Si te dijera que los momentos son solos instantes de tiempos que se quedan grabados en tú memoria y solo eso ¿Me creerías?
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Capítulo: Bella parte 4
Día 24 de Diciembre
Mario Benedetti 》”Nadie nos advirtió que extrañar, es el costo que tienen los buenos momentos”.
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—Ahora que hemos llegado a la conclusión de que no podemos estar juntos y que es mejor para ambos no mantener contacto, te pido que tomes la iniciativa para que podamos salir de este lugar y dejar atrás lo sucedido. —dijo Rayla mientras se dirigía hacia la primera cabina, sin esperar respuesta de él.
Se acomodó en un lugar apartado, disfrutando de la vista mientras esperaba que el yate comenzara su rumbo a casa, con su mente llena de pensamientos en desorden.
Su mente retrocedió al momento en que se encontraba inconsciente en el hospital. Al despertar, vio a su abuela a su lado, y sus ojos se llenaron de lágrimas. Comprendía el profundo sentimiento de su abuela, ya que era la única persona que le quedaba en la vida, y la situación había sido un gran susto para ambas.
Su abuela, preocupada, indagó sobre lo sucedido, y Rayla no tuvo más opción que contarle la verdad. La reacción inicial de su abuela fue considerar presentar cargos contra las responsables y exigir que cubrieran los gastos médicos de su nieta. No es que su abuela no tuviera los recursos para pagar, sino que le parecía injusto que, a pesar de lo ocurrido, aquellas chicas pudieran salir impunes.
La noticia que el médico había compartido sobre el embarazo de Rayla alteró por completo la situación. Rayla no deseaba que Sandrine, y mucho menos Michael, se enteraran, ya que entre sus planes contemplaba la posibilidad de interrumpir el embarazo.
Sin embargo, su abuela, aunque consciente de la juventud de su nieta, se opuso firmemente a la idea de poner fin a la vida de un ser inocente. Le ordenó de manera categórica que no lo hiciera. A pesar de su avanzada edad, se comprometió a apoyarla en todo el proceso, ya que la llegada de un bisnieto le llenaba de ilusión y deseaba estar presente para disfrutar de esa experiencia tan gratificante.
Rayla se encontraba indecisa respecto a su futuro, ya que tener un bebé podría retrasar su ingreso a la universidad. Sin embargo, su abuela le ofreció un consejo valioso: tomarse un año antes de comenzar sus estudios no sería un gran inconveniente, dado que Rayla aún era joven y tenía tiempo suficiente para acceder a una buena universidad. Además, le mencionó que podría continuar sus estudios incluso estando embarazada si así lo decidía.
Finalmente, Rayla optó por mantener al bebé, motivada por la alegría que su abuela mostraba ante la llegada de un nuevo miembro a la familia. Aunque esto significaba posponer su ingreso a la universidad, decidió que podría ocultar su embarazo para evitar posibles reacciones negativas de Sandrine o la presión de Michael para interrumpirlo.
A medida que transcurrieron los meses, se confirmó que el bebé en camino sería una niña. La abuela, aunque un poco decepcionada por no haber tenido el nieto que tanto deseaba, mantenía la esperanza de conocer a su nueva nieta.
Cuando Rayla recibió la noticia del fallecimiento de Sandrine, experimentó una sensación de paz y seguridad tanto para ella como para su hija. Con su nueva identidad, estaba convencida de que nadie descubriría que la niña era hija de Michael.
Su vida experimentó una transformación positiva al inscribirse en la universidad, y su abuela disfrutaba de cuidar a su pequeña Laramie. Rayla dedicó todo su tiempo y los ahorros que sus padres habían destinado para su educación a completar su carrera. Además, logró conseguir un empleo para cubrir los gastos de su hija y del hogar.
A pesar de los desafíos, en menos de cinco años se graduó con honores y consiguió un buen trabajo. Sin embargo, una mañana, su abuela no despertó, lo que alteró por completo su mundo. Su hija, aún pequeña de solo cinco años, dependía de la ayuda de su abuela, quien ya no estaba presente.
Su situación se había vuelto más compleja, pero, como siempre, encontró la manera de equilibrar su trabajo y el cuidado de su hija. No había sido fácil, pero estaba dispuesta a hacerlo hasta que su hija pudiera valerse por sí misma. Su hija siempre había demostrado una gran inteligencia, lo que llevó a su exoneración de un nivel escolar y a su ingreso anticipado a la preparatoria. Rayla decidió enviarla a otro país para que asistiera a una prestigiosa escuela.
Con esta decisión, Rayla logró tener más tiempo para sí misma, lo que la llevó a aceptar la invitación de Michael.
¿Realmente estaba repitiendo los mismos patrones? ¿No había aprendido de su pasado? Sí, había aprendido, pero se convenció de que disfrutar de su compañía no era un error.
Era consciente de que estaba asumiendo un riesgo y, lamentablemente, había sufrido las consecuencias. Su intento de revivir momentos pasados la había llevado a confrontar viejas heridas.
Disfrutó de ser tratada con respeto y de recibir aprecio por quien era, no por su historia. Sin embargo, se dio cuenta de que había cometido un error al pensar que Michael, a pesar de ser un hombre, asumiría la responsabilidad por el dolor que le había causado. Al abrir los ojos, comprendió que lo que había sido en el pasado fue un error, y que lo que había sucedido recientemente también lo era. Esta experiencia le enseñó una vez más una valiosa lección.
Quizás este nuevo encuentro con él le permitió reconocer su verdadero valor y entender que su relación con Michael nunca funcionaría; se trataba solo de caprichos, y nada más.
Ella había salido de su ensimismamiento al darse cuenta de que habían llegado y era el momento de marcharse sin mirar atrás.
Decidió solicitar un taxi a través de su teléfono, ya que había llegado acompañada de Michael y no tenía intención de irse con él.
Michael salió del yate justo después de que ella lo hiciera y se dirigió a su auto. Sin que ella lo esperara, se acercó a ella y le dijo:— "Permíteme llevarte a casa", sin mirarla a los ojos.
—"No, gracias, me las arreglaré para llegar a casa," respondió de manera contundente.
A pesar de la negativa de Rayla, él había esperado que ella abordara el taxi antes de decidirse a abandonar el lugar también.