Esta historia va de un chico que desde de pequeño sus padres lo usaron para ganar dinero, primero haciendo comerciales y después actuando, eso lo lleva a que a los 25 años el se sienta perdido y sin rumbo, y se meta en un problema tras otro.
Hasta que su abuela harta de la situacion lo envié al campo con unos amigos suyos, ahí conocerá a un chico que es todo lo contrario a el, y lo hará cambiar su perspectiva sobre la vida, además de hacerlo experimentar cosas nuevas.
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capitulo 10
Nota: este capitulo tiene escenas de autolesion, se recomienda discreción por parte del lector.
Cuando regresaron a casa más tarde ese día, Noel estaba disperso, perdido en sus pensamientos, mientras comían en la cocina, este solo picoteo la comida.
- ¿pasa algo? - le pregunto doña Carlota
-nada, creo que me insolé, espero que no moleste que no vaya a trabajarme duele la cabeza, y me quiero acostar un rato -
- para nada, ve y descansa - le respondió doña Carlota
Cuando Noel se salió de la cocina, la mujer miró a su nieto - ¿paso algo entre ustedes? -
- No, abuela ¿por qué la pregunta? -
-es solo que creí que ya se llevaban mejor, y ahorita los note un tanto incómodos -
- te estás preocupando por nada abuela, ya te dijo que le dio insolación, es un niño de ciudad, no está acostumbrado al clima del todo, deja que descanse un rato, ya se le pasara - aunque Leonel trato de estarle importancia al asunto, se sentía un tanto preocupado por el otro chico, así que antes de volver a trabajar, subió a verlo.
Tocó la puerta antes de entrar y no obtuvo respuesta, así que entro de todos modos, lo encontró acostado estaba hacia el lado de la pared, se había quitado la ropa que llevaba antes, está estaba arrojada en el piso, llevaba ropa interior limpia, estaba hecho un ovillo, Leonel se acercó y se dio cuenta de que no fingía, si estaba dormido.
Le toco la frente para ver si no tenía fiebre, y al parecer no, aun así le dejo un analgésico y un vaso con agua antes de salirse.
Leonel se sentía un poco culpable, él lo había apartado más temprano, hiriendo sus sentimientos, ya hablaría con el cuándo volviera más tarde.
- te vi más temprano irte con ese chico - le dijo Coral, la cual estaba afuera esperándolo
- ese chico tiene nombre - respondió Leonel
-¿por qué lo cuidas y le permites tanto? Yo no lo entiendo, no conmigo eres tan considerado -
- no empieces, por favor, tengo muchas cosas que hacer -
- Leonel tienes que escucharme - dijo Coral yendo tras el chico - tú no sabes lo que él está planeando, solo busca perjudicarte, y quiere molestarme -
-por dios Coral escúchate, ¿perjudicarme, molestarte? Esa queja tuya me parece más bien un berrinche, tú también lo molestas, y él no viene y se queja -
- yo no sé que es lo que este rarito te contó para que lo defiendas tanto -
- te voy a pedir que dejes de llamarlo así, ahora por favor, ahora vuelve a trabajar, y déjame seguir en lo mío -
Coral se quedó ahí parada de brazos cruzados, hasta que salió Doña Carlota - ¿qué haces ahí refunfuñando? -
- ¿hasta cuándo va a quedarse ese chico aquí? -
- ¿por qué quieres saberlo? -
- por qué él no pertenece aquí, no encaja aquí, además solo va a perjudicar a su nieto -
- hay niña, explícate de que estás hablando, yo no te entiendo - respondió la mujer, mientras iba camino a los gallineros
- para empezar es un citadino, él no sabe nada de granjas, y se supone que es actor, entonces ¿qué es lo que hace aquí? Y respecto a Leonel, ese chico tiene mañanas raras, y está tras su nieto, yo que usted... - Coral no pudo terminar la frase, por qué Doña Carlota se dio la vuelta y la interrumpo
-¡basta! ¿Quién te crees que eres para decirme lo que tengo que hacer? Que no se te olvide que está es mi casa, no de mi nieto, yo sabré a quién si, y a quien no le abro la puerta, te contrate para llevarle la contraria a tu padre, que no se te olvide que de no ser por mí, ya estarías casada, con ese muchacho que te pretendía -
- y no se me olvida Doña Carlota, yo le tengo mucho cariño y sabe que se lo agradezco mucho, y también que quiero lo mejor para su nieto -
- ¿cuándo dices que quieres lo mejor para mi nieto, te refieres a ti? -
- eso no lo voy a negar, usted y todo mundo saben mis sentimientos hacia Leonel, el único que los ignora es él, Pero si usted me ayuda, yo sé que él va a corresponderme -
-¿qué te hace pensar que mi nieto no sabe lo que sientes por él? No te has parado a pensar que quizá no le gustas, y no sabe cómo rechazarte, a veces es demasiado amable -
- entonces ayúdeme Doña Carlota, Leonel siempre la escucha, él nunca sale de esta granja, no hay posibilidades de que encuentre a otra mujer, yo lo conozco mejor que nadie sé lo que le conviene, y por eso sé que no le conviene estar cerca de Noel -
- yo no puedo hacer eso, apoyarte para que consigas a mi nieto sería como dispararme en el pie, tu padre tiene los ojos puestos en mis tierras desde hace mucho, si Leonel de verdad quisiera casarse contigo, yo no tendría otra opción más que cerrar los ojos y aceptar, pero mi nieto no parece interesarse en ti, además yo sé que a él no le gustan los cotilleos, Pero yo si he oído lo que los trabajadores dicen de ti - la mujer mayor siguió su camino, sin esperar respuesta
- pues yo me voy a encargar de que Leonel no tenga otra opción más que casarse conmigo - Se dijo Coral en voz alta, y se fue al lado de contrario de la mujer mayor.
