Rome Fantasy

El campamento había sido despejado y partieron hacia la capital temprano en la mañana. Antes del mediodía habían llegado.

Debido a que sería problemático entrar en la ciudad con tantos soldados, optaron por establecer un campamento a las afueras de la ciudad donde se acomodarían la mayoría de los legionarios. Mientras que en la ciudad entrarían Mario y Julia, acompañados por una docena de legionarios.

-Así que esta es la capital del reino, su tamaño ciertamente es muy diferente al de las ciudades por las que pasamos antes.

-Se siente como estar en una ciudad de la antigua Grecia.

-Así es. Dado que esta es la capital del Reino de Brigan, tiene que ser algo de lo que estamos orgullosos.

Mario se separó de Julia y la envió al gremio de aventureros para recopilar información, mientras él continuaba protegiendo a la princesa Conilde.

Aparte de humanos, habían diferentes razas sacadas de un cuento de fantasía. Había elfos de orejas puntiagudas; también habían enanos de la altura de un niño, pero con barbas. Cosa que atraían las miradas de los legionarios que acompañaban a Mario.

Sin embargo, al mismo tiempo. Nadie sonreía, parecían casi sin vida.

-Hmm... ¿No te parece un poco sin vida?

-No se puede evitar. Hemos tenido que aumentar los impuestos en preparación para la guerra con el Imperio Owary. Además, debido a la migración anormal de monstruos que han aparecido recientemente, no hemos podido llevar comida a la ciudad, por lo que los precios han aumentado.

-...

Mientras Mario y Emerton conversaban, alguien miraba inquieto desde dentro del carruaje.

-Yo también quiero unirme.

-Por favor, tenga paciencia. Se supone que debemos estar de incógnito, no podemos permitirte caminar casualmente por la calle.

-Ah, es cierto.

-Es bueno que lo entiendas. Aun así, aún no entiendo por qué la princesa Conilde siempre está tan cerca de Mario...

Emerton parecía estar pensando en las diversas cosas que habían sucedido antes de llegar a la capital.

-Eso también está más allá de mi comprensión.

Las dos personas estaban considerando los diversos acontecimientos hasta ahora.

Cuando llegaron a las grandes puertas del palacio real, fueron recibidos por los guardias.

-Hemos llegado al palacio. El deber de escolta termina aquí.

-Tienes razón. Sin embargo, primero tengo que informar a su majestad la Reina, dicho esto... podría tomar de 2 a 3 días en organizar una audiencia diplomática. ¿Le parece bien?

-Me parece bien. Debería estar en el gremio de aventureros. Si no estoy allí, envíe a alguien al campamento a las afueras de la ciudad, allí le darán más detalles.

-Acordado. Nos veremos después.

Emerton y los demás se despidieron cuando entraron por las puertas.

Pero en ese momento, la puerta del carruaje temblaba violentamente mientras que la persona que estaba dentro intentaba salir.

Mario envió una oración silenciosa a las dos sirvientas que intentaban desesperadamente evitar que Conilde saliera.

* * *

-¿Es aquí?

El establecimiento tenía una espada y un escudo pintados, tal como aparecía en las indicaciones que le había dado Emerton. Cuando le preguntó a uno de los locales, esa fue la respuesta que le dieron.

Mario intentó abrir la puerta del gremio.

Sin embargo, en ese momento se vio a un hombre salir volando por una ventana.

-¡¿Qué fue eso?!

-¡Cuidado!

De repente, uno de los legionarios de escolta corre a un lado a Mario mientras empuñaba una espada.

Mario sacó su propia espada, entrando rápidamente al gremio.

-¿Qué estás haciendo, Julia?

En el centro del gremio estaba Julia. Completamente en silencio con una expresión furiosa, parecía un demonio.

Estaba empuñando un cuchillo en el cuello de un hombre que se había orinado del miedo, llorando como un bebé. Cinco aventureros yacían en el suelo inconscientes.

-Esto es...

-Puedo ver eso, por favor suelta a ese hombre.

Después de que Mario se lo ordenó, Julia sacó el cuchillo del cuello del hombre.

Cuando el cuchillo se separó del cuello del hombre, este chilló de miedo mientras caía.

Parecía que mientras Julia estaba recopilando información, estos hombres se le acercaron.

La razón es clara, Julia es una belleza que atrae la mirada de muchos hombres.

De repente, alguien del personal del gremio apareció sacando a los cinco hombres inocentes del edificio. Parece que esto era algo cotidiano aquí.

-¿No podías haberlo terminado pacíficamente?

-Eso es imposible. Esos hombres intentaron tocar mi cuerpo, que exclusivamente tuyo.

-...

-Eso es lindo, pero, ¿no pudiste decir eso en voz baja?

Dado que Julia dijo esas palabras en voz alta, llamó la atención de los aventureros alrededor.

-Dejemos eso de lado. ¿Terminaste?

Mario ignoraba las miradas de los aventureros y habló con Julia.

-Sí. Está completo, también compré algunos esclavos para mantener la casa recién comprada.

El negocio del que habló Mario era recopilar información en el gremio y luego comprar una casa cercana para que actuara como embajada.

-Entonces, veamos la residencia.

Desde que concluyeron los negocios, Mario decide a ver el edificio que compró Julia.

En este reino se utiliza una moneda llamada dracma, una moneda de plata que pesaba 3,5 gramos.

En Roma se utilizan principalmente cuatro medidas de moneda: as, denario, sestercio y áurea. Diez as de bronce valen un denario de plata, que equivalen a un dracma. Un denario vale cuatro sestercios. Y un áurea de oro vale 25 denarios.

Bajo la guía de Julia Mario avanza hacia la lujosa zona residencial. Vio una casa en la esquina.

-Aquí estamos.

Después de entrar por la puerta, se encontró con una hermosa habitación cubierta de polvo.

-Se dice que un comerciante vivió aquí durante 3 semanas. Así que los muebles que ves aquí se han dejado tal como están. Tan pronto como se limpie será habitable.

-Debió de ser cara.

-También había una propiedad más grande. Sin embargo, podría parecer llamativo si de repente compráramos una propiedad extremadamente cara.

-Buena idea.

Julia le mostró a Mario la residencia.

-Esta será nuestra habitación.

-Hmm... supongo que será bueno descansar un poco.

-La cama parece cómoda.

Después de que le mostrarán el resto de la residencia, Mario estaba descansando en la cama de su habitación.

-Ahora que me acuerdo. ¿Cuánto subió mi nivel después de la campaña de exterminio?

Mario, que acababa de recordar que no había verificado su estado en mucho tiempo, abrió su menú.

INVOCACIÓN

TÚ NIVEL HA AUMENTADO A 3

SE HAN ELIMINADO CIERTAS RESTRICCIONES

CANTIDAD DE INVOCACIONES DISPONIBLES:

INFANTERÍA: 20.000 (CUATRO LEGIONES)

ARMAS DE ASEDIO: 500

CABALLERÍA 1.500

BARCOS DE GUERRA: 500

-Es un gran avance.

La razón del rápido avance de nivel se debió a las docenas de miles de monstruos que murieron durante la campaña en el bosque demoniaco. Mario se sintió satisfecho con esto.

Con el aumento de escala de su ejército. Mario estaba ansioso por reforzar Roma.

Así que abandonó silenciosamente la capital, acompañado por Julia.

En un claro cercano, convocó dos legiones más y les dio órdenes de marchar a Roma.