El Corazón Del Rey

Mila despertó durante la madrugada, era algo normal para ella, desde que tenía memoria, siempre despertaba alrededor de las dos o tres de la mañana, salió de la lujosa recamara que usaba en aquella suite, se dirigió a la cocina, si, incluso había una cocina, pero no habían hecho uso de ella, abrió el refrigerador lleno de comida y bebidas costosas, tomo una botella de agua, camino hasta la sala, miro hacia el balcón, las puertas estaban abiertas, la cortina se elevaba por el viento, logro ver a ese hombre ahí, le daba la espalda, por lo que él no había notado su presencia o eso pensaba, ¿Qué hacía despierto a estas horas? Bueno, ella también estaba despierta, siguió observándolo, se veía tan calmado, había algo en él que no podía explicar que era, no podía negar que le gustaba, pero ella solo era una niñera, con un estatus muy, pero muy bajo, no estaba a la altura de un hombre como él y jamás se fijaría en alguien como ella y si lo hacía solo sería con un solo motivo, follarla por diversión, ella no buscaba eso.

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Axel miraba la oscura noche, estaba acostumbrado a estar despierto a esas horas, era cuando todo estaba más calmado, según el león, también era el momento adecuado para buscar a su amada, la preocupación de que estuviera en ese mundo como una humana crecía cada vez más, un ser tan puro como ella, sería tentación tanto para hombres como para mujeres, no solo buscarían lo sexual en ella, sino también otras cosas, se aprovecharían de su inocencia para llevar a cabo sus planes, saco del bolsillo de su pantalón el corazón negro, aunque estuviera en sus manos, su poder era limitado, lo había comprobado el día que salvo a la Bestia y a Maximiliano de la muerte, pensó que alteraría la realidad, la vida que tenía con Alana Rosental, pero no fue así, bueno, eso estuvo bien, pero eso solo demostraba que el verdadero poder del corazón negro seguía sellado y la única forma de despertarlo era encontrando a su amada ser celestial.

Axel se dio la vuelta para entrar de nuevo a la suite, sus ojos miel se cruzaron con aquellos aceitunados solo fueron unos segundos, pues su mirada recorrió cada centímetro de esa chica, solo llevaba una vieja playera que tal vez alguna vez fue negra, ahora era gris, pero eso no fue relevante para él, aunque la playera le quedaba grande, cubría solo hasta sus muslos, dejando a la vista sus largas y blancas piernas, su mirada se centró en su busto, realmente quería ver de qué tamaño eran, nuevamente miro su rostro, rojo hasta las orejas, aquellos labios carnosos entre abiertos, sus aceitunados lo miraban con esa inocencia, pero había algo más, ¿Deseo? ¿Lujuria?

- Señorita Haro- Mostró Axel su sensual sonrisa.

- Ah, Señor Carter…vine por agua- Hablo de manera nerviosa y señalo la botella, Axel asintió, ni siquiera le pregunto qué hacía despierta y ya estaba dando explicación. - ¿No puede dormir?  - Pregunto de la nada, entrecerró la mirada arrepintiéndose de hacer esa pregunta.

- Creo – Respondió despreocupado- ¿Usted? - Devolvió la pregunta.

- Ah, siempre me levantó a esta hora a tomar agua – Señalo la botella, Axel asintió, paso sus dedos por su barbilla y giro a un lado su cabeza solo un poco, tratando de descifrar el tamaño de sus senos.