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Cuando Leonel volvió a casa esa noche encontró a su abuela esperándolo, parecía un tanto preocupada
-¿pasa algo? - pregunto este
- es Noel, no sé que le pasa, lo escuché discutir más temprano por teléfono con alguien y después de que colgó oí ruido, pero se encerró en la habitación y no he obtenido respuesta, por más que tocó la puerta -
- solo déjalo, seguro está haciendo berrinche -
-No, tú vas a subir ahí, vas a abrir la puerta y vas a ver que le pasa - respondió la mujer dándole la llave
-¿por qué? -
- por qué hablé con su abuela antes, me dijo que al parecer Noel discutió con su mamá, me dijo que si nieto tiene conductas autodestructivas, o sea que podría hacerse daño -
En cuanto su abuela dijo es, él ya no escucho más, subió corriendo las escaleras y no se detuvo hasta llegar frente a la puerta del chico, no siquiera se molestó en tocar, simplemente uso la llave y abrió, la luz estaba apagada, en cuanto puso un pie a adentro piso algo, encendió la luz, lo que había pisado era el celular de Noel.
Lo recogió, y entonces lo vio, escucho a su abuela venir por las escaleras, así que cerró la puerta rápidamente para que no viera nada.
Noel estaba acostado en el piso, pero eso no fue lo que lo alarmó, el piso estaba mojado y había vidrios, al parecer lanzo el vaso que el dejo antes y este se rompió en pedazos, eso tampoco fue lo que lo alarmó, sino lo que el chico más joven estaba haciendo.
Noel estaba con los ojos cerrados, tenía un trozo de vidrio en la mano, y estaba clavándolo en su pierna, la sangre había comenzado a fluir de la herida que este se había provocado.
Llegó hasta él se dejó caer de rodillas a su lado, aún con el riesgo de cortarse con algún trozo de vidrio, Noel abrió los ojos al sentirlo tan cerca, solo ahí Leonel se dio cuenta de que el otro chico estaba llorando.
Así que no dijo nada, se guardó para el todo lo que quería gritarle, e insultarle por lastimarse, solo atrajo hacia él y lo abrazo, para después quitarle el trozo de vidrio con cuidado.
Este tenía la camiseta mojada, así que lo levanto en brazos y le llevo hasta la cama, si bien el joven había subido un poco de peso desde que llegó, seguía siendo delgado.
Lo sentó sobre la cama, y le quitó la camiseta, ninguno de los dos había dicho nada, la uso para ponerla sobre la herida del chico, este estaba frío, así que le cubrió los hombros con la manta.
- ya vuelvo - fue todo lo que le dijo, y se salió de la habitación
Su abuela estaba afuera, pero cuando lo vio no se atrevió a preguntar nada, así que solo se retiró a su habitación que estaba en la planta baja, pues ya le costaba un poco subir escaleras.
En silencio Leonel hizo todo, busco con que limpiar el piso, y recogió los vidrios, el celular del chico prendía, pero estaba deshecho de la pantalla, así que solo lo dejo a un lado, desde la cama Noel lo veía en silencio, ninguno de los dos se atrevía a romperlo, uno por vergüenza de haber sido descubierto, y el otro por miedo a perder el control de sus emociones, si comenzaba a hablar, no quería asustarlo, parecía tan frágil en ese momento, aún sollozando de vez en cuando.
Por último fue y busco el botiquín, se sentó a un lado de la cama, e hizo a un lado la manta, le quitó con cuidado la camiseta, la herida había dejado de sangrar, no era grande, Pero era un poco profunda, Noel no hizo ningún ruido cuando le desinfecto la herida, después se la cubrió.
Le había levantado un poco el bóxer para limpiar la herida, cuando se lo acomodo, fue que se dio cuenta, había cicatrices ahí, eran pequeñas y casi imperceptible, ocultas estratégicamente, en un lugar que nadie vería, eran heridas antiguas ya.
Con la otra mano, le subió un poco el bóxer de la otra pierna, ahí también había varias, no recientes, Pero las pequeñas cicatrices estaban ahí. Quería preguntarle por qué lo hacía, pero no podía, Noel lo miraba en silencio expectante, como esperando su sentencia.
Leonel no dijo nada, no podía juzgarlo, así que solo se inclinó y beso sus cicatrices, después se enderezó, para poder besarlo en los labios.
Era un beso sabor a sal, por las lágrimas que Noel había derramado, pero este le correspondió como quien estuviera muriendo de sed, y por fin hubiera encontrado una fuente de agua.
Leonel se subió despacio a la cama, tomo con cuidado al chico para no lastimarlo, y le subió sobre sus piernas, todo esto sin dejar de besarlo, no pasó nada más esa noche entre ellos, pues Leonel no quería lastimar por accidente su herida, solo se dedicaron a besarse, y a tocarse debajo de la manta, Noel solo estaba en ropa interior, y Leonel termino sin playera.
El chico se quedó dormido en brazos de Leonel, está no se atrevió a moverse, para no despertarlo, así que paso la noche con él en sus brazos.