En esta novela #Creativa y Fresca , Mar conoció a su Rumi por unos días y creyó realmente que era Gay. Carlo, un empresario exitoso, quedó tan prendado de ella, que decidió no sacarla del error para mantenerla a su lado. Pero este inicio falso tornará caótica su relación.
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Capítulo 10. La Mentira.
Caos y Pasión 10.
Capítulo : La mentira.
Elsa ISASA
– Es como te dije Manuela. Mi pobre hijo realmente babea por ella. Nunca lo había visto en ese papel. Y ella no lo ama ni lo amara. -
– ¿Estás segura que es lesbiana? Quizás solo está fingiendo por algún motivo. –
– No amiga querida. Si vieras la bronca con que mencionó a “la chica del Azúcar”. Eso fue un odio genuino. ¿Qué averiguaste de ella? -
– Trabaja en la clínica San Patricio. Es un barrio inmenso en los suburbios de Almira. Bien…no se le conocen novios.. lamento decirlo. - respondió Manuela.
– Consígueme ya un pasaje a Almira temprano. Me parte el alma verlo como un cordero ante una piedra. -
– Quizás cuando duermes se juntan en su recámara…
– ¿Eres tonta? Me levanto de noche cada dos horas al baño por mi vejiga. Lo sabes. He fisgoneado. Nunca los ví durmiendo juntos…
La conversación siguió un poco más. Luego Euge se durmió y en cada viaje al baño esa noche pasó por la puerta de ambas recamaras. Desgraciadamente ambos dormían como ángeles, en sus dormitorios.
Cuando despertó a las 7 con su valija pronta, la rompe corazones,ya no estaba. En el comedor el café bullía y junto a la mesa había una notita de la doctora.
“ Buen viaje Eugenia. Me encantó conocerla. Mar. “
No quiso despertar a su muchacho. Salió también hacia el aeropuerto dejándole un mensaje de voz:
“ Sugiero que la olvides. El destino ha querido que te enamores de un imposible. Te amo hijo.”
Carlo despertó a las 8 hs. Las dos mujeres de la casa no estaban y su reunión para firmar las compras y los acuerdos era recién a las 10 hrs. Escuchó el audio de su madre y rezongo en voz alta en el departamento vacío.
¿Porque su madre criticaba siempre sus elecciones amorosas?
Entendía los otros casos, pero no está vez. Sabía que Mar era perfecta. Inteligente. Maravillosa. Seductora.
Sabía que tenía que seguir besándola y acariciando su cuerpo, riéndose de sus comentarios jocosos, apreciando sus charlas únicas. Ahora que su madre no estaba solo la verdad transformaría ese falso romance en verdadero. Esa parte le asustaba. Roberto le había dicho que ella odiaba la mentira. Pero en realidad quien lo colocó en ese lugar fue ella. El solo trató de que no se vaya del departamento.
Necesitaba hablarle. Escuchar su voz.
– Mar. ¿Cómo estás? ¿Qué haces amor mío?
– ¿Tu madre te vigila? Pensé que se iba temprano. Estoy bien Carlo. Haciendo la primera ronda. -
– No es eso. Mira nena. Necesito hablar contigo. Verás. Hubo una circunstancia errónea entre nosotros. Y eso debo arreglarlo.
– Ya se.¡ Le has dicho a Michelangelo que soy tu novia y probablemente embarazada! Eres de terror. Mira. Se porque no te gusta. Es un ególatra. Pero algún día debo tener novio, ¿no crees?
– No es para tí. Ni Raúl tampoco. Yo soy para ti nena. Tus besos me trastornan. Tu olor me excita. Todo tu presencia me fascina…
– ¿Tu madre otra vez? Debo dejarte Carlo. Estoy trabajando y Stella me fulmina con la mirada en este instante. Hablaremos está noche. Te amo…como amigo, claro– completó.
– Te amo Mar. Está noche te llevaré a cenar. Esperaré el momento con ansias y….
Pero ella se había colgado.
Caminó hacia el balcón. Ese lugar le tenía recuerdos de ambos. Charlando, riendo, besándose.
No podía perder a Mar. Por ella encontró el equilibrio. Aprendió a ser su amigo antes que su amante. Era un paso importante y antes desconocido en su vida.
–Robert. Hoy se lo diré primo. Estoy loco por ella y creo que ella siente lo mismo por mi. Mamá se ha ido. La llevaré a cenar y quizás a bailar. Y…
– ¿Aún no se lo has dicho? No sé si es una buena idea. Iré a ayudarte. Asumiré la culpa…
– ¡No aparezcas por aquí! Por lo menos en tres días. Te lo prohíbo.
Luego se vistió de traje y corbata. Era el fin de los acuerdos logrados y la reunión de firma de contratos. Su padre lo había felicitado. Y cuando le dijo, terminaré el trabajo pero aún no volveré, Virgilio Brasco estaba feliz. Su hijo se merecía una o dos canas al aire.
Algo tenía que hacer con su esposa. Parecía tristona después del viaje. Solo le dijo cuando llegó :
– Tu hijo se ha enamorado de una mujer inconveniente. -
– Como siempre. ¿Es la historia de su vida verdad? Debes dejar de controlarlo Eugenia. Por favor.
–¡Es que esta chica me gustaba! - replicó – Y nunca dejaré de vigilar a mi hijo. No quiero una bruja loca en la familia. - respondió abandonando la estancia.
Carlo tuvo su reunión de la mañana y firmó con todo el equipo los contratos logrados. Cerca del mediodía salió del Holding para ir a la Fábrica automotriz. Era su última tarea. Y no aguantó más.
Su coche descapotable frenó frente al Hospital. Preguntó en la entrada y se acercó al salón donde el Doctor Dartes evaluaba con todo el equipo médico la intervención de la mañana.
Stella lo llevó a la puerta.
Todos los ojos se volvieron hacia él y el amor de su vida, dejó de mirar a Dartes y caminó hacia él asombrada.
El solo la abrazó y la besó con pasión frente a todo el mundo.
– Te amo Mar. Vine a decírtelo. –
– ¿Qué haces Carlo?Compórtate. Está bien.. Michelangelo no me gusta… No era necesario este teatro. –
–Te espero con ansias está noche. Ya me voy. - dijo él.
Las sonrisas de sus compañeros después que el adonis marchó fue amplia y sin disimulos.
Cuando se preparaba para la jornada de la tarde recibió el llamado de su hermanita.
– Se ha burlado de ti hermana. –
– ¿Quién?
– ¡Carlo Brasco!. Maldito macho Alfa. Te contaré todo…
Mientras escuchaba a su hermana algunas lágrimas caían de los ojos de la doctora Mar Velotti. Luego se despidió de Dartes y de la maravillosa Stella. No podría quedar para la última tarde de trabajo.
El departamento de Roberto le pareció agobiante. En el balcón, mirando la ciudad de Brusque recordó sus besos con lágrimas.
Su valija era más pesada que de costumbre. El aeropuerto más triste y el viaje a su casa le pareció interminable.
La mentira es la bajeza mayor de la humanidad, eso lo aprendió tantas veces que ya ni siquiera dolía.
¡Felicitaciones por esta entrega!
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