Axel se acercó a ella sin pensarlo más, al estar solo a un paso de Mila, ella se puso más nerviosa de lo que ya estaba, él es más alto que ella, levantó su cabeza para mirar aquellas esferas mieles que le hacían despertar sensaciones que jamás antes había sentido, sin darse cuenta su lengua recorrió sus rosados labios, Axel solo vio aquella acción, suficiente para tener una erección, la amenaza de su hermana paso por su mente, sabía que Avery no se atrevería a matarlo, más si le daría una paliza, pero valdría la pena cada golpe, llevó su mano izquierda detrás del cuello de esa chica, ella no puso ninguna resistencia, ni negatividad, eso hizo que Axel continuara con lo siguiente, acercó su rostro al de ella, Mila soltó un suspiro, su boca seguía entre abierta, su respiración se agitó, debía detenerlo, pero su deseo fue más fuerte, Axel unió sus labios a los de ella, no fue un beso tierno o lento, fue feroz y ardiente, la lengua se Axel se abrió paso y exploro cada rincón de su boca, Mila respondió de manera torpe, era la primera vez que besaba de esa manera, en sí, era la primera vez que besaba, pero se fue acostumbrado poco a poco, adaptándose a ese feroz y apasionado beso.

Axel arrincono a Mila hasta una mesa que había cerca, la sentó en ella y separo sus piernas para colocarse en medio, sus manos se deslizaban por sus brazos hasta llegar a sus muslos, la playera que alguna vez fue negra, se había subido dejándolos a la vista, las grandes manos de Axel recorrieron sus muslos, subiendo hasta llegar a su zona intima, ahí fue donde Mila reaccionó, termino él beso y detuvo las manos de Axel, apenas y rozaron su mojada zona.

- No…por favor- Jadeo, ella era virgen, nunca antes la habían tocado, además tenía esa mentalidad de entregarse por amor y no por diversión. – Esto no está bien, señor Carter- Trató de levantarse de esa mesa, pero Axel no se lo permitió, sus piernas estaban separadas y él aferro el agarre en sus muslos, Mila lo miró nerviosa.

Axel no dijo nada, solo acomodo las piernas de Mila sobre su cintura, ella seguía mirándolo con esa expresión inocente, lo que estaba despertando más su deseo, se suponía que ese tipo de mujeres le desagradaban, pero el rostro de la niñera estaba teniendo otro efecto en él, quería besarla, probarla, hacerla gemir su nombre, pero para hacer eso, tenía que ir lento con ella, parecía ser de esas chicas que pensaban en el sexo sin compromiso como algo mal, le enseñaría que no era así, que era lo mejor que podría experimentar en esta vida.

- Señor Carter…- Susurró, pero no fue escuchada Axel la beso de nuevo con aquella ferocidad, está vez ella respondió sin ningún problema, siguiéndole el ritmo.

Sabía que eso no estaba bien, que estaba mal meterse con su jefe, con el padre de la niña que cuidaba, pero besaba jodidamente bien y despertaba deseos que jamás antes había sentido, envolvió sus piernas en su cintura, atrayéndolo a ella y sintiendo su erección en su mojada intimidad, gimió entre el beso, sentir su dureza la excito más de lo que ya estaba, haciendo que se olvidara de todos los prejuicios y disfrutando de ese momento.

Axel, notó como ella ya no se resistía, aquel gemido que dio entre el beso, lo prendió más, con más confianza trato de levantarla la blusa, pero Mila no lo dejo, no insistió, acaricio sus curvas por encima de esa tela, desde sus caderas, subiendo por su cintura, hasta llegar a sus senos, entraban perfectamente en sus manos, eso le fascino, así es como le gustaban, los masajeo, comenzó a pellizcarlos, provocando que Mila mordiera su labio y gimiera de placer, ella hecho su cabeza hacia atrás, él continuo sus caricias con sus labios por su cuello bajando hasta su busto , así con la tela de aquella playera metió uno a su boca, los gemidos de Mila iban en aumento, recordó que en una de las recamaras estaba la pequeña Evelyn durmiendo, cubrió con sus manos su boca tratando de contener sus gemidos, eso no le gustó a Axel, quería seguir escuchándola, sus gemidos lo excitaban demasiado, cada caricia, cada mordida, provocaba que a Mila se le escapara un grito de dolor y placer, él sonrió divertido, miro como esa tela ya estaba húmeda, realmente quería y saborear directamente su piel, pero ir paso a paso con ella lo hacía más divertido, sería el primero en todo para Mila, bueno, no en todo, pues no pensaba serlo en el amor, ese sentimiento a él no le interesaba para nada.

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Avery estaba en su recamará terminando de arreglarse, anoche finalmente volvió a tener sexo con Erick, aunque fue de una forma diferente, no podía negar que le encanto volver a sentir ese maravilloso trozo de carne en ella, pero quería más, después de terminar, le dijo que subiera al coche y no bajara por nada del mundo, la policía llegó poco después y él se hizo cargo de todo, por un momento pensó que la iban a detener, pero no fue así, Erick al final le dijo que regresara y él le mantendría informado.

Tocaron la puerta y ella dio la orden para pasar, entro una de las empleadas con una charola con un vaso de jugo de naranja Avery tomó con elegancia y delicadeza un sorbo, era su bebida favorita y tomaba de ella todas las mañanas.

- ¡Querida! – Entró Giovanni muy animado, vestía un traje color azul celeste- Tienes una agenda muy saturada el día de hoy- Dijo mientras sacaba su tablet y comenzaba a leer todo lo que Avery haría ese día. - ¿Ya elegiste a otro hombre?  – Preguntó, Avery suspiró.

- Anoche mate a Marco- Dijo una vez que la empleada se marchó, Giovanni asintió como si nada, no era la primera vez que su jefecita mataba a alguien- Y folle con Erick- Continúo, Giovanni abrió la boca y ojos de sorpresa, dejo la tablet sobre el tocador y llevó a Avery hasta la cama, la sentó y se sentó a su lado.

- Cuéntame todo perris, ¿Cómo fue que paso? ¿Dónde? ¿Estaba otra vez tomado? – Pregunto mientras movía sus manos de manera exagerada.

- No, no sé, solo me folló y ya…en la carretera, sobre la cajuela del coche y con los restos de cuerpos de Marco y sus hombres esparcidos en todo el lugar- Explico sin poder creer que realmente había pasado de esa manera, en ese momento se le olvido todo, Giovanni lo miro con una extraña expresión, frunció los labios analizando las palabras de Avery.

- ¿Y qué tal?  ¿Fue tan bueno como la primera vez hace un año? – Preguntó.

- Fue diferente, pero si…- Sonrió, Giovanni mordió sus labios y empezó a reír.

- Ay querida, ese semental es tuyo de nuevo- Le dio unos leves golpecitos en el hombro, Avery, suspiró ¿Realmente era así?  ¿Volvería a repetir lo de anoche con Erick? O ¿Solo se dejó llevar por el momento?

- Señora- Llegó el mayordomo e hizo una reverencia, la puerta había quedado abierta- La policía está esperando abajo- Continúo, Avery frunció el ceño e incluso Giovanni tomó seriedad.

- ¿Tu esposito? – Preguntó confuso, Avery no respondió, se levantó y camino con la elegancia que la caracterizaba.

Avery llegó en compañía de Giovanni hasta la entrada de la mansión, el mayordomo no había hecho pasar a los policías, incluso los hombres de Avery ya estaban alertas, pues la policía no era bienvenida a la mansión Carter.

- ¿Señorita Avery Carter? – Preguntó un hombre alto de piel clara, su cabello era canoso, aunque no se veía tan mayor, vestía un traje negro con corbata, ella asintió. – Tenemos una orden de aprensión en su contra – Continúo al tener la afirmación de Avery.

- ¿Qué? – Preguntó Avery sin perder la serenidad.

- Se le acusa del asesinato de Marco Antonelli – Mostro la hoja de la orden, Avery ni siquiera lo tomo, solo se acercó un poco para leer y notar que lo que decía era cierto, incluso el sello y la firma parecían reales. – Acompáñenos- Saco unas esposas y de inmediato los guardaespaldas de Avery se colocaron detrás de ella- No haga esto difícil, Señorita – Dijo el hombre con tranquilidad, Avery suspiró con pesadez, levantó una mano e hizo señas a sus hombres para que se alejaran.

- Bien, iré- Dijo tranquilamente, ese hombre se acercó a ella y no dudo en esposar sus manos, Avery miro esas esposas y no pudo evitar recordar la noche anterior, unas así uso Erick para follarla, sonrió.

- ¡Ay! ¿Cómo puedes sonreír así picarona? – Se burló Giovanni al ver que su jefecita no estaba ni siquiera asustada.

Avery fue escoltada por un grupo de policías hasta un coche, miró con desagrado ese anticuado vehículo, nunca antes se había subido a uno así, dirigió su mirada a Giovanni quien también veía con desagrado ese carro de la policía.

- Giovanni, llama al estúpido abogado, dile que se terminaron las vacaciones- Dijo antes de subir al coche en la parte trasera.

- ¡Ay! ¡Tranquila querida yo me encargo! Y no te preocupes, reprogramare toda tu agenda de hoy- Dijo con falsa desesperación, no era que no le preocupara la situación de su jefa, pero sabía lo poderosa que era y no duraría mucho en prisión, saco su teléfono y busco el contacto del abogado, que no era otro que Axel Carter, lo encontró y marcó el contacto registrado como “El hermanito cogible de la jefa”

- ¡Cariño! - Grito al escuchar la voz de Axel- Se acabaron las vacaciones, Avery fue llevada a prisión por matar a su hombre en turno- Dijo despreocupado mientras se miraba las uñas y frunció el ceño, le faltaba una manicura urgente.

- Que fastidio, regreso en un par de horas- Respondió Axel con una soñolienta voz.

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Axel estaba en su cama anoche no hizo más con Mila, aunque no negaba que quería probarla más, pero se detuvo en el momento indicado, paso a paso tenía que ir con ella, pensó que disfrutaría esas vacaciones de otra manera, sobre todo en las noches, pues sus mañanas y tardes eran dedicados para su princesa, pero todo se arruino gracias a su hermanita y su temperamento, ¿No pudo haber matado a su amante en otro momento? Salió de la cama y se dirigió a la sala, se encontró con una escena que de alguna manera le pareció agradable, más que nada por ver el rostro lleno de alegría en su pequeña hija, estaba en la cocina llevaba puesto un delantal y cocinaba unos panqueques para Evelyn, su pequeña halagaba pues esos panqueques tenían forma de oso.

- ¡Papi! - Grito Evelyn, se acercó a ella y beso su frente, se sentó a su lado y observo el desayuno sencillo, pero delicioso que había preparado aquella chica. - Mila cocino todo esto, mira panqueques en forma de osos – Señalo uno, Axel asintió, le gustaba ver a Evelyn así de feliz y todo era gracias a la chica que tenía en frente.

- Aquí tiene su café, Señor Carter- dijo Mila colocando una taza de café frente a Axel, él notó que las manos le temblaban, la miro a los ojos y ella estaba roja, solo con verla la noche anterior estaba en sus pensamientos.

- Gracias- Dijo, Mila le acerco la azúcar, pero Axel acostumbraba a tomarlo así sin nada de azúcar, ella miro como bebió un sorbo de café, su mirada no podía apartarla de aquellos labios que la besaron por primera vez anoche y le hicieron vivir una experiencia mágica por decirlo así.

- Princesa, tenemos que regresar a Topacio- Hablo Axel, Evelyn lo miró con tristeza, para ella apenas empezaban sus vacaciones. – Tu tía Avery me necesita para arreglar unos problemitas – Agregó, Evelyn asintió si era por su tía no le importaba cancelar sus vacaciones, ella siempre le ha dicho que la familia es lo más importante.

- Está bien papi, ¿Puedo terminar mi desayuno? – Preguntó, Axel pensó por unos segundos.

- Claro, no hay problema, lleguemos antes o después, tu tía causara más desastres- Dijo despreocupado, tomó uno de los panqueques en forma de oso y mordió la parte de la oreja, mirado directamente a Mila, quien estaba demasiado nerviosa en esos momentos.