombre….no ósea si, si te lo dijo a ti—el cometario de Molly hizo que todos los chicos se rieran al unísono a excepción de Leo, quien se mantuvo callado observando a su chica, la cual quería matar a la autora de las cartas.

—La estúpida zombie no sabe que ya conozco su identidad y puedo ir hacia ella a visitarla y no será una visita muy linda.

—Güera, cálmate por favor, no lo tomes tan a pecho—cometa angustiado Bastian.

—Quien es ella?—cuestiona Leo.

—Una del H—responde la ojiverde.

—Lo siento pillo, no quise que esto pasara.—comenta el castaño

—Solo cuida que no involucren a mi chica—menciona Leo con expresión seria.

—Tampoco es como que Bastian tenga la culpa, es más bien de la boba aquella, para que escribe unas cartas tan cursis y odiosas si se va a quejar que las lea—defiende la ojiverde.

—Entonces dices que es tu culpa por leer algo que no es tuyo.

—Que acaso no dijiste que puedo hacer lo que quiera?.

—Así es, si lo dije.

—Entonces la culpa no es mía, agg odiosa zombie—se queja la ojiverde.

Mientras la ojiverde seguía con su rabieta, no muy lejos de ahí una sonrisa tensa y molesta comentaba—Es tan gratificante verla rabiar…pero aún así no para de tocarlo; un día no muy lejano la arrastró de las greñas te lo juro.

La persona a su lado solo sonrió.

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Más tarde cerca de donde se encontraba el grupito de amigos, pasaba por ahí Ian aquel apuesto chico del ‘J’ (carrera de Automotriz del 9no cuatrimestre), mismo que siempre le mostraba a Bastian su mirada más feroz pero también el mismo que sin saber lo había ayudado horas antes al chocar con su primo.

—Supe que la última clase la van a cancelar—le mencionó su amigo Zion, quien hiba con él manteniendo una plática trivial.

—Bien lo tendré en cuenta—responde el pelinegro, quien al pasar tan cercano a ellos, no se percata que su mochila se engancha en el cabello de la ojiverde provocando un fuerte jalón de cabello que terminó por tirarla de las piernas de Bastian.

—Auch—se soba la ojiverde en el lugar donde fueron arrancados unos cuantos cabellos.

El chico al darse cuenta de lo sucedido menciona—oh! Lo lamento… venía distraído.

Bastian algo aturdido ayudar a su amiga a levantarse, la frase que acaba de escuchar le recuerda, al momento que sucedió horas antes, en el cual fue usada la misma frase; acaso el accidente de en la mañana fue intencional y de ser así entonces este accidente también lo era, si esto no fue accidente si no algo provocado, solo existía una respuesta: fue por el, ambos accidentes venían dirigidos hacía el castaño no había otra explicación, tanto era su desagrado del pelinegrohacia el, que lo intentó atacar dos veces, el castaño sintió un presión en el pecho, no le agradaba el sentimiento de tener un enemigo, además aquel chico se encontraba furioso con él por su amiga, él ni siquiera era el novio de ella, pero estaba recibiendo los ataques de una persona celosa, “como puede estar celoso de mí, si solo soy su amigo, su novio no soy yo”, “si él supiera mis gustos no sé si algo cambiaría, tal vez no seguiría recibiendo esa mirada de enojo y desprecio”

La voz que se escucho después, saco de sus pensamientos al castaño.

—Fijate por dónde vas, no viste animal que tiraste a mi chica—menciona un colérico Leo.

—Tu novia?—mira a Alanís de manera intensa.

—Si, lo que oíste, tienes algún problema con ello, ya lo he dejado claro a mucho, no me molestaría aclarártelo a ti también—lo encara Leo.

—Vaya noviesita, que se sienta en las piernas que quien sea—vuelve a lanzar una mirada de furia hacia la ojiverde—pero no es como que me importe lo que haga tu novia, así que cálmate pillo, fue un accidente, ya me disculpé y tampoco es para que me hables así—contesta el pelinegro de manera seria.

—Lo que haga mi chica, o deje de hacer no es tu problema.

—Y lo repito no es algo que me importe, lo que haga no me interesa, si tú que eres el novio lo permites es cosa tuya.

La mirada de Leo era furiosa más sin embargo Ian se la devolvía siendo esta más retadora, provocando al otro quien no se quedaría calmado eh iniciaría un pleito.

—Por favor no vayan a pelear aquí, estamos dentro del instituto y si lo hacen no solo ustedes serán los perjudicados si no todos los que estamos aquí—Bastian intervino, tratando de calmar la situación.

—Mejor ya vámonos—comentó Zion tratando de llevarse a su amigo de ahí.

—Tiene razón Bastian, pillo tranquilízate aquí no hagas nada—mencionan sus amigos de Leo.

—Estoy bien—interviene ma ojiverde.

Leo al escuchar a su novia comenta aún con molestia—esto no se va a quedar así.

El pelinegro únicamente se cruza de brazos mientras es llevado por su amigo.