Cuando sabemos que la vida nos tiene deparado un futuro, pero somos nosotros mismos quienes creamos los caminos que nos llevan ya sea a la toma de buenas o malas decisiones, todas las que he tomado de ninguna me arrepiento me han hecho el hombre que soy y llegar a ser lo que soy y nada ni nadie me hará cambiar de parecer eso era lo que creía hasta que supe que jamás tendría una oportunidad en su vida
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10
Disculpe señorita, le puedo hacer una pregunta.
Si claro, para ti soy Yoon Mi.
Ignoré su nombre y fui al grano.
Hace unos, frente al edificio x x x tuvo un accidente de auto, en donde iba junto a otro joven muy parecido a usted.
¿Cómo lo sabes? Pregunto Eileen
Es que ese día fueron mis guardas quien sacaron a la una joven y un joven de aquel auto.
¡Fuiste tú! Exclamo Yoon Mi, es gracias a ti que mi hermano y yo estamos a salvo.
Ante el grito por la sorpresa mucho de los presentes se detuvieron a ver qué pasaba.
Baja la voz, dijo el Eileen a su hija.
Me alegro de que se encuentre bien y su hermano como esta.
Muy bien, aun algo sedado, pero ya mucho mejor, sabes que te debemos la vida, dijo Yoon Mi
Claro que no, cualquier persona hubiese hecho lo mismo.
Iba a seguir reprochando en eso interrumpe Eileen a Andrew
Toma sus manos, te debo la vida de mis hijos, pide lo que desees que mientras este en mis manos haré lo posible por que se haga realidad al igual que mi esposo.
Lo que sea, me repetí en mi cabeza, miles de imágenes surgieron en ese momento, pero ante la mención de su esposo, todo desapareció.
No señora, no me debe nada fue solo la obra de un samaritano ayudar a sus hijos cuando más lo necesitaban, y si me permiten debo retirarme tengo otra reunión, con permiso.
Espere, no se vaya dijo Yoon Mi.
Puedo tener su número de teléfono, le paso su celular, este lo vio y dudo un momento en darlo, pero al final termino introduciendo los números, te puedo invitar a cenar, soltó la joven de repente después de guardar en número entre sus contactos favoritos.
No es necesario, como les dije no lo hice para recibir nada a cambio, empezó Andrew a empacar sus cosas sen su maletín.
Si me disculpan me retiro, habiendo dicho eso salió por la puerta del auditorio, sin dar vuelta atrás, la mujer que hizo que su corazón latería de 1 a mil y sentirse emocionado solo de verla sonreír, era una imagen para toda la vida
Los meses habían pasado rápidamente, y todo seguía su curso normal. Mi doctorado estaba por concluir, una meta que había sido tanto un desafío como una pasión en mi vida. Cada clase, cada investigación y cada debate habían sido pequeñas piezas de un rompecabezas más grande, uno que estaba a punto de completarse. Pero había algo más que me mantenía en vilo: la dirección de la empresa, que pronto estaría en mis manos. Mi padre, después de años de arduo trabajo, me había anunciado que me cedería el liderazgo de la compañía familiar, un legado que conllevaba responsabilidad, pero también grandes oportunidades.
Faltaba poco para ese momento trascendental, pero mi mente no estaba solamente en el doctorado o en el traspaso del mando. Había presentado un proyecto ambicioso a la junta directiva, un proyecto que podía consolidar mi futuro como líder empresarial y posicionar a la empresa en un nuevo nivel de prestigio. Se trataba de un contrato que, de ganarlo, nos pondría en competencia directa con algunas de las empresas de arquitectura más grandes y reconocidas del continente
El proyecto que había propuesto a la junta no era cualquier propuesta; era un plan audaz, revolucionario. Me había asegurado de cubrir todos los ángulos, desde la sostenibilidad hasta la innovación tecnológica, pasando por un diseño arquitectónico que, más que funcional, sería una obra maestra. Sabía que tenía potencial, que podía ser la llave para llevar a la empresa a nuevas alturas, pero también era consciente de los riesgos. Competir con gigantes no era tarea fácil, y todos los ojos estarían puestos en nosotros.