Enséñame A Amar Una Vez Más.

Tal y como Noah tenía previsto, dos días después, el joven ayudante se delató así mismo y al Señor Ma, quien ya no era más que un muerto viviente.

Temeroso de que el fantasma tomará represalias contra él también, decidió aceptar que el Señor Ma y él habían sido los que castigaron a la sirvienta fallecida bajo pedido de la Señora Su, sin embargo, el joven alegó que el Señor Ma se le había pasado la mano y terminó desviviéndola.

Ante esto, Noah manejo el asunto personalmente y con las pruebas concretas como eran, dio castigo de muerte a las dos personas. "Vida por vida" era el lema de su padre.

Lionel no interfirió en lo más mínimo con la decisión del joven, en su lugar, le pareció una manera muy eficiente de manejarlo. Esa misma noche, tanto el Señor Ma como el joven ayudante fueron obligados a beber veneno, la muerte fue rápida, pero dolorosa.

Los únicos que presenciaron su castigo fueron Lionel, un oficial de primer rango y Noah. Solo hasta que las dos personas fallecieron, sus cuerpos fueron llevados para ser quemados y luego entregados a sus familiares, el único trato decente que podrían darles.

Luego de que todo el asunto concluyó por completo, Amelia corrió inmediatamente al patio de Noah.

Por naturaleza, siempre fue muy curiosa y su padre no le permitió ver el castigo, además, todavía quería saber como hizo Noah para crear al "fantasma vengador" para asustar al Señor Ma y hacer que se volviera loco, pues dudaba completamente que una persona pudiese enloquecer tan solo por ver un fantasma.

Ella le pidió a Nany llevar varios postres dulces y algunas palomitas explotadas en sartén. Era como si fuese a escuchar largas historias y no a conversar.

Noah estaba sentado en el jardín de su patio con tan solo un par de farolas iluminando su figura y alrededores. Su pincel se movió con fluidez sobre el papel, sus letras elegantes y a la vez magistrales se grabaron instantáneamente en el papel blanco, sin formar mancha alguna.

Luego de terminar, soplo suavemente el papel para qué secará más rápido.

-Maestro Noah, la Señorita Amelia viene hacía su patio.- Una sombra negra apareció detrás de Noah y se arrodilló con respeto en el momento en el que habló. Bajo las tenues luces de los faroles, solo se podía ver un par de ojos que miraban fijamente la espalda del joven delante de él.

-¿Viene hacia acá? ¿Qué hace esa mocosa a esta hora de la noche despierta?- Al escuchar eso, las cejas de Noah se fruncieron inmediatamente con frustración -¿Está mocosa no conoce la etiqueta?- Murmuró con los dientes apretados.

Ante preguntas que no podían ser respondidas, el guardia opto por quedarse en silencio.

-Entiendo, puede retirarte.- Luego de unos segundos perdido en sus pensamientos, Noah despidió a su guardaespaldas y rápidamente comenzó a encender velas.

Sus manos se movieron muy eficientemente, en cuestión de minutos, encendió una fogata de buen tamaño y prendió 7 velas, pues temía que la chica sintiese frío o pudiese resfriarse por el ligero frío de la noche.

Al escuchar la puerta de su patio abrirse, rápidamente volvió a su asiento y fingió estar concentrado en su escritura.

-¡Noah, vine de visitar!- Exclamó la chica con una gran sonrisa en su rostro, trotando hacia Noah con emoción.

-Señorita, no corra o podrá caer...- Las palabras de Nany no terminaron de salir cuando la figura de Amelia cayó pesadamente al suelo.

La chica, emocionada como estaba, no cálculo los pasos y cayó de cara sobre el césped, su rostro termino besando el suelo y su vestido nuevo sucio.

-¡Jajajaja!- Una risa escandalosa resonó en el silencioso patio, haciendo que Amelia frunciera el ceño con enojo y vergüenza, su rostro se puso rojo y sus labios rojos se fruncieron en resentimiento.

Ella se puso de pie y se sacudió con brusquedad, lanzando al ser que se reía escandalosamente de ella miradas de advertencia. Su lindo peinado se arruinó y su vestido recién estrenado se ensució.

Amelia limpió rápidamente la tierra de su rostro y camino dando pisotones hacia Noah, quién sostenía su estómago mientras reía con fuerza.

De hecho, aquella risa no iba en nada de acorde al aspecto de Noah ¿La risa de un joven apuesto no debería ser elegante y cálida? Amelia negó con la cabeza y en su corazón afirmó que un ser no podía ser completamente perfecto en todos los aspectos.

-¡Ya cállate! ¿Nunca has visto a alguien caerse?- Cuestionó Amelia con frialdad y resentimiento, sin embargo, la vergüenza en sus mejillas no podía ocultarse, aún se sentía avergonzada ¡¿Cómo pudo caerse delante de su nemesis?!

Noah soltó un largo suspiro para controlar la risa y miró a su futura esposa con una sonrisa cálida, tratando de parecer lo menos ofensivo posible -A ti no... jajajajaja...

Misión no cumplida, no podía soportar la risa.

Amelia infló los cachetes con enojo y extendió el brazo antes de tirar de la oreja del joven con algo de fuerza, solo entonces Noah dejó de reír, sabiendo que ya la estaba enojando, dejó de burlarse y limpió las lágrimas en el rabillo de sus ojos.

-Bien, bien, ya no voy a reírme.- Dijo con un tono perezoso, apartando suavemente los dedos de Amelia de su oreja.

Si permitía que la chica tocará demasiado sus orejas y tirará de ella, algún día se quedaría sin ellas y eso arruinaría en gran medida su hermosa imagen.

-Deberías dejar de jalarme las orejas, si sigues así, me las arrancaras.- Murmuró el joven con disgusto y frialdad, lanzando a Amelia una mirada de resentimiento.

Para él, la chica era una muy mal perdedora, disfrutaba hacer, pero no que le hicieran, era tan injusta.

Ante aquellas palabras, Amelia puso los ojos en blanco y le indicó a Nany dejar las cosas en la mesa, luego posó su mirada ferviente sobre Noah.

-¿Qué? ¿Tendremos pijamada?- Pregunto Noah en tono de broma al ver tantos bocadillos, sin embargo, al ver a Amelia asentir, su expresión cambió.

-¡NO!