Entre Engaños Y Mentiras

Hace siete años que salí de esta ciudad huyendo, hoy regreso, pero no para quedarme, vengo acompañar a mi hijo y poner en su sitio al que se cree su padre, una cosa es creer y otra muy diferente es ser.

Gustavo Andrés es el hijo de Víctor, el hombre que desde que supo que estaba en mí, me apoyo incondicionalmente y le ha dado mucho amor a mi niño, muy fácil es decir mi hijo y no saber por lo que ha pasado mi bebé en su crecimiento.

Yo le he dado larga a Víctor por temor a una traición, no quiero volver a vivir lo que viví con Jesús Manuel, tampoco quiero complicarle su vida a Víctor, sé que tiene a alguien y no soy capaz de destruir esa relación, aunque él siempre me dice que no tiene nada, este viaje servirá para aclarar varios sentimientos. Espero no haber llegado tarde a su vida.

Vamos bajando del avión y hay está él esperando nuestra llegada, mi hijo al verlo le grita papá y sale corriendo. a sus brazos feliz de tenerlo con él, me abraza y me da un beso que de verdad nunca esperé, me sentí en fracciones de momento la mujer más feliz de la vida, no me atrevo a preguntar que ha pasado por temor a despertar de este sueño momentáneo que me hizo estremecer de felicidad. Me toma de la mano y me lleva con orgullo con nuestros dedos entrelazados y en el otro brazo a nuestro hijo cargado, llegamos al carro y me dice que lo espere mientras retira nuestro equipaje, no tardó nada y salimos rumbo a su casa, sus padres ya nos esperan, pero de golpe le pregunta a Gustavo Andrés si tiene hambre y él le dice que si y nos desviamos a una tasca española a degustar una rica tortilla española, que él sabe que me gusta mucho, hablamos de muchas cosas sin tocar el abrazo y el beso que nos dimos en el aeropuerto por miedo a romper el encanto de la grata sorpresa que ese gesto produjo, al menos eso lo sentí en mi corazón no sé si el lo sintió, llegamos a su casa y no era la que conocía, nos llevó a una villa a las afueras de Madrid de dos plantas y bellos jardines. Sus padres nos esperaban en la puerta, mi hijo al ver a sus abuelos corrió abrazarlos, estaba feliz de tenerlos y saber que por primera vez venía a la tierra de sus padres y abuelos.

En las redes sociales, Víctor tenía una foto con Gustavo Andrés en brazos a la llegada en el aeropuerto que decía feliz de tener a mi hijo en casa. Luego saco otra dónde decía abuelos felices de tener a su nieto de vacaciones aquí en Madrid. Media hora después las redes explotaban con comentarios de felicitaciones a Víctor por la llegada de su hijo, un solo comentario decía por fin conoceré a mi hijastro y el respondió, no tengo amantes estoy feliz mente casado con la madre de mi hijo. Este comentario fue una declaración de guerra para JM, ya sabía por donde venía todo, trate de pedirle discreción y fue cuando me dijo, no tengo nada qué ocultar. Ustedes son mi familia y punto o es que tú no piensas igual, yo solo le respondí, no tengo a quien darle explicaciones, se quedó viéndome me abrazo y me volvió a besar, está vez en forma más intensa y me dijo al oído tu eres mi único y gran amor y nunca lo pongas en duda. Con esta declaración no me quedo ninguna duda de lo que representamos en la vida de Víctor.