Luna Roja, Amor Prohibido

Hope.

Abro los ojos lentamente y soy consiente que mi ojo derecho permanece totalmente cerrado, llevo mi mano a mi rostro y noto la terrible hinchazón que hay en esa zona. Como puedo me levanto de la cama y siento como si tuviera agujas clavadas en cada parte de mi cuerpo.

Tardo, pero llego al baño y cuando me paro frente al espejo veo lo que ya suponía, mi cara está llena de moretones negros y el ojo derecho cerrado debido al golpe que me propicio mi padre.

Como puedo me quito la ropa y el escenario es el mismo, moretones por todos lado, toco mis costillas y es un dolor punzante, estoy segura de que me rompió un par. Por suerte ningunas de mis extremidades llego a fracturarse como veces anteriores. ¿Debería agradecerle? Ja, agradecer que no me quebró ningún hueso.

Me meto bajo la ducha y me quedo un rato dejando que el agua calme el dolor, cuando siento un golpe en la puerta.

-No creas que te vas a salvar de tus tareas- grita un Lincoln enojado- Si no te veo abajo en cinco minutos el castigo va a ser peor.

Cierro la ducha rápidamente y como puedo me cambio, tomo un vestido, ya que es lo más fácil de poner y bajo rápidamente las escaleras.

Por suerte cuando llego abajo esta Jack, quien me mía con tristeza e incluso algo de culpa.

-El desayuno ahora- exige mi padre y corro hacia la cocina, mientras ellos siguen hablando sin importarle mi presencia.

-¿Cómo puede ser que no sepan nada del camión y la carga que perdimos?- dice papá.

-Los rastreadores perdieron el rastro llegando a la ciudad, lo que si afirman es que fueron humanos.

-Imposible, tuvo que ser Donovan.

-Hace años que está quieto ¿Por qué ahora atacaría?- dice Jack

-Juro venganza cuando llegamos a la tregua, es imposible que siga en silencio.

-Fueron humanos- afirma Jack, pero mi padre niega con la cabeza.

Tuve que dejar el desayuno e irme debido a que no me permite compartir la mesa con él. Pero algo me quedo claro, Donovan el alfa de Luna Roja quiere venganza por algo que hizo mi padre. ¿Qué habrá pasado?

Me toca hacer todas mis actividades diarias y esta vez Meg no está se fue a la ciudad, cada vez está yendo más a la ciudad y no me dice la causa. Tengo miedo que se meta en líos con mi papá y su papá. Solo me dice que es por nuestro bien lo que me asusta aún más.

Igual no puedo exigirle honestidad cuando yo no le hable de mi hombre misterioso.

Con cada paso que doy, cada movimiento que hago siento un dolor insoportable. Es por eso que decido ir esta noche al bosque, tengo la esperanza que las aguas del estanque alivien mi dolor.

Cayó la noche, mi padre está con una de sus mujeres lo que me da libertad para huir, el descenso por la enredadera es tortuoso y en un momento me replanteo el abandonar la idea, ya que me duele demasiado, pero la esperanza que me alivie el dolor el estanque me hace seguir bajando.

Al entrar al bosque ya me siento en casa, el follaje, los insectos, las copas de los árboles que me dejan ver la enorme luna, todo me hace ser feliz. Si fuera por mi este sería mi hogar, pero si voy a huir debe ser lejos de acá, eso lo tengo claro y sé que lo voy a extrañar.

Cuando entro al claro donde está el estanque ya está sentado en mi roca desnudo Joshua.

-Mocosa pensé que no vendrías- dice si abrir los ojos y envidio sus cualidades de lobo, ya que yo no las tengo.

-El viejo exhibicionista- digo burlándome.

-Estás chistosa hoy- dice y cuando se gira sus ojos se abren enormemente-¿Qué mierda te paso?

Siento su preocupación y corre hacia mí tomando mi rostro en sus manos.

-No es nada- trato de sonar segura.

-¿Nada? Parece que un camión te paso por encima.

-No precisamente un camión, pero fue por culpa de un camión- y me arrepiento cuando termine de decirlo.

-¿Que queres decir? ¿Quien te golpeo? ¿Como tu padre lo permitio?

-Son muchas preguntas ¿No te parece?

-Y quiero una respuesta para cada una- dice sonando autoritario.

-Ok papá-digo burlándome y algo en él se activa y creo que veo lujuria en su mirada.

-Ahora mocosa ¿Qué te paso?

-Llegué en él momento equivocado a casa y papá estaba molesto.

-¿Tu papá hizo esto?- dice tocando mi rostro.

Me aparto y dejo caer mi vestido y sus ojos recorren mi cuerpo con enojo.

-Parece que alguien le quito algo a papá y necesitaba descargarse.

-¿Qué?- dice Joshua.

Empiezo a caminar hacia el estanque y él me sigue.

-¿Qué haces?- pregunto.

-No terminamos de hablar, si te metes te sigo. A mí nadie me dejas a medias- dice firmemente.

Una vez ya sumergida hasta el pecho me giro hacia él y está más cerca de lo que puedo soportar.

-A papá le robaron un camión con animales, camión que parece era indispensable para él.

-Te golpeo porque perdió un camión.

Afirmo con la cabeza.

-Si no era eso, hubiera encontrado otra excusa.

-Estás diciendo que es común que te golpee- dice Joshua.

-Pensaste que los latigazos fue cosa de una sola vez- él entrecierra los ojos- No tengo loba, pero tonta no soy, sé que los viste.

-No quería hacerte sentir mal preguntando por las heridas, heridas que desaparecieron después que saliste de estas aguas.

-No podés decir nada- lo miro fijo a los ojos, como no dice nada me acerco más y lo tomo de los hombros- por favor, júralo.

-¿Qué gano yo? Podría ganar mucho dinero si traigo gente acá.

-¿Qué querés por tu silencio?

Él me toma de la cintura y me acerca más a él.

-Un beso, pero esta vez no me vas a engañar.

No llego a responder cuando su boca toma la mía, es un beso apasionado, domínate e invasivo. Su legua invade mi boca y juega conmigo como quiere.

Me pierdo en sus brazos, siento que estoy en un mundo paralelo y soy feliz, cuando se separa de mí me falta el aire y él se ríe.

-Eso es un beso mocosa, no el triste intento de engaño que me diste el otro día